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Son muchas las palabras que pueden definirlo, ¿pero qué más que sus cincuenta años en escena para hablar por sí mismos? Este tenor de 70 años nacido en Barcelona llegó hasta el escenario del Centro de Convenciones de la Conmebol para compartir con los paraguayos parte de su arte, ya en el tramo final de una carrera atemporal.
A Life in Music (Una vida en la música) se llama su espectáculo, como parte de la gira The Final Tour (La gira final). Ambas frases definen, entonces, el momento de una carrera en el que no se priva de nada: ni siquiera de presumir en pantalla -sin falsas modestias- del estatus de ser “el tenor más querido del mundo” o de haber compartido escenario con figuras de la talla de Liza Minnelli, Sting o, por supuesto, sus amigos Luciano Pavarotti y Plácido Domingo -en los tiempos de Los Tres Tenores-.
Un público emocionado celebró una selección musical que incluyó tanto un repertorio lírico como popular, con la participación de la soprano argentina Jaquelina Livieri y una inclusión local: el impecable acompañamiento de la Orquesta Sinfónica del Congreso de la Nación (OSIC).
El vuelo vocal y la intensidad de Carreras se conjugaron con la potencia y el carisma de Livieri, en una constante interacción escénica que el público no dudó en aplaudir.
Obras como Pecchè? (Pennino), Passione (Valente), Oh Mio Babbino Caro (Puccini), Je te veux (Satie), Vurria (Rendine) e Il bacio (Arditi) fueron aplaudidas por el público, todas ambientadas con elegantes postales audiovisuales. El repertorio incluyó las composiciones Lejana tierra mía (Gardel-Lepera), La boda de Luis Alonso (Jiménez), como intermedio, y la enamoradísima El dúo de la africana "Dúo y Jota" (Caballero).
Los aplausos resonaban en el final de Chitarra romana (Cherubini-Di Lazzaro), I Could Have Danced All Night (Loewe-Lerner), Solamente una vez (Lara) y un emocionante broche de oro con Amigos para siempre (Webber-Black), canción que Carreras interpretó con Sara Brightman en los recordados Juegos Olímpicos de Barcelona (1992).
“Una vida en la música” es la que lleva Carreras en una gira en la que empieza a decir adiós. Sus seguidores paraguayos, al fin, lograron cumplir su sueño y regresar a sus casas con un espectáculo que todavía suena en sus oídos.