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El cineasta Antoine Fuqua siempre ha sido un hábil director de acción, aún en sus más mediocres propuestas de los últimos años, como la olvidable Ataque a la Casa Blanca – la inferior de las dos películas sobre ataques a la Casa Blanca en 2013 – o la sólida pero poco memorable El Justiciero.
En su nueva película, Revancha, tiene como aliado en el guión a Kurt Sutter, creador de la exitosa serie de motociclistas criminales Sons of Anarchy, y juntos crean un filme con fallas que acaba fncionando principalmente por la energía que Fuqua imprime a la acción y un excelente trabajo de un impresionante Jake Gyllenhaal.
Revancha es la historia de Billy Hope (Gyllenhaal), un boxeador campeón de peso semipesado que salió de las calles de Nueva York a conseguir fama. Con el apoyo de su esposa Maureen (Rachel McAdams) y su hija Leila (Oona Laurence), Billy está en la cima del mundo, aunque su comportamiento ocasionalmente inestable preocupa a su esposa, quien teme que el brutal castigo que su esposo recibe en el ring acabe teniendo graves consecuencias.
Este es el punto en que debo parar para lanzar una advertencia. Una reseña en profundidad de esta película es imposible sin incurrir en los que pueden ser considerados “spoilers” - a pesar de que los “spoilers” que voy a revelar ocurren en la primera parte de la película e incluso están en los tráilers del filme –, así que quienes deseen evitar que partes importantes de la película le sean revelados de antemano harían bien en dejar de leer hasta después de haber visto la película.
En fin, eventualmente el volátil Billy se mete en un altercado con otro boxeador, Miguel Escobar (Miguel Gómez), y en el confuso incidente alguien saca un arma y acaba matando a Maureen. Con su esposa muerta, Billy pierde totalmente el control de su vida, eventualmente perdiendo no solo a su hija, quien le es retirada por su comportamiento peligroso, sino también su fortuna, su título y luego su licencia de boxeador profesional, y debe luchar literal y figurativamente para recuperar su vida.
Como cualquier fan de Sons of Anarchy sabrá, Kurt Sutter es un enamorado de contar sus historias a través de metáforas, visuales o no, y compensa con entusiasmo y honestidad el hecho de que a veces sus guiones tienen toda la sutileza de un derechazo a la cara.
En Revancha, Sutter se mantiene fiel a su estilo, pintándonos la imagen de un hombre que atropella la vida, triunfando a pura fuerza de voluntad hasta que ese comportamiento temerario y autodestructivo lo lleva al borde de perderlo todo. Es él, después de todo, quien acaba permitiendo que su temperamento cause la pelea que acaba con la vida de su esposa, y su falta de autocontrol hace que acaben quitándole a su hija.
Sutter y Fuqua hacen un paralelismo directo entre el Billy fuera del ring con el Billy en el cuadrilátero. Billy afronta a sus rivales como afronta la vida, presentándoles la cara y desafiándoles a que lo golpeen, literalmente haciendo que se cansen de pegarle antes de noquearlos; lo suyo menos habilidad e inteligencia y más pura y cruda fuerza de voluntad y emoción sin filtrar. La metáfora es clara y efectiva, aunque Sutter sacrifica la lógica en su nombre; no puedo afirmar ser ningún experto en boxeo, pero me resulta algo difícil creer que un boxeador pueda llegar a campeón sin saber lo más mínimo de técnicas de defensa y evasión.
Eventualmente Billy toca fondo y decide esforzarse por cambiar. Consigue un trabajo en un gimnasio de su barrio de origen para tratar de recuperar a su hija, y bajo la tutela del veterano entrenador Tick Wills (Forest Whitaker) entrena para volver al ring. Sutter continúa su metáfora, mostrando a un Billy mucho más equilibrado como persona mientras entre las cuerdas aprende a bloquear golpes en vez de detenerlos con el rostro, y esquivar el peligro en vez de atropellarlo.
Lastimosamente, el hecho de que el filme está tan devotamente centrado en Billy hace que el resto de los personajes queden limitados a una dimensión. Aunque Tick tiene algo de profundidad, no es mucho más que la figura del duro pero justo entrenador que es tan normal en estos filmes - aunque esta es la mejor actuación que recuerdo de Whitaker desde El último rey de Escocia - , y Escobar el boxeador inescrupuloso es un villano casi caricaturesco en una historia que realmente no necesitaba un villano tradicional. La relación potencialmente interesante entre Billy y Maureen es apenas explorada, y la hija de Billy – a pesar de ser interpretada por una excelente Oona Laurence, toda una revelación – es más un elemento del guión que un personaje completo.
Jake Gyllenhaal es definitivamente uno de los actores más interesantes de la actualidad, y uno de los principales responsables de que esta película acabe satisfaciendo. Su Billy es una criatura de furia e impulso, de ojos enloquecidos y músculos palpitantes, pero esconde una humanidad que acaba haciendo que le perdonemos sus errores y lo queramos ver triunfar.
No hay nada particularmente especial en la dirección de Fuqua más allá de imprimir a cada pelea en el ring de una energía y movimiento vitales y auténticos. Pero debo admitir que hay pocas cosas tan puramente “cinematográficas” como un clímax en el ring de boxeo, con un héroe que lucha por redimirse ante pronósticos totalmente adversos. Lo vimos mil veces, pero nunca deja de conmover.
Revancha no será un nocáut contundente, pero es una sólida victoria por puntos cuyas virtudes pesan más que sus defectos.
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REVANCHA (Southpaw)
Dirigida por Antoine Fuqua
Escrita por Kurt Sutter
Producida por Antoine Fuqua, Todd Black, Jason Blumenthal, Alan Riche, Peter Riche, Steve Tisch y Ning Ye
Edición por John Refoua
Dirección de fotografía por Mauro Fiore
Banda sonora compuesta por James Horner
Elenco: Jake Gyllenhaal, Forest Whitaker, Rachel McAdams, Oona Laurence, Miguel Gómez, Naomie Harris, Curtis "50 Cent" Jackson, Beau Knapp, Víctor Ortíz y Rita Ora