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Hace poco más de tres años, David O. Russell retornaba a la relevancia hollywoodense luego de unos seis años de inactividad, con El Ganador (2010), una historia de familia enmarcada en la carrera de un boxeador rodeado de influencia no precisamente positivas, y luego afianzaba su posición como uno de los mimados de la Academia con El Lado Luminoso de la Vida (2012), que tocaba temas similares con otra familia disfuncional en su centro, enmarcada en una comedia romántica con bastante de drama.
Los temas familiares de Russell vuelven a aparecer, aunque de una forma mucho más tangencial, en Escándalo Americano, un filme que reboza estilo y color, y tiene como principal motor de impulso un elenco protagonista y secundario de fantásticos actores al tope de sus respectivas y considerables capacidades.
La historia está ligeramente basada en el escándalo “ABSCAM” que acabó con varios políticos estadounidenses destituidos y arrestados por corrupción a finales de los años '70. Irving Rosenfeld (Christian Bale, con un peculiar peinado y un estado físico muy distinto al que ostentaba cuando lo veíamos el año pasado como Batman) y su amante y cómplice Sydney Prosser (la consistentemente excelente Amy Adams) son atrapados por un ambicioso y no del todo cuerdo agente del FBI (Bradley Cooper) y obligados a ayudarlo a conseguir arrestos a cambio de su libertad.
Como dije, las actuaciones son el punto alto del filme, unánimemente excelentes, sin excepciones. Russell vuelve a poner a Christian Bale en un rol muy distinto a los personajes de gran intensidad a los que el actor galés nos tiene acostumbrados; su Rosenfeld es confiado y cautivante, pero al mismo tiempo vulnerable y manipulable, lejos de ser tan inteligente y calculador como le gusta pensar que es, y el actor lo hace en todo momento natural y hasta digno de la simpatía del público, algo merecedor de elogio teniendo en cuenta que interpreta a un tipo que se roba el dinero de gente desesperada.
El resto del elenco masculino también hace un sólido trabajo, con un Jeremy Renner refrescantemente vivaz y locuaz y Bradley Cooper en un papel que aprovecha sus dotes para la comedia -en especial en las geniales escenas que comparte con el comediante Louis C.K.-, pero que por momentos recuerda demasiado a su rol protagónico de El Lado Luminoso de la Vida.
Pero son las dos actrices principales las que brillan con más intensidad. Por un lado tenemos a Amy Adams en un modo “femme fatale” que, curiosamente, le va como anillo al dedo. Actúa como una mujer que está siempre actuando; básicamente interpreta dos personajes, y en ambos casos de forma perfecta. Mientras tanto, Jennifer Lawrence se roba absolutamente cada una de sus escenas como la impredecible esposa de Rosenfeld; aunque es quizá demasiado joven para interpretar a la esposa de Christian Bale -y no se hace el más mínimo intento de avejentarla un poco con maquillaje-, es difícil negar que la actriz es ideal para el vistoso papel.
Es quizá un testimonio a la maestría de Russell como director y al calibre de sus actores que todo esto, sumado a una excelente ambientación, presentación visual, juegos de cámara y demás recursos, logra ocultar en gran medida lo que acaba siendo un guión que se queda ligeramente corto.
El guión, coescrito por Russell y Eric Singer (Agente Internacional), no es malo ni por asomo, haciendo malabares de forma habilidosa con una trama que va complicándose constantemente con el paso de los minutos, pero sin desconcertar ni confundir, mientras da relevancia y motivaciones claras a todos sus personajes (excepto el de Lawrence, que tampoco lo necesita siendo la agente del caos que es), aún cuando actúan de forma ilógica muchas veces. El final está ingeniosamente ejecutado y satisface, sin duda.
Pero hay varias oportunidades perdidas que le impiden pasar al reino de lo brillante. Un ejemplo: Rosenfeld toma una decisión clave en el nombre de su hijo, pero solo lo vemos interactuar con él una o dos veces, lo que es suficiente para entender al personaje y creele, pero al menos un momento más, o tomarse más tiempo con la escena que sí incluyeron, hubiera dado un contexto más completo a esa decisión. Cada uno de los cuatro integrantes del cuarteto protagonista tiene elementos como ese, a los que podría habérseles dedicado un poco más de tiempo para hacerlos más tridimensionales, pero la trama parece obligar a Russell a avanzar con cierta prisa.
Pero dentro de todo esa no deja de ser una imperfección menor dentro de lo que es en general una película excelente. Los defectos no pasan de ser pequeños, y lo bueno que tiene el filme es tan bueno que acaba haciendo que al final importen poco.
Probablemente no la vamos a estar celebrando como la ganadora del Oscar a la mejor película -películas como Gravedad y Capitán Phillips acarrean más impacto, y por cómo se está desarrollando la temporada de premios todo indica que 12 Años de Esclavitud tiene las de ganar-, pero Escándalo Americano no deja de ser una propuesta excelente, recomendable más allá de cualquier duda.
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ESCÁNDALO AMERICANO (American Hustle)
Dirigida por David O. Russell
Escrita por David O. Russell y Eric Singer
Producida por Megan Ellison, Jonathan Gordon, Carles Roven y Richard Suckle
Edición por Alan Baumgarten, Jay Cassidy y Crispin Struthers
Dirección de fotografía por Linus Sandgren
Banda sonora compuesta por Danny Elfman
Elenco: Christian Bale, Amy Adams, Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Jeremy Renner, Louis C.K., Jack Huston, Michael Peña, Shea Wingham y Elisabeth Röhm