“Los 33”: la mina podría ser más profunda

Esta película es un decente drama de supervivencia, aunque la profundidad que el filme da a sus personajes no se compara con la de los túneles en los que los mineros chilenos tuvieron que vivir.

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A veces la realidad misma parece darse aires de guionista de cine, engendrando historias que parecen más dignas de una producción hollywoodense que de la vida real. Puede considerarse que, en los últimos años, uno de los ejemplos más notorios de las aparentes aspiraciones del mundo real de dejar obsoleta a la ficción fue el caso de los 33 mineros que quedaron atrapados a 200 metros de profundidad en las penumbras rocosas bajo el desierto de Atacama, cuando la mina en la que trabajaban colapsó.

Era una historia que lo tenía todo: héroes dentro y fuera de la mina, intriga, un suspenso insoportable, peligros innumerables, dificultades en aumento, una ominosa cuenta regresiva, tecnología y ciencia, esperanza, y, finalmente, un final feliz con los ojos y cámaras de todo el mundo mirando. La película ya estaba hecha, solo había que filmarla.

Ese fue el trabajo de la realizadora mexicana Patricia Riggen (La Misma Luna), quien toma una historia fascinante y saca de ella una película de supervivencia más que decente, pero que parece un poco sobrepasada por el evento que intenta retratar y al final pinta una imagen algo superficial y ligeramente artificial de las cosas.

El filme pinta una imagen bastante directa, sin demasiados artificios, de la odisea de los mineros que a principios de agosto de 2010 trabajaban en una mina de cobre y oro en Copiapó, Chile, cuando quedaron atrapados por un colapso. Sabiendo que manejar a 33 protagonistas es poco práctico, Riggen y sus guionistas deciden sabiamente centrar la atención en solo unos cuantos protagonistas principales, incluyendo al “líder” de los mineros Mario Sepúlveda (Antonio Banderas, sobreactuando a placer, aunque probablemente a tono con su personaje), el capataz de la mina Luis Urzúa (Lou Diamond Phillips) y un par de secundarios como el alcohólico Darío Segovia (Juan Pablo Raba) y el joven padre en espera Álex Vega (Mario Casas).

El guión no se complica demasiado, dando a estos protagonistas historias básicas pero efectivas – Mario tiene una esposa a la que ama, Álex está esperando un hijo, Darío está peleado con su hermana, etcétera – y dejando que los demás mineros pasen a roles de extras, ocasionalmente dando algo de atención a algunos como el boliviano marginado Carlos Mamani o al curioso imitador de Elvis, pero no demasiada.

Pero en vez de hacer la gran Enterrado y tenernos toda la película bajo tierra, el filme pone mucha de su acción sobre la superficie, centrándose en los esfuerzos del ministro de Minería Laurence Golborne (Rodrigo Santoro) por sacar a los mineros y en la presión ejercida por los familiares, de quienes se vuelve una líder de facto la hermana de Darío, María (Juliette Binoche).

Incluso con la decisión de centrarse solo en los participantes principales de la odisea, la película tiene que cubrir un montón de cosas, y por momentos se siente sobrepasada. Cuestiones como las relaciones de nuestros mineros principales con sus familias o incluso entre sí son repasados de forma solo superficial, y la película se toma demasiado poco tiempo para mostrar cosas interesantes como el día a día en la mina o en el campamento de los familiares. Al final no es algo que moleste demasiado, gracias a la dirección práctica de Riggen y al hecho de que la película juntó un muy buen elenco - Binoche sobresale - , pero siempre hay una sensación predominante de que si la película se tomara quizá un minuto o dos en algunas escenas, el resultado final hubiera sido mucho más fuerte.

Hay una sensación de apuro que se siente con mayor fuerza en los momentos de tensión como la previa al colapso. Ese era un momento importante, en el que el filme tendría que haber jugado con el hecho de que sabemos lo que se viene y transmitido un suspenso al estilo Tiburón, aderezándolo con la claustrofobia propia de la situación; esos eran momentos para hacer que el espectador sienta que él también está a 200 metros de la superficie, en un oscuro y centenario sistema de estrechos túneles excavado entre la roca, el cobre y el oro, con una sola forma de entrar y salir. Pero Riggen está demasiado ocupada estableciendo personajes para eso, y sigue haciéndolo hasta el momento en que la mina se viene abajo.

Pero algo que no se puede reprochar a la directora es que, si bien no logra preparar la previa los momentos de tensión y acción muy efectivamente, sí que sabe desenvolverse en los momentos en sí. Secuencias como el momento en que los mineros tienen que llegar al refugio con todo colapsándose, o los cada vez más desesperados esfuerzos de los rescatistas por llegar hasta ellos mientras los suministros de los mineros se agotan, están llenos de palpable tensión. Al gran crédito del filme, me hizo temer por la suerte de los mineros, a pesar de que, habiendo estado vivo y tenido acceso a diarios e Internet en 2010, sabía perfectamente que todos salieron con vida.

Lo que definitivamente llega a molestar es que la película está en inglés, y molesta porque no hay una razón artística para que así sea. La mayor parte del elenco principal es hispano, exceptuando a Binoche, Phillips y secundarios como Gabriel Byrne y Bob Gunton, quien interpreta al presidente chileno Sebastián Piñera. Lógicamente la película se filmó en inglés porque es una producción norteamericana y al público de Estados Unidos no le gusta leer subtítulos. Eventualmente uno se acostumbra, pero cada tanto saltan detalles que rompen el realismo, como que la icónica nota de “estamos bien en el refugio los 33” esté en inglés, o cosas que simplemente distraen como Juliette Binoche vendiendo empanadas en inglés por las calles de Copiapó, una ciudad a la que personalmente nunca fui, pero que dudo mucho tenga una mayoría de habitantes angloparlantes.

Pero al final creo que las virtudes de Los 33 superan ligeramente a sus defectos. Es un buen retrato de una situación increíble, y un decente filme de supervivencia que conmueve y atrapa; no tanto como podría, pero lo hace.

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LOS 33 (The 33)

Dirigida por Patricia Riggen

Escrita por Mikko Alanne, Craig Borten y Michael Thomas (basada en un libro de Héctor Tobar)

Producida por Robert Katz, Edward McGurn y Mike Medavoy

Edición por Michael Tronick

Dirección de fotografía por Checco Varese

Banda sonora compuesta por James Horner

Elenco: Antonio Banderas, Rodrigo Santoro, Lou Diamond Phillips, Juliette Binoche, Mario Casas, Juan Pablo Raba, Gabriel Byrne, Jacob Vargas, Kate del Castillo, Cote de Pablo y Bob Gunton 

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