“El Renacido”: la cruda belleza

Leonardo DiCaprio protagoniza una hipnotizante historia de venganza, que contrasta belleza visual con secuencias de violencia brutales, con unos DiCaprio y Hardy excelentes como protagonistas.

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Comenzar una reseña de El Renacido comparándola con la película previa de Alejandro González Iñárritu, Birdman, parece algo un poco caprichoso, teniendo en cuenta que argumentalmente ambos filmes no podrían ser más distintos; después de todo, el filme más nuevo es un “western” lacónico extremadamente sangriento y meditativo ambientado en parajes salvajes y helados del Siglo XIX, mientras que el filme anterior es el retrato surrealista de una crisis existencial sufrida por un actor, cargada de simbolismo y filosofía sobre el arte y la relación del artista y el público con el mismo.

Sin embargo, diría que El Renacido toma de Birdman – o más bien, Iñárritu toma de la experiencia de haber hecho Birdman – su principal fortaleza, la pericia técnica que llevó a la creación de las cautivantes y espectaculares tomas largas y complejas de las cuales la película se componía casi totalmente; y dejó sus aspectos más débiles, especialmente su tendencia a perderse frecuentemente en diálogos ocasionalmente pretensiosos y superficialmente filosóficos.

El Renacido es una historia de venganza sustancial pero sencilla, económica en diálogos y abundante en atmósfera, que sabiamente deja que la calidad de sus actores, el impacto visual de su fotografía y el dinamismo y caos controlado de su dirección lleven el peso de la historia.

La historia trascurre hacia 1820 en el helado norte de los por entonces aún jóvenes Estados Unidos, con una expedición de cazadores liderada por un capitán del Ejército de apellido Henry (Domhnall Gleeson) recolectando pieles; sus guías con el montañero Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) y el hijo mestizo de este, Hawk (Forrest Goodluck). Tras un brutal ataque de nativos arikara, el diezmado grupo inicia un desesperado escape de vuelta al fuerte que tienen en la zona.

Sin embargo, en el camino Glass es brutalmente atacado por una osa a la que logra matar, pero no sin quedar terriblemente herido, al borde de la muerte. Cuando John Fitzgerald (Tom Hardy), el hombre que se queda con él y su hijo para cuidarlo hasta que expire, pierde la paciencia, acaba matando al hijo de Glass y enterrándolo parcialmente a él, dejándolo por muerto. Sin embargo, la rabia y determinación de Glass hacen que se arrastre de su tumba y busque sobrevivir, sin importar el costo, hasta extraer su venganza.

La brutal batalla inicial establece el tono del filme, ambientado en un mundo de violencia y hostilidad por el que Iñárritu mueve su cámara con una curiosidad que raya en el fetiche, flotando elegantemente de un punto al otro de la acción, siempre asegurándose de no perderse la siguiente sangrienta ejecución, mientras que las lentes de Emmanuel Lubezki – quien parece tener su tercer Óscar consecutivo asegurado – tiñen el mundo de oscuridad y frío.

Uno podría pensar que esta película es exclusivamente de DiCaprio, pero uno estaría equivocado, ya que tanto en capacidad actoral como en relevancia de sus personajes para la historia, tanto DiCaprio como un inspirado Tom Hardy tratan de igual a igual. Ver a DiCaprio plasmar en pantalla la rabia sedienta de justicia de Glass, que lo lleva a hazañas de violencia y dolor extremas – que Iñárritu y Lubezki siempre nos retratan con lujo de detalle – es un espectáculo único, particularmente porque gran parte de la actuación de DiCaprio es física; gestos, lenguaje corporal, diálogo escaso. Aquellos que pensaron que la inolvidable secuencia de la “parálisis” en El Lobo de Wall Street iba a ser el momento de actuación física más impresionante de DiCaprio estaban equivocados. Hardy, por su parte, demuestra una vez más su gran rango como actor encarnando a Fitzgerald como un pragmático hasta el punto de la psicopatía, su voz aguda y acento del sur estadounidense apenas enmascarando una amenaza palpable y ponzoñosa.

Sin embargo, no todo es acción sin descanso – esto no es Mad Max –, ya que Iñárritu se asegura de matizar las explosiones de sangre con momentos de reflexión y contemplación, sean instantes de labores menos violentas de supervivencia por parte de Glass o surreales encuentros en el medio de la nada – como una destacable secuencia en la que el cazador comparte comida y cobijo con un nativo – mientras los cuadros fotográficos de Lubezki siguen destacándose. Entre toda la acción hay una meditación sobre la relación entre el hombre y la naturaleza que es mucho más efectiva que las elucubraciones filosóficas artísticas de Birdman por el simple hecho de que Iñárritu aquí la deja como subtexto en vez de hacerla texto.

Sin embargo, el filme sí peca un poco de alargarse demasiado. Iñárritu, aparentemente demasiado enamorado de las tomas de Lubezki – lo que se entiende – hace la película mucho más larga que lo que necesitaba ser, y decisiones como incluir flashbacks inciertos sobre el pasado de Glass al final no conducen a nada demasiado satisfactorio. La longitud y la presencia de estas escenas, entre otros defectos menores, no son algo que moleste demasiado, pero resulta difícil sacudir la sensación de que una actitud un poco más disciplinada en la sala de edición podía haber dado un producto mucho más perfecto.

Como quedó, El Renacido es ciertamente uno de los mejores filmes del año pasado, el segundo “western” con una gran mezcla de acción y cerebro que nos llega en poco tiempo. No diría que es material de Óscar a la mejor película – puedo pensar en dos filmes que pasaron por nuestras salas en 2015 que son más completamente buenos y se lo merecen más –, pero ciertamente es un logro cinematográfico que merece la pena experimentar.

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EL RENACIDO (The Revenant)

Dirigida por Alejandro González Iñárritu

Escrita por Alejandro González Iñárritu y Mark L. Smith (basada en una novela de Michael Punke)

Producida por Alejandro González Iñárritu, Steve Golin, David Kanter, Arnon Milchan, Mary Parent, Keith RedmonJames W. Skotchdopole

Edición por Stephen Mirrione

Dirección de fotografía por Emmanuel Lubezki

Banda sonora compuesta por Alva NotoRyûichi Sakamoto

Elenco: Leonardo DiCaprio, Tom Hardy, Domhnall Gleeson, Will Poulter, Forrest Goodluck, Arthur Redcloud, Paul Anderson, Duane HowardMelaw Nakehk'oFabrice Adde

Enlance copiado
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