Franco de Vita: el oficio de cantar al amor

El cantante y compositor venezolano Franco de Vita ofreció su extensa lista de éxitos la noche del sábado en el Court Central del Yacht y Golf Club. Talento y oficio de un hombre que le canta al amor.

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Enérgico, carismático y multiinstrumentista: así se mostró la noche del sábado Franco de Vita, el cantautor que –con más de 30 años de trayectoria– logra mantenerse vivo en la escena musical a lo largo del continente.

Después de la apertura a cargo de la banda local Purahéi Soul, De Vita subió al escenario y no hizo más que demostrar sus virtudes de showman. Con una introducción de percusión que emulaba ritmos afroamericanos, el autor abrió el show con Cántame, para dar lugar a Fuera de este mundo, casi un himno de esperanza de la raza humana.

De allí en adelante, el artista denotaba sus cuotas de versatilidad, ya sea en piano, con guitarra o al micrófono, demostrando las condiciones de frontman que tiene.

La seguidilla de éxitos no tardó en llegar. Con Tú de que vas, el público demostraba la pasión por su repertorio; como sucediera con Tan solo tú, esta vez, acompañado por la cantante paraguaya –y ex Miss Paraguay– María José Maldonado. El músico adelantó que no habían ensayado; sin embargo, la cantante supo lucirse, entre halagos del venezolano y más aplausos del público.

Un hit infaltable, Louis, fue coreado con los fans ya de pie, antes de hacer Fuera de este mundo, con elegantes arreglos de viento.

Una emotiva Te pienso sin querer tuvo lugar con la cantante mexicana Gloria Trevi proyectada en pantalla, para dar lugar a una intensa versión de Si la ves, cantanda a dúo con su guitarrista.

Con la guitarra al frente, y al ritmo de rock, sonaba Somos tres, tema que dio lugar a Y tú te vas, esta vez con el mexicano Carlos Rivera.

Mientras el cantante agradecía el afecto del público reflejado en apasionados aplausos, el venezolano ofrecía otro éxito: Te amo. Los ritmos latinos volverían con Cálido y frío, ¿Y ahora qué? –acompañado con arreglos de percusión– y Si tú no estás, tema que puso a bailar con furia.

El ritmo mantenía su fuerza con ¡Ay Dios!, canción en la que los saxofonistas aprovecharon para lucirse. De Vita entregaba lo mejor de su repertorio con una larga lista de hits, en medley: Será, Tengo, No hay cielo, Contra viento y marea, Esta vez y Solo importas tú.

Casi como una postal de la inmigración latina en los Estados Unidos, De Vita hizo una potente interpretación de Latino, canción que diera lugar a la presentación de sus músicos. Cada uno aprovechó para dar muestra de su talento, con intrepretaciones y divertidas interacciones, tanto con el cantante como con el público.

Por si algún hit, acaso, faltaba: era momento de la melancólica Te veo venir, soledad, que antecedió a la centroamericana Traigo una pena.

Tanto De Vita como sus músicos se retiraron del escenario ya cerca de la medianoche. El amague de despedida no tuvo efecto, y siguió con su emblemática No basta y, otro himno de su repertorio, Un buen perdedor.

Poesía y melodía popular reunidas. Con ovación de pie y emoción en la piel, Franco de Vita cautivó a su público, convertido en el icónico cantautor que reinventa, una y otra vez, el género de la canción de amor.

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