El poder latino de Marc Anthony en Paraguay

El Rey de la Salsa se apoderó del Jockey durante casi dos horas de show. Colores, ritmo y mucha pasión en el postergado debut de Marc Anthony en Paraguay.

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Ella fue la gran protagonista de la noche. Movilizó a miles de personas en el hipódromo de Asunción, en un ambiente festivo y multitudinario. Sin mayores secretos que el ritmo, una excelente instrumentación y una voz y carisma de fierros, la señora música salsa se adueñó de miles de almas con Marc Anthony como gran intermediario.

El neoyorkino con raíces boricuas llegó por primera vez al Paraguay, y no caben dudas que conquistó a todos. Apenas pisaba el escenario, pasadas las 22:10, la música tomaba vuelo con esa voz inconfundible. Un hit bastaba para romper el hielo (Valió la pena), y vaya que hubo baile. Pero también hubo romanticismo (Y hubo alguien), entre efectos lumínicos y, sobre todo, un excelente ensamble orquestal.

El ‘latin power’ seguía a la par de canciones como Hasta ayer, Flor pálida, Yo trato y una poderosa versión de Abrázame muy fuerte, el éxito melódico de Juan Gabriel. En el intermedio de canciones, un común denominador: una intensa transpiración… apenas una ‘muestra gratis’ del calor paraguayo.

“¡Mi primera vez en Paraguay!”, declaraba, con una cara de circunstancia. “Esta noche vamos a cantar un poquito de todo”, dijo. Y así fue. Por eso sonarían éxitos como ¿Ahora quién?, ¿Y cómo es él? –en medley, del gran José Luis Perales, por supuesto–, en una noche por demás calurosa, pero además emotiva para el público y el cantante.

“¡La grabé hace mil años!”, reconocía Anthony, a modo de preludio. Fue cuando sonaba la inolvidable Vivir lo nuestro, grabada ya en 1994 junto a la cantante puertorriqueña La India.

Con bailes, aplausos, gritos y arrumacos, el público se entregaba de lleno a la propuesta tropical. Es lo que se veía durante interpretaciones como Nadie como ella, Te conozco bien y Mi gente. O cuando la pequeña Rosita –una dulce y carismática fan–, subía al escenario con demostraciones de cariño, baile y mucho cariño. “¡Me encontré una novia!”, expresó el cantante, quien llegó hasta las lágrimas de la genuina emoción.

El broche final, por supuesto, no podía ser otro. El megaéxito internacional que forma parte de su álbum 3.0, Vivir mi vida. “Y para qué sufrir, pa' qué / Si así es la vida, hay que vivirla”, repetía el artista. Y fueron los versos que marcaron a fuego a los miles de seguidores locales que nunca olvidarán esta noche de salsa con el señor Marc Anthony en Paraguay.

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