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Durante un momento particularmente angustioso de Misión Rescate, cuando todo parece perdido para nuestro protagonista, el astronauta Mark Watney (Matt Damon), este graba un mensaje pidiendo a su comandante que, cuando llegue a la Tierra, hable con sus padres y les diga que su hijo murió por algo hermoso, importante y más grande que él. Con esa sencilla, modesta pero preciosa escena, la nueva película de Ridley Scott hace perfectamente el argumento que hace un año la similarmente espectacular pero imperfecta Interestelar intentaba hacer con la mano mucho más pesada.
No solo es Misión Rescate una excelente propuesta de ciencia ficción y un bienvenido retorno a una buena forma para el legendario cineasta Ridley Scott, cuyo último par de filmes dejaban bastante qué desear; es una película que celebra el ingenio humano y uno de sus logros más maravillosos, la exploración del espacio, de una forma tan contagiosa que, a pesar de los peligros del espacio que el filme destaca, probablemente hará recordar a muchos aquellas fantasías infantiles de ser astronautas.
Basado en la muy buena novela de Andy Weir The Martian, la película transcurre en un futuro inmediato en que la NASA estadounidense ya envió tres misiones tripuladas a Marte. La tercera misión se ve puesta en peligro cuando una masiva tormenta golpea la base marciana, y la comandante Melissa Lewis (Jessica Chastain) ordena la evacuación. Sin embargo, mientras Lewis y sus subordinados intentan llegar a su nave en medio de la arrasadora tormenta, una pieza de escombro golpea al ingeniero y botánico de la misión, Mark Watney, aparentemente matándolo, y los demás dejan el planeta sin él.
Sin embargo, Watney no murió. Despierta horas después, abandonado en el planeta rojo y sin forma de contactar a la NASA, y aunque pudiera hablarles sabe perfectamente que una eventual misión de rescate no llegaría antes de que sus provisiones se acaben y muera de hambre. Solo, sin comunicaciones y sin alimentos suficientes, Watney deberá utilizar todo su ingenio para sobrevivir y, de alguna forma, volver a casa.
Watney es la figura central del filme, y Matt Damon hace un trabajo magistral, quizá uno de los mejores de su carrera, con un personaje que combate con humor y carisma su desesperante situación. Pero en vez de depender exclusiva o casi exclusivamente de Watney – como hizo Robert Zemeckis con el personaje de Tom Hanks en Náufrago –, Ridley Scott tiene a su disposición un enorme elenco de fantásticos actores que aportan una diversidad y ritmo que aquél otro filme sobre un hombre atrapado lejos de la civilización no tenía.
Por un lado, estos nombres por si solos impresionan; además de Chastain, los compañeros astronautas de Watney son interpretados por Sebastian Stan, Michael Peña – la estrella inesperada de Ant-Man –, Kate Mara y Aksel Hennie, y el elenco en la Tierra se compone de grandes actores como Jeff Daniels, Chiwetel Ejiofor, Sean Bean, Kristen Wiig y Donald Glover.
Pero enfocarse en múltiples personajes en vez de hacer la historia solo sobre Watney sirve para más que simplemente llenar de estrellas el elenco, ayuda a reforzar el punto central del filme: es una histora sobre el ingenio humano y su voluntad para sobrevivir, pero no solo a un nivel individual, sino a uno general, es la historia de un hombre intentando sobrevivir y de el mundo uniéndose para ayudarlo. El cinismo siempre va a ser fuente de historias interesantes, pero ha sido tan predominante en las superproducciones hollywoodense en los últimos años de existencia post 11-S que un filme tan abierta y descaradamente optimista en su mirada de la raza humana como es Misión Rescate es especialmente bienvenido.
Con un elenco de primera y uno de los pilares de la ciencia ficción cinematográfica moderna como Scott en la dirección, trayendo consigo ese fantástico ojo suyo para crear imágenes de gran belleza e impacto – una virtud suya que se ha mantenido constante incluso en sus filmes más mediocres de los últimos años como Robin Hood y Éxodo –, la película ya tiene mucho a su favor. Pero la estrella oculta detrás del filme es el guionista Drew Goddard, un habitual colaborador de Joss Whedon que adapta expertamente la novela de Weir, entretenida pero complicada de adaptar al estar narrada en gran parte como los registros que el propio protagonista hace de su estadía en Marte.
Mientras Weir se podía dar el lujo de explicar en detalle todo lo que Watney hacía, Goddard debe resumirlo todo y hacer que las proezas matemáticas y científicas de Watney se transmita con diálogos e imágenes, y el guionista hace que todo sea sencillo de entender, que todo lo que el público necesita saber le sea transmitido de fora orgánica, natural y fácilmente digerible. En una película como esta, el verdadero genio realmente está en la sencillez.
Si a eso sumamos un bello trabajo de fotografía del habitual colaborador de Scott Dariusz Wolski, que convierte desiertos de la Tierra en un paraje extraterrestre de miles de millones de años de desolación; una gran banda sonora del gran Harry Gregson-Williams y probablemente el mejor uso de música dentro de una película desde Guardianes de la Galaxia - aunque el pobre atney estaría en desacuerdo por el exceso de música disco -, la película simplemente es un paquete completo.
Misión Rescate es un gran triunfo, un producto de gran entretenimiento y gran humanidad, capaz de hacer a uno reír y conmoverse con la misma intensidad con la que se aferra a su asiento en suspenso. Absolutamente recomendada.
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MISIÓN RESCATE (The Martian)
Dirigida por Ridley Scott
Escrita por Drew Goddard (basada en una novela de Andy Weir)
Producida por Ridley Scott, Mark Huffam, Simon Kinberg, Michael Schaefer y Aditya Sood
Edición por Pietro Scalia
Dirección de fotografía por Dariusz Wolski
Banda sonora compuesta por Harry Gregson-Williams
Elenco: Matt Damon, Jessica Chastain, Chiwetel Ejiofor, Michael Peña, Kate Mara, Sebastian Stan, Aksel Hennie, Jeff Daniels, Kristen Wiig, Mackenzie Davis, Benedict Wong, Donald Glover y Sean Bean