Smash Mouth y la fiesta en el centro

Los estadounidenses de Smash Mouth fueron los protagonistas de una auténtica fiesta en el microcentro de Asunción.

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La ocasión era el quinto aniversario del pub asunceno Kilkenny, que como en años anteriores se celebraba con un evento musical con invitados internacionales y representantes de la música nacional. En esta ocasión las estrellas de la noche serían los artistas del grupo estadounidense Smash Mouth, que principalmente a finales de los '90 y comienzos de la década pasada adquirió una enorme popularidad.

Y así, en la madrugada de este sábado Smash Mouth se unía a la creciente lista de artistas internacionales que daban por primera vez conciertos en Paraguay en los últimos tiempos.

El escenario de este primer concierto de Smash Mouth en Paraguay fue el complejo Casco Antiguo, ubicado en el microcentro de la capital paraguaya y que recientemente albergó el concierto de los uruguayos de No Te Va Gustar. Sin la elegancia de otros recurrentes escenarios de conciertos, y lógicamente sin la capacidad de un lugar abierto como el Jockey Club, el edificio tiene sin embargo una destacable acústica que resulta en un sonido de excelente calidad.

Numerosos camarotes, pantallas LED publicitarias por doquier y un escenario con nada menos que cinco pantallas -tres de ellas LED y dos de lienzo para proyecciones- y un efectivo sistema de luces eran los aderezos visuales de la noche en Casco Antiguo, y el excelente sistema de sonido acentuado por la acústica del lugar daban un marco más que adecuado.

La música no comenzó sino hasta las 22:50, cuando subió al escenario el popular grupo paraguayo Villagrán Bolaños, que liderado por un Miky González lleno de energía como es habitual de él, hicieron un vigoroso recorrido por algunas de sus canciones más populares, como “Soy así”, “Se vienen los zombies”, “Menage a trois” o un cover de “Mil horas” de Andrés Calamaro que puso a cantar a la creciente multitud que de a poco iba colmando el complejo.

González y los suyos luego cedieron el escenario a la banda paraguaya Kita Pena, un peculiar conjunto que conjuga en sus canciones ska, reggae, cumbia y rock, y tuvieron como uno de sus momentos destacados la interpretación de un inédito curioso cover del emblemático tema de Radiohead “Creep”, convertido en una cumbia cantada en español.

Luego le tocaba el turno a 2drumashUP, un dúo de bateristas que ofrecieron un interesante y muy aplaudido espectáculo poniendo percusión a canciones tan distintas como “Electro movimiento” de Calle 13, “Black or white” de Michael Jackson, “Three little birds” de Bob Marley, “Do you want to” de Franz Ferdinand, “Body movin'” de Beastie Boys, “Bohemian rhapsody” de Queen e inclusive a un remix del el icónico tema del primer nivel del videojuego “Super Mario Bros.”, muy celebrado por el público.

Era ya la 01:00 del sábado cuando finalmente, anunciados por una explosión de confeti, los estadounidenses que vinieron buscando fiesta -y ciertamente la encontraron- hicieron su aparición triunfal en el escenario.

Smash Mouth abrió su recital con “Everyday superhero”, una canción de su disco más reciente. “¡Hagan ruido!”, pedía el vocalista Steve Harwell mientras el público respondía con un fuerte coro. Comenzaba la fiesta que habían venido buscando.

Siguió la canción “Getaway car”, un tema de rock de corte clásico en el que el bajista Paul De Lisle -miembro fundador de la banda junto con Harwell- se hacía protagonista. La energía de la banda era contagiosa: Harwell no paraba de moverse y arengar al público, con gestos o palabras, para que sigan “haciendo ruido”; Michael Klooster tocaba el teclado entre saltos. Cada uno de los músicos tendría durante el transcurso de esta canción un momento breve para lucirse en solitario.

“Gracias por venir, nos encanta estar aquí”, saludaba Harwell al final de esta segunda canción.

El público explotó en vítores ante la siguiente canción, “Can't get enough of you baby”, uno de aquellos grandes éxitos de aquel recordado disco de 1999, “Astro Lounge”, que arrojó a la fama mundial a la banda californiana. Constantes coros de miles de voces acompañaron la interpretación del carismático Harwell.

“Do it again” y la enérgica “Come on come on” dieron continuidad a la fiesta, mientras el complejo se volvía un mar de manos levantadas. Durante la maratónica versión de la canción que esa noche interpretó el grupo, Harwell lanzó un “necesito chicas aquí arriba”, y un par de minutos después ya había una docena de fans femeninas bailando alrededor del cantante y los músicos.

Harwell en ningún momento dejó de tener un contacto directo con el público, al que además de los constantes “thank you” de rigor dedicaba todo tipo de saludos en gestos, y constantemente animaba para que la audiencia se descontrolara; en un momento dado, mientras interpretaba “Diggin' your scene”, hizo subir al escenario a un fotógrafo para que retratara al público, que de nuevo levantó las manos hacia el escenario en masa para salir en la imagen.

Un fuerte espíritu “noventoso” se desprendía de “Story of my life”, que a pesar de ser una canción de las más recientes de la banda -de su disco de 2006 “Summer Girl”- recuerda enormemente a grandes éxitos de los '90 en el género del rock alternativo.

Los que asistieron al evento pudieron disfrutar además de una auténtica primicia, una de las nuevas canciones del grupo que formarán parte de su nuevo disco, que de acuerdo a ellos mismos saldrá en la segunda mitad de este año. La canción, llamada “Flip it off”, es de una tonada alegre, marcada por un persistente teclado que marca el compás del tema; una primicia de muy buena aceptación entre el público.

De lo nuevo a lo clásico fue la consigna, ya que tras la inédita “Flip it off” llegó uno de los primeros grandes éxitos de la banda, y quizá su tema más representativo, con permiso de otros que aún estaban por llegar a la noche asuncena. La canción, por supuesto, es “Walkin' on the sun”, y bastaron las primeras notas para hacer enloquecer a los miles de asistentes que colmaban el Casco Antiguo.

Coros del público, masivos “pogos” y el omnipresente confeti eran los elementos de la fiesta en ese momento, y los decibeles crecieron aún más cuando la banda interpretó su célebre cover del clásico de Neil Diamond “I'm a believer”, canción que se vio venir aún antes de la primera nota gracias a la aparición en las pantallas gigantes de Shrek, el ogro verde protagonista de la inmensamente exitosa saga animada de DreamWorks, cuya primera película ayudó enormemente a la difusión mundial de Smash Mouth, que contribuía con este tema y otros a su banda sonora.

“Let's rock”, frenética y relajada por momentos fue el comienzo del final, que ya se anunció cuando Harwell, casi a modo de despedida, decía “quiero agradecer a todos por venir. Tienen un hermoso país, todos son tan amables”. Pero faltaba lo infaltable, y Smash Mouth guardó lo más potente para el final.

El apoteósico cierre del concierto fue, lógicamente, al son de la colosalmente popular “All star”, y la fiesta era absoluta; miles de voces cantaban juntas lideradas por el cantante, la pirotecnia daba un “plus” al espectáculo visual, el confeti no paraba de volar y pocas eran las personas que no saltaban al son de la famosa canción.

Smash Mouth puede no tener la popularidad de la que gozó años atrás, pero el espíritu y la energía definitivamente siguen siendo los mismos.

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