Cargando...
El lugar escogido fue el polideportivo de la Secretaría Nacional de Deportes, que –por cierto– estaba lejos de llenarse. Pero allí estaban representadas, de alguna forma, aquellas adolescentes enamoradas que lo escuchaban diez años atrás.
Esta vez, el cantautor regresaba a Asunción como parte de su gira internacional Grandes éxitos 2014, nombre que, desde ya, lo dice todo: aunque con producciones recientes, sus éxitos radiales datan de un tiempo atrás.
La agrupación local Bambú como banda soporte hizo lo suyo, aunque discretamente. Los hermanos Eduardo, Fernando y Rodrigo Houdín presentaron un espectáculo modesto a causa de un sonido que los alejó del lucimiento. Por otra parte, la también anunciada como banda telonera, Noi, finalmente no se presentó por asuntos de producción.
Mientras algún vendedor astuto ofrecía discos piratas del cantante principal de la noche a solo G. 5.000 –vaya paradoja, en el medio del auditorio–, el artista español saltaba al escenario para ofrecer Sin miedo a nada.
Lo demás, claro, era de esperarse: gritos y euforia femenina. Casi siempre en compañía de una paciente pareja.
Desde allí, hubo lugar para temas como Nunca dejé de creer, ¿Sabes?, Amarrado a ti y Mientras tú me quieras.
Ubago demostró buenas condiciones vocales en vivo, junto a una banda integrada por cinco músicos que supieron acompañarlo con buena instrumentación y arreglos pop definidos.
El cantante se dispuso a conversar con su público. “Asunción: tenía ganas de volver a verte (…). Estuvimos en Encarnación y yo decía: ‘Como sea tenemos que organizar un concierto en Asunción’”, aseguró.
El repertorio siguió con Estar contigo, Me arrepiento, y –otro hit furioso– No te rindas.
En plan monologuista, Ubago se animó a una serie de gags jugando con las acepciones de “polvo” y “coger”.
Los coros del público siguieron con Cuanto antes y Calle ilusión, esta última con arreglos de guitarra más rockeros y aire funky.
De pronto, el cantante invitó al escenario a Cris, un paraguayo enamorado que –desde el mismo escenario– propuso a su novia Maggie matrimonio.
Dedicado a la pareja, el español interpretó Ella vive en mí, para dar lugar después a Viajar contigo y a una versión de Mil horas, el emblemático hit de Los abuelos de la nada, banda que integrara el músico argentino Andrés Calamaro en la década de los ’80.
La euforia femenina siguió con Dame tu aire, Aunque no te pueda ver, Siempre en mi mente y A gritos de esperanza… que sí, arrancó mil gritos.
Ya en la última etapa del recital, las fanáticas cantaron con fuerza ¿Qué pides tú? y Sin miedo a nada, quizás como lo hacían una década atrás.
En una atmósfera de amor, recuerdos y euforia de exadolescentes, el cantante español Alex Ubago entregó a su público la dosis de romanticismo que fueron a buscar.