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Yo no sé cómo explicar que el concierto de Elton John en la noche del miércoles se convirtió en uno fuera de este mundo. Me cuesta encontrar adjetivos para describirlo; pero voy a elegir maravilloso, sensacional, histórico, fabuloso, excelente, superlativo. Capaz la respuesta que busco estaba en la palabra impregnada por el saco brillante que el músico británico usó durante su concierto de dos horas en el Yatch y Golf Club: fantastic (fantástico).
Durante el recital, que comenzó a las 21:00 con The One y terminó con Can You Feel The Love Tonight?, Elton John bebió líquido en solo cinco ocasiones y no dio pausa entre sus músicas, salvo durante el encore obligatorio previo al final de la cita de la noche. El carisma de este hombre de 64 años, en la escena musical en forma oficial desde 1970, es increíble. Todo lo que uno puede leer, o escuchar, o reflexionar sobre la historia de Elton John se convirtió en leyenda. Nunca creí poder ver tanta magia salir de un piano. El músico domina las teclas como un juguete, como si fuera una extensión de su ser. Se percibía una impecable coordinación en donde los pedales del piano eran sacudidos junto a las teclas que revivían clásicos de vinilo, casette, CD. Ponga usted el formato que quiera.
Y lo digo adrede: ponga usted el formato que quiera, porque para Elton John sus canciones son una anécdota de vida. Han pasado 43 años desde su primer material y este hombre vio mucho mundo; demasiado diría. Estuvo y está presente en todos los formatos que pueden reproducir canciones. Al comienzos de los ’70 irrumpió en el mundo de la música y casi muere por culpa de su adicción a las drogas. Trabajó con John Lennon en el ’74, pero la colaboración con el exBeatle es una de las cientas que haría en el trascurso de su carrera musical.
Durante esa década setentosa, este artista marcó el destino del pop con otros, como por ejemplo David Bowie, cabezas de la sicodelia, los abusos y el desborde de la personalidad junto a otras estrellas del rock como Jimi Hendrix, Janis Joplin o Jim Morrison.
Elton John dio una cátedra, una lección de historia y música en nuestro país. El británico, que llegó sin su banda, se decantó por sus éxitos más grandes. Escuchar en vivo Philadelphia Freedom, Bennie And The Jets, Your Song, ese espacial y mítico Rocket Man, que le pone nombre a este tour que lo trajo a nuestras tierras, o Mona Lisas And Mad Hatters, que transporta a la ciudad de Nueva York, son una experiencia que se le desea a cualquier que aprecie la buena música.
En Candle In the Wind, Elton le canta a Norma Jean, conocida como Marilyn Monroe, y le dice “te pusieron en un molino y te hicieron cambiar tu nombre”. Elton, que se llama en realidad Reginald Kenneth Dwight, es uno de los tantos que tuvieron que hacerlo. De alguna forma, el hombre se rinde también un tributo a sí mismo cada vez que le da play ese tema que un día también supo homenajear a Diana de Gales.
Quisiera destacar también el excelente juego de lumínica que no abandonó al pianista nunca. En algún momento, un total de 52 luces impactaron en el escenario.
No me gusta hacer comparaciones, pero puedo asegurar que el concierto de Elton John en Paraguay el 6 de marzo de 2013 quedará en la historia musical de nuestro país por mucho, mucho tiempo por su excelencia, por su calidad como músico y, por sobre todo, porque hace reflexionar sobre cómo el mundo cambió tanto y Elton sigue tan vigente como nunca.