“Un Gran Dinosaurio”: belleza y falta de originalidad

La nueva película de Pixar es una aventura que no pasa de aceptable y se siente como un refrito de mejores películas. También es uno de los filmes animados de más belleza visual jamás hechos.

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La historia detrás de la producción de Un Gran Dinosaurio es uno de esos cuentos hollywoodenses de problemas y desacuerdos, de cambios radicales, de hacer toda una película y luego desmantelarla para hacerla de nuevo, que en la mayoría de los casos resultan en un desastre de película. Pero estamos hablando de Pixar, un estudio que ya enfrentó problemas similares con un par de sus películas antes, y no solo sacó filmes buenos, sino genuinas obras maestras como son Toy Story 2 y Ratatouille.

Como aquellos filmes, Un Gran Dinosaurio vio un brusco giro de volante durante su producción y, como aquellos filmes, los realizadores que entraron a terminar el filme evitaron que el mismo quede hecho un desastre, aunque en esta ocasión los estragos de la caótica producción se notan, dejando un filme que francamente está por debajo de los altísimos estándares a los que Pixar nos tiene acostumbrados.

El filme presenta una línea de tiempo alternativa para la Tierra, en la que el famoso asteroide que ocasionó la extinción de los dinosaurios pasó de largo sin tocar el planeta. Millones de años después, los dinosaurios, con una inteligencia evolucionada, siguen dominando el planeta.

Así conocemos a una familia de apatosaurios, herbívoros de cuello largo que se dedican a la agricultura. El hijo menor de la familia, Arlo (Raymond Ochoa) es una criatura inteligente pero demasiado miedosa e insegura, que ve con tristeza cómo sus hermanos se adaptan con mucha más facilidad a la vida en la granja. Eventualmente, el miedo de Arlo causa indirectamente una tragedia y el joven apatosaurio se ve apartado de su familia, con la sola compañía del otro causante indirecto de su dolor, un salvaje niño humano llamado Spot (Jack Bright). Arlo deberá superar sus miedos y su sentimiento de culpa, y aprender a a trabajar con Spot para volver a casa.

Si el filme tiene algo en lo que no se le puede reprochar es el apartado visual, al menos en lo que se refiere a escenarios, ya que presenta algunos de los paisajes más impresionantemente realistas jamás logrados en el cine de animación. Sería difícil culpar a alguien que piense que los de Pixar simplemente fueron holgazanes y salieron a filmar paisajes reales para insertar luego los dinosaurios animados, cuyas características más tradicionalmente caricaturescas contrastan enormemente con sus alrededores. Desde las grandes tomas de valles y montañas hasta las tomas cerradas de las plantas y las rocas, desde las gotas de agua cayendo sobre las hojas de un árbol hasta un diluvio que convierte un río en un torrente, Un Gran Dinosaurio es una de las películas animadas más visualmente impresionantes jamás hechas.

Lastimosamente, todo ese poder visual está al servicio de una historia que carece de grandes ambiciones.

Hay demasiados paralelismos casi directos entre Un Gran Dinosaurio y El Rey León, y Arlo, con su experiencia trágica inicial y su sentimiento de culpa por haber, a sus propios ojos, causado esa tragedia, sigue un viaje como personaje que es demasiado parecido al de Simba, hasta el punto que el filme parece no estar simplemente inspirado por una película del pasado, sino estar regurgitando sus ideas sin sumarles mucho más.

Incluso su relación con Spot, que debería ser interesante y debería explorar temas complicados propios de lo que Pixar suele examinar – después de todo, durante gran parte del filme Arlo culpa directamente a Spot de la ya mencionada tragedia, lo que al menos debería dar interacciones fascinantes entre ambos –, al final se queda en una relación estándar de filme infantil, de dos seres perdidos aliándose contra un mundo hostil. Lo de Arlo y Spot no está precisamente mal, pero es inesperadamente corriente para el mismo estudio que hace unos pocos meses estrenaba una película que personificaba de forma compleja pero accesible algo tan abstracto como el tumulto emocional de una niña enfrentándose a grandes cambios en su vida, y que en una película previa resumía impecablemente toda una vida en cinco de los minutos más conmovedores jamás puestos en una película.

Pixar normalmente apunta más alto y da en el blanco, así que es raro verlos poner sus miras más bajo y acertar solo más o menos.

El mundo que rodea a nuestros protagonistas, aunque magníficamente visualizado, también se siente un poco desaprovechado por lo poco que vemos de él y de las criaturas que lo habitan, la sociedad que se ha formado. Tiene los principios de ideas interesantes, como la lógica conclusión de que los dinosaurios herbívoros se dedicarían a la agricultura y que los carnivoros son o rancheros – como la familia de tiranosaurios que Arlo y Spot encuentran en su viaje – o bandidos como los pterodáctilos y los velocirraptores cuatreros que aparecen eventualmente. Pero son solo principios de ideas sin mucho desarrollo, como si estos personajes existieran aislados, solos en todo el mundo.

Me doy cuenta al escribir esto que hago parecer a Un Gran Dinosaurio mucho peor que lo que en realidad es, porque la verdad es que es un filme perfectamente aceptable, con más que suficiente colorido y acción para mantener a los niños cautivados y bastante emoción y drama para que un público más adulto se sienta igualmente atrapado. Y tampoco carece del todo de ideas originales o interesantes; la forma en que el filme carece de un villano central es refrescante, ya que los enemigos que el niño y el apatosaurio encuentran no califican realmente como auténticos antagonistas; es El Rey León con las hienas, pero sin Scar. La propia naturaleza toma el rol de ocasional enemigo y ocasional aliado de nuestros protagonistas.

Al final, el pecado del filme es que es simplemente aceptable. Un Gran Dinosaurio solo puede ser considerada mala o una decepción en el contexto de la filmografía de Pixar, una de las más impresionantes y de consistente calidad que un estudio ha logrado amasar. Como Cars, Valiente, Bichos y Monsters University, su falla está en ser una película decente al lado de auténticos clásicos.

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UN GRAN DINOSAURIO (The Good Dinosaur)

Dirigida por Peter Sohn

Escrita por Meg LeFauve

Producida por Denise Ream

Edición por Stephen Schaffer

Banda sonora compuesta por Mychael Danna y Jeff Danna

Elenco: Raymond Ochoa, Jack Bright, Jeffrey Wright, Frances McDormand, Sam Elliott, Anna Paquin, Steve Zahn, A.J. Buckley, John Ratzenberg y Peter Sohn

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