“Ésta tiene que ser la mayor colección de viejos músicos ingleses jamás reunida en el Madison Square Garden. Si llueve en Londres van a tener que venir a ayudarnos también, ¿sí?”, bromeó Mick Jagger tras levantar con “You Got Me Rocking” al público que abarrotó esa famosa sala de conciertos.
Los Rolling Stones, que actuaron el pasado sábado en Brooklyn como parte de la celebración de su 50 aniversario, concluyeron su paso por el Madison Square Garden con “Jumpin' Jack Flash”, haciendo vibrar a las cerca de 13.500 personas que pudieron hacerse con una de las entradas del espectáculo.
El legendario grupo de rock británico fue solo uno de los múltiples platos fuertes de las casi seis horas de música del “12-12-12”, como se llamó el concierto por la fecha en la que se celebraba, que arrancó con las letras de esperanza y sueños de “Land of hope and dreams”, del también mítico rockero Bruce Springsteen.
“Esta noche es una oración por nuestros hermanos y hermanas de Nueva York y Nueva Jersey que siguen pasándolo mal”, dijo “The Boss” antes de cantar “Wrecking Ball” y “City of Ruins”, en los que está muy presente su Nueva Jersey natal y que tocó acompañado de su inseparable E Street Band.
El autor de éxitos como “Born In The U.S.A”, que explicó lo “doloroso” que le resultó ver a la “especial e incluyente” costa de Nueva Jersey destruida por el ciclón, también entonó otras canciones como “Born Run”, pero esta vez con la ayuda de su “vecino” y también estrella del rock Jon Bon Jovi.
Ya en solitario, Bon Jovi hizo cantar a todo el auditorio en coro con su famosísimo “Living On A Prayer”, que inició a capella en uno de los momentos más emotivos de la noche, cargada de presentadores de lujo como Billy Cristal, Katie Holmes, Quentin Tarantino o Adam Sandler, quien se atrevió a hacer su propia versión del “Aleluya”.
“Esta recuperación no va a ser rápida, necesitamos vuestro apoyo económico, vuestro sudor y vuestro corazón”, dijo Bon Jovi al pedir donaciones para la reconstrucción tras el devastador paso de “Sandy” por la costa este de EEUU, que dejó más de 125 muertos, graves inundaciones, millones de hogares sin luz y otros miles destruidos.
Solamente con las entradas del concierto, de entre 150 y 2.500 dólares (entre 114 y 1.909 euros) , ya se han recaudado 35 millones de dólares ( unos 26,7 millones de euros) para la fundación Robin Hood, a los que se sumarán las donaciones recibidas a durante el concierto gracias a una iniciativa en la que colaboraron estrellas como Susan Sarandon o Whoopi Goldberg recibiendo llamadas.
Además, la discográfica Columbia recaudará fondos con la elaboración de un álbum con 24 de las canciones que sonaron en este recital, en el que también se dejó ver la cara más “blusera” de Eric Clapton y un sorprendente dueto entre el cantante de Pearl Jam, Eddie Vedder, y el exlíder de Pink Floyd, Roger Waters.
Iluminado solamente con la luz de los teléfonos móviles que alzó en el aire el público, el Madison Square Garden se dejó seducir por el “No One” de Alicia Keys, quien dijo estar “orgullosa” de la “capacidad de resistencia” de su ciudad y que, como no podía ser de otra manera, puso el broche de oro a la noche con “Empire State of Mind”.
Por el concierto, en el que se dejaron ver los gobernadores de Nueva Jersey, Chris Christie, y de Nueva York, Andrew Cuomo, también pasaron The Who, Billy Joel, Kayne West y el cantante de Coldplay, Chris Martin, quien cantó en un inesperado dúo “Losing My Religion” con el líder de R.E.M, Michael Stipe.
La traca final llegó de la mano del exBeatle Paul McCartney, que no solo dio esperanza a las víctimas de “Sandy” con “Blackbird”, sino que por unos momentos se convirtió en Kurt Cobain en la que supuso la primera reunión de los supervivientes de Nirvana, Dave Grohl y Krist Novoselic, desde su disolución hace casi dos décadas.
El espectáculo fue retransmitido en directo en una treintena de webs, 37 canales de televisión en EEUU, otros 200 en el extranjero y fue proyectado en múltiples cines de todo el país, por lo que su audiencia podría haber alcanzado hasta 2.000 millones de personas, convirtiéndose en el concierto de mayor alcance de la historia.