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La música clásica, el rock y el pop nunca fueron mejores aliadas. Lejos de prejuicios y de compartimientos estancos, la música fue la gran reina en la noche del domingo en la primera presentación paraguaya del dúo que Luka Šulić y Stjepan Hauser conforman desde 2011. Uno de los tantos casos surgidos desde la plataforma de videos YouTube, a partir de una versión en violonchelo de un clásico de Michael Jackson.
Tres álbumes de estudio y una permanente presencia en las redes sociales servían, de alguna forma, de acercamiento a los paraguayos hacia el particular universo del dúo croata-esloveno. Las casi 400 mil reproducciones que generan sus videos, mientras las canciones de sus tres álbumes de estudio -2Cellos (2011), In2ition (2013) y Celloverse (2015)- se cuelan en el streaming de los usuarios confirman la sorpresa que el proyecto genera a escala global. Nada, entonces, podría estar mal.
Después de la presentación de los arpistas paraguayos Miguel y Mercedes Ramírez, y de un insistente pedido popular, era tiempo del encuentro. Pasadas las 21:30, Šulić y Hauser subían al escenario para una apertura bañada en elegancia: el clásico de Astor Piazzolla, Oblivion. Desde entonces, los músicos y el público descubrieron complicidad. “¡Hola, Paraguay! Estamos muy felices de estar por primera vez en Asunción. ¡Muchas gracias por venir al show!”, saludaron, no sin antes hacer una aclaración. “No es un concierto clásico... se pueden relajar, pueden hacer todo lo que quieran. Pueden gritar, pueden levantarse y bailar, venir al frente, ¡subir al escenario! Diviértanse”. El saludo fue clave para el recital, porque no tardó en encender la atmósfera.
Antes había sonado U2 -Where the streets have no name, grabado por la banda irlandesa en 1987- pero la energía apenas se empezaba a desatar. Los coros y palmas fueron constantes en episodios populares, como Viva la vida -de Coldplay-, Resistance -de Muse-, y With or without you -también del grupo irlandés-.
“¡Wow! Es la primera vez aquí. Tenemos muchas canciones maravillosas para ustedes”, definía la propuesta que prometía más sorpresas. Era momento, entonces, para recordar al ‘Rey del Pop’. Human nature y Smooth criminal -hit que los volvió virales- erizaban la piel del auditorio, en una eufórica clase magistral de interpretación. El público agradecía a los gritos la efusiva entrega musical.
Por si todavía no fuera suficiente, los fanáticos del rock tendrían su momento cumbre. Con baterista integrado en el escenario, la adrenalina llegaba con versiones de AC/DC, con las potentes Thunderstruck, You shook me all night long y Highway to hell -cuernitos incluidos-, divididas por momentos épicos como el clásico de Nirvana, Smells like teen spirit. Tirado al piso o en permanente interacción, las virtudes del violonchelo casi pasan a segundo plano para brindar el protagonismo a la entrega y al descontrol de los mismos músicos y las fans, que incluso lleva a saltar a una hasta el escenario.
Con un auditorio motivado, distante de cualquier recital conservador, la fuerza del rock seguía al compás de Sus Majestades Satánicas, al ritmo de Satisfaction, para trepar -tiempo después- al pop de Avicii (Wake me up) y Rihanna (We found love). Como un respiro de primavera, la emoción parecía llegar a su fin con un clásico del icónico Johann Sebastian Bach: Aire para la cuerda de Sol.
Con la fuerza del rock, la sutileza del pop y la elevación de lo clásico, 2Cellos demostró en Asunción su capacidad de recrear cualquier partitura posible, con un vuelo interpretativo que se agradece, aún en tiempos de YouTube y de canciones descartables.