“Elysium”: desigualdad, robots y naves

El cineasta Neill Blomkamp trae otra superproducción de ciencia ficción que presenta una crítica social envuelta en violencia y espectacularidad visual.

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Con “Sector 9”, la película que lo graduó a la fama internacional, el cineasta sudafricano Neill Blomkamp realizó una creativa y cruda -aunque muy poco sutil- crítica a problemas sociales de su país como la xenofobia y la discriminación, presentando un mundo en el que extraterrestres llegaron a la Tierra con una nave incapacitada, y fueron relegados a un gueto en las afueras de Johannesburgo.

En muchas formas, “Elysium” es una película muy parecida a aquella excelente primera superproducción de Blomkamp; ambas películas comparten un mensaje social muy claro que es entregado con escasa sutileza y quizá demasiada superficialidad, pero con gran espectáculo, grandes actuaciones, nada de dudas en mostrar violencia de la más gráfica y un uso efectivo de efectos especiales.

La película transcurre en el año 2154. Las personas privilegiadas viven en Elysium, una inmaculada estación espacial en la que las enfermedades son literalmente borradas y la pobreza no existe. El resto de la humanidad vive en la Tierra, muy deteriorada y contaminada, sumida en la enfermedad y la violencia. Nuestro protagonista es Max De Costa (Matt Damon), un trabajador industrial que sufre un accidente con radiación que lo deja con cinco días de vida. Su única esperanza es llegar a Elysium.

Esta es una excelente película de ciencia ficción. Al igual que en “Sector 9”, Blomkamp demuestra ser un virtuoso a la hora de dirigir cine de acción, de una forma que hace sentir verdaderamente real lo que ocurre en pantalla, aún cuando la acción involucre cosas como hombres con exoesqueletos que les dan superfuerza, robots, naves espaciales o campos de fuerza capaces de atajar balas. A veces la acción cae en el vicio de abusar con la cámara temblorosa para dar esa sensación de realismo, pero eso solo durante las peleas cuerpo a cuerpo, de las cuales no hay demasiadas.

El contenido de efectos especiales de la película es abundante, pero, admirablemente, los efectos digitales -como en las escenas que involucran a robots o la acción en el exterior de Elysium- se sienten reales, tangibles y sólidos. En lo general, el apartado visual del filme es simplemente impecable; desde las sucias y empobrecidas calles de Los Ángeles hasta los estériles suburbios y pasillos de Elysium, los mundos se sienten vivos y auténticos.

Es lo que pasa cuando los efectos especiales se usan como apoyo para contar una historia, y no la historia como apoyo para los efectos especiales.

Hablando como fan de la ciencia ficción, es difícil para mí no disfrutar, a pesar de los defectos que pueda tener, de un filme que entrega tanta atención al detalle y tanta creatividad bien aplicada a excelentes secuencias de acción: mercenarios con prótesis robóticas que aumentan sus habilidades, robots de combate, armas capaces de hacer explotar gente, una estación espacial única en su diseño; esta película está llena de cosas geniales, a falta de otra palabra. Siempre es bueno ver que la maravillosa capacidad de la tecnología cinematográfica actual de plasmar prácticamente lo que sea que los realizadores se imagen en realidad es aprovechada.

Matt Damon hace un adecuado trabajo como Max, aunque el elenco que lo rodea acaba por opacarlo bastante, aunque eso es más mérito de sus compañeros de reparto que falta de Damon. Igual es el caso de la brasileña Alice Braga, que debe conformarse con un rol de madre protectora sin demasiado que destacar, pero bien interpretado por la actriz.

El que se roba la película es definitivamente Sharlto Copley, el actor sudafricano que debutara con Blomkamp en “Sector 9” y que en esta ocasión interpreta a Kruger, un inolvidable psicópata mercenario al servicio de Elysium que da caza a Max; el actor da al personaje una mirada de total demencia en los ojos que intimida más que todas las armas y armadura, y la amenaza es palpable en cada una de sus líneas, sean susurradas o gritadas con buenas cantidades de obscenidades en inglés o afrikaans. Jodie Foster también se destaca como la fría y despiadada secretaria de defensa de Elysium, y el actor brasileño Wagner Moura da una entretenida interpretación de un influyente contrabandista.

El principal problema de la película, creo yo, no es el hecho de que su mensaje de crítica a la xenofobia y al drama de la inmigración carezca totalmente de sutileza, ya que esto básicamente deja de sentirse cuando la acción comienza. El problema es que la situación es pintada de forma demasiado superficial, muy “blanco y negro”. Todos los personajes de Elysium que la película muestra por más de unos segundos es unidimensionalmente un villano, hasta el punto en que resulta poco creíble.

Si existen aparatos capaces de curar mágicamente en cuestión de segundos todo tipo de enfermedades o lesiones -desde cáncer hasta una herida de explosión que arranca la cara de alguien-, y aparentemente son lo suficientemente abundantes para haber una en cada casa de Elysium, simplemente no me parece creíble que no se destinen algunas para la Tierra. ¿No sería eso más económico y mejor para las relaciones públicas que simplemente hacer volar en pedazos las naves de los civiles desesperados que intentan colarse en la estación para curarse? Incluso en “Sector 9” -que también adolecía de villanos unidimensionales- había humanos protestando por los derechos de los alienígenas, una escena como esa, aunque sea una toma de “elisianos” protestando hubiera pintado un panorama menos superficialmente simplista.

Pero al final del día, ni siquiera esas inconsistencias y algunas otras que aquejan a la película no borran el hecho de que “Elysium” es una gran nueva propuesta del género de la ciencia ficción que ningún fan que se precie debería perderse.

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ELYSIUM

Dirigida por Neill Blomkamp

Escrita por Neill Blomkamp

Producida por Simon Kinberg

Edición por Julian Clarke y Lee Smith

Dirección de fotografía por Trent Opaloch

Banda sonora compuesta por Ryan Amon

Elenco: Matt Damon, Alice Braga, Sharlto Copley, Jodie Foster, Wagner Moura, Diego Luna, William Fichtner, Brandon Auret, Josh Blacker, Emma Tremblay y Faran Tahir

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