“El tiempo nublado”: arrepentimiento y perdón

Aramí Ullón presenta un documental que usa un lenguaje de ficción para retratar una historia de amor, remordimiento, mortalidad y la búsqueda de respuestas a cuestiones que bien podrían no tenerlas.

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Perdida en el laberinto de colores apagados que es la Asunción que presenta El Tiempo Nublado, la directora Aramí Ullón busca exorcisar remordimientos con décadas de arraigo y tomar responsabilidad por el bienestar de su anciana y enferma madre, intentando encontrar la forma de conciliar esa responsabilidad con el deseo de construir una vida propia.

El Tiempo Nublado es un filme de cuestionamientos complejos, complicados, y respuestas ambiguas y poco definitivas, una historia sobre el deseo de vivir una vida propia y la imposibilidad de soltar amarras, sobre la necesidad imperante, urgente de perdonar y la dificultad de hacerlo de una forma definitiva. Ullón toma todas estas preguntas y las plasma de forma hermosa en pantalla, sin la pretensión de tener respuestas definitivas.

La película gira en torno a la relación de Ullón con su madre Mirna, quien sufrió de epilepsia desde hace décadas y, en su avanzada edad, está perdiendo lentamente sus facultades mentales. Al iniciar el filme, Ullón está viviendo en Suiza con su pareja Patrick, y regresa a Paraguay para tomar un rol más activo en el cuidado de su madre.

Con su movilidad ya severamente reducida, Mirna se hallaba al cuidado de una mujer llamada Julia, cuyo actitud trabajadora no compensa el hecho de que no es una enfermera calificada para llevar a cabo el cuidado de una persona con las necesidades especiales de Mirna. Por ende, uno de los principales objetivos de Ullón es tratar de encontrar una solución más permanente al problema del cuidado de su madre, algo complicado debido a la precaria situación del sistema público de asilos para personas mayores en Paraguay.

La directora mete la mayor parte de su comentario social en esas escenas en las que Ullón debe recorrer las instituciones públicas, donde algo tan sencillo como conseguir una lista de los asilos públicos se convierte en una odisea que la lleva a visitar al menos tres oficinas distintas, solo para encontrar que los requisitos para que su madre califique para ese tipo de asistencia estatal no se aplican a la situación de su familia.

Pero las intenciones principales de El Tiempo Nublado son no una crítica social, sino una historia personal. Durante todo el filme, Ullón está envuelta en un conflicto consigo misma sobre la culpa que siente respecto a haber abandonado a su madre cuando niña. Aunque los detalles nunca se vuelven totalmente específicos, el filme revela que Mirna comenzó a sufrir sus ataques epilépticos cuando Aramí era aún una niña pequeña, y que el terror que la niña sentía ante los ataques de su madre acabó separándolas.

A pesar de que su madre y su padre parecen haber hecho las paces con el pasado – Mirna le asegura en repetidas ocasiones que no la culpa y que está orgullosa de ella – el sentiminto de culpa no deja de manifestarse. Un momento en que Ullón acude a una fiesta y baila animadamente es inmediatamente seguido de ella llorando amargamente. Esto, sumado a la perspectiva de dejar a su madre, cada vez menos capaz de valerse por sí misma, al cuidado de extraños, crea una situación enormemente complicada que desemboca en un filme tan trágico como es fascinante que explora cómo los seres humanos no pueden dejar de rebelarse contra lo inevitable a pesar de reconocerlo como tal cosa.

Ullón lleva adelante un interesante y al final exitoso experimento al presentar la historia no en el formato tradicional de un documental, con entrevistas y apoyo visual, sino con la composición y apariencia de un drama de ficción. De esa forma imprime un dinamismo y una belleza única en sus imágenes, que presentan el mundo alrededor de sus protagonistas como uno de colores apagados, una ciudad de grises con ocasionales destellos de color, como una fotografía que va desgastándose. Conversaciones entre Ullón y amigos o familiares bien podrían ser metafóricamente discusiones internas de la propia directora consigo misma, intentando racionalizar la situación que enfrenta.

El Tiempo Nublado es un gran incentivo para salir por un momento del circuito comercial de cines y probar algo distinto, una trágica pero importante reflexión de verdades ineludibles y la naturaleza del remordimiento, y una reconfortante noción de que el 2015 no se va a ir sin haber visto al menos una gran película paraguaya.

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EL TIEMPO NUBLADO

Dirigida por Aramí Ullón

Escrita por Aramí Ullón

Producida por Aramí Ullón y Pascal Trächslin

Edición por Mirjam Krakenberger

Dirección de fotografía por Ramòn Giger

Banda sonora compuesta por Marcel Vaid

Enlance copiado
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