“Insurgente”: intrascendente

Esta segunda entrega de la saga “Divergente” no cambiará la percepción de que esta serie es la hermana menos agraciada de “Los Juegos del Hambre”.

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Hace alrededor de un año concluía mi reseña de Divergente, la primera entrega de la saga cinematográfica basada en las exitosas novelas de Veronica Roth, expresando mis esperanzas de que la saga evolucione de forma similar a la de Los Juegos del Hambre, con la que tiene tantas cosas en común en lo que se refiere a tono, argumento y estética.

Como Los Juegos del Hambre – en cierta medida -, Divergente comenzaba con el pie izquierdo, con una primera entrega que exponía buenas ideas pero torpe ejecución, creando su mundo de post-apocalípsis pero sin imbuirle vida ni molestarse en hacer que tenga mucho sentido para cualquiera que no haya leído los libros de Roth antes de ir al cine. Pero esperaba que el cambio de realizadores hiciera por esta saga lo mismo que la llegada de Francis Lawrence hizo por la historia de Katniss Everdeen: darle una excelente segunda parte que corrija todo lo que el primer filme hizo mal y convirtiera el mundo de Tris Prior en un marco interesante para una historia atrapante.

Lastimosamente esta vez la historia no se repite, e Insurgente acaba siendo tan intrascendente como su predecesora.

El filme nos suelta prácticamente en el mismo momento en que terminó Divergente, con Tris (Shailene Woodley), su hermano Caleb (Ansel Elgort), su novio Cuatro (Theo James) y uno de sus amigos sobrevivientes, Peter (Miles Teller) convertidos en fugitivos, cazados por las fuerzas al mando de la despiadada Jeanine Matthews (Kate Winslet), quien sigue intentando llevar adelante sus pocos claros planes de controlar la sociedad dividida en facciones en la que se desarrolla la historia.

Porque esta película es de esas decepciones que más duelen, las que cada tanto dejan ver destellos de calidad para hacer que uno nunca deje totalmente de tener esperanzas, el filme comienza de forma prometedora con una escena que insinúa que Tris no está tomando del todo bien el haberse visto obligada a matar a uno de sus amigos. El director Robert Schwentke nos presenta este drama psicológico como secuencias de sueño que al principio son muy efectivas, jugando con la noción de qué es real y qué no. Sin embargo, el impacto se pierde cuando el recurso es usado una, y otra, y otra vez hasta el punto en que la incertidumbre que al principio era intrigante se vuelve frustrante.

También hay una sorprendentemente interesante, aunque brevísima – de tan solo unos segundos – pelea al principio, que parece un augurio de cosas buenas, pero la acción durante el resto del filme es bastante ordinaria. No es mala acción como la de cierta película reciente, pero no tiene nada que la haga resaltar.

El mundo de la saga continúa siendo tan confuso e ilógico como en la entrega anterior, y cualquier esperanza de que la saga profundice en el contexto que rodea al filme debe ser relegada a la tercera parte, lo que no tiene demasiado sentido. El guión se centra exclusivamente en impulsar la trama, sin molestarse en construir un mundo interesante a su alrededor.

¿Cómo es que funciona esta sociedad dividida en facciones? ¿Qué piensan sus habitantes? ¿Cómo es que todos accedieron a regirse por un sistema social como el de las facciones? ¿Por qué se supone que los divergentes son tan peligrosos? ¿Qué exactamente creen que hay más allá de las murallas de su pequeño mundo y por qué nadie jamás se aventuró fuera? Todas esas interrogantes no necesitaban desplazar la historia de Tris del centro de atención del filme, pero la hubieran enriquecido si se tenían en cuenta.

En vez de eso, tenemos que conformarnos con una sub-trama en la que Jeanine busca desentrañar los secretos de una misteriosa caja que solo puede ser abierta por los divergentes, una especie de conclusión de la idea que parece ser el centro de la saga: que las personas excepcionales son cazadas por ser diferentes pero que en realidad tienen la llave del futuro, una idea interesante que solo se toca de forma superficial.

Si bien la misteriosa caja es el principal medio para justificar los momentos más grandes del filme en lo que se refiere a espectáculo, que son realmente impresionantes ya que la película es visualmente mucho más ambiciosa que su predecesora, al final el único mérito de esta sub-trama es darnos un final que se sien,te como la versión post-apocalíptica y menos trabajada del final de cierta película de M. Night Shyamalan sobre gente que vivía en el aislamiento.

De nuevo, el principal aspecto rescatable del filme son las actuaciones. El elenco del filme cuenta con algunos de los jóvenes actores más talentosos del momento, con Shailene Woodley de nuevo haciendo lo que puede sin mucha colaboración del guión para dar a Tris algo de profundidad; la escena en la que confiesa haber matado a su amigo acarrea impacto por mérito casi exclusivo de ella. Theo James lo hace bien en un papel sin mucha profundidad, mientras que figuras como Ansel Elgort (excelente en Bajo la misma estrella) y Miles Teller (fantástico en Whiplash) se quedan cortos en tiempo de pantalla. Traiciones y redenciones pasan como si nada, sin peso dramático.

Kate Winslet no impacta tanto como podría en el papel de Jeanine, mientras que la adición más resaltante es Naomi Watts como una líder de los sin-facción, un personaje que da indicios de que podría resultar en cosas interesantes y moralmente ambiguas, principalmente porque no es presentada como una obvia villana, como fue el caso con Jeanine, sino que bien podría pasar por una extremista con buenas intenciones.

Al igual que Divergente, Insurgente probablemente será más que satisfactoria para seguidores del los libros de Roth que solo quieren ver a sus personajes favoritos en la pantalla grande, pero para el resto de la humanidad esta segunda entrega probablemente se desvanecerá del recuerdo ni bien comiencen a caer algunos de los filmes más destacados del año en los próximos meses.

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INSURGENTE (Insurgent)

Dirigida por Robert Schwentke

Escrita por Akiva Goldsman, Brian Duffield y Mark Bomback (basada en una novela de Veronica Roth)

Producida por Lucy Fisher, Pouya Shahbazian y Douglas Wick

Edición por Stuart Levy y Nancy Richardson

Dirección de fotografía por Florian Ballhaus

Banda sonora compuesta por Joseph Trapanese

Elenco: Shailene Woodley, Theo James, Kate Winslet, Naomi Watts, Miles Teller, Ansel Elgort, Jai Courtney, Ray Stevenson, Octavia Spencer, Zoë Kravitz, Maggie Q, Mekhi Pfifer y Ashley Judd

Una estrella: mala

Dos estrellas: regular

Tres estrellas: buena

Cuatro estrellas: muy buena

Cinco estrellas: excelente

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