Del cajón de juguetes a la pantalla

"G.I. Joe: El Contraataque" es un filme que hace buen homenaje a sus raíces jugueteras, con acción que bien podría haber salido de la fértil imaginación de un niño en plena sesión de juegos.

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Películas como “G.I. Joe: El Contraataque” parecen, en base a sus avances y demás adelantos, la materialización de todo lo que los detractores del Hollywood más “comercial” denuncian cuando hablan de la muerte de la creatividad y la integridad artística en la meca estadounidense del cine –explosiones, batallas, persecuciones y ninjas en lo que parece ser un intento cínico por meter tantos elementos atrayentes para el “gran público” posibles con el único fin del lucro, sin aspiraciones artísticas algunas-.

Personalmente, yo no lo veo así, al menos no del todo. De hecho, creo que en cierto modo el filme que precedió al que nos ocupa, “G.I. Joe: El Origen de Cobra” (2009), es en su propia y muy particular forma una gran película, una celebración desinhibida de la propiedad intelectual que adaptaba, presentando sin ningún tipo de verguenza persecuciones con vehículos armados con misiles, soldados con trajes que les daban fuerzas sobrehumana, impresionantes batallas submarinas y demás locuras como las que más de uno –y me incluyo en esta afirmación- recordará haber ideado en las tardes en las que vaciaba el cajón de juguetes en la cama y orquestaba épicos enfrentamientos entre el bien y el mal.

Siendo un adulto, uno tiene que dejar un poco de lado el cinismo inherente de la edad y volver a ponerse en contacto con su niño interno para poder apreciar un filme como aquél y su secuela estrenada este miércoles. Siendo un niño, me imagino que ver en la pantalla lo que uno suele vez constantemente en su imaginación debe ser una experiencia más que disfrutable.

“El Contraataque” es una secuela directa de “El Origen de Cobra”, que inicia con los Joe, liderados por Duke (de nuevo interpretado por Channing Tatum) y el físicamente imponente Roadblock (Dwayne “La Roca” Johnson) pateando traseros alrededor del mundo, y con el siniestro Comandante Cobra –lastimosamente ya sin Joseph Gordon-Levitt- en cautiverio. Sin embargo, uno de los secuaces de Cobra, Zartan, aún sigue infiltrado en la Casa Blanca, tomando la identidad nada menos que del presidente de los Estados Unidos. Pronto los Joes pasan de héroes a supuestos traidores, y deberán detener un plan con el que Cobra busca hacerse con el control del mundo.

Reflexionemos por un segundo en las últimas palabras del párrafo anterior. En una época en que los villanos de películas basadas, por ejemplo, en cómics son cada vez más a menudo psicópatas homicidas con retorcidos y ambiguos códigos morales, resulta paradójicamente refrescante ver en esta película a un malo con la gastada pero simple motivación de conquistar el mundo.

Supongo que la motivación de los villanos en las sesiones de juego de un niño suelen ser así de simples. E insisto con esa analogía porque es muy necesario que una persona que entre a la sala a ver este filme tenga muy en cuenta que eso es lo que esta película es, básicamente: un niño jugando con sus muñecos de acción, sólo que en este caso complementado por un millonario presupuesto de Hollywood. Entre buscando un enrevesado argumento con héroes oscuros, antihéroes moralmente ambiguos y concienzudos análisis de la naturaleza humana como subtexto, y le advierto que va a salir decepcionado, aunque debo decir que una persona que entre a la sala buscando algo más que el más simple y llano espectáculo se merece ser decepcionado.

De nuevo, este filme es, como su precuela, una celebración de la franquicia “G.I. Joe” y su origen como juguetes. Y en ese aspecto, lastimosamente, en ningún momento llega a los niveles de brillante exceso del filme de 2009, con lo que el resultado final, aunque no deja un mal sabor de boca, parece quedarse corto.

Con un argumento que básicamente da carta blanca para dar rienda suelta a la imaginación, resulta un poco decepcionante ver un filme tan lleno de los mismos tiroteos que uno puede encontrar en cualquier filme de acción militar contemporáneo, aunque ciertamente existen momentos destacables como la excelente secuencia de batalla ninja a vuelo entre nevadas montañas, que es, además del momento más memorable del filme, el momento de acción mejor filmado de la película, con el director Jon M. Chu moviendo su cámara ágil y elegantemente en seguimiento de la acción, cuando en el resto del filme se contenta con peleas filmadas con el odioso recurso de la cámara epiléptica y la edición frenética y un clímax vehicular que no pasa de aceptable.

Lo dicho, cuando el filme se mantiene en la realidad resulta olvidable, e incluso aburrido con acontecimientos y personajes demasiado corrientes como los clásicos militares que ya vimos miles de veces, pero gana enormemente cuando decide entregarse a la inverosimilitud de su argumento y dar paso a peleas de ninjas, motocicletas que se transforman en misiles, supervillanos disfrazados, nanomáquinas y luchas con cuentas regresivas.

El guión resulta en general sorpresivamente ordinario si uno tiene en cuenta que fue escrito por Paul Wernick y Rhett Reese, guionistas de la excelente “Tierra de Zombis”, aunque no carece de ciertos toques interesantes como el plan final de Cobra, que resulta sorprendentemente ingenioso.

En cuanto a los actores, Dwayne Johnson no pasa de correcto como el gigantesco Roadblock, aunque convengamos que un género como este no suele dar demasiada ocasión de lucimiento a sus héroes más allá de los momentos de acción. Generalmente los villanos de este tipo de película se ven más favorecidos con ocasiones de hacerse recordar, y si bien el Comandante Cobra es una presencia imponente con su aspecto sacado directamente de los juguetes y la vieja serie animada, el que se luce al final el Jonathan Pryce como el falso presidente, sonriendo con toda la malicia de un villano de dibujo animado mientras juega un videojuego luego de amenazar a millones con la aniquilación total.

En conclusión, “G.I. Joe: El Contraataque” es una buena opción para unas horas de escape de la realidad, pero se queda corto a la sombra de una predecesora que hizo un mucho mejor trabajo por capturar la imaginación desenfrenada en la pantalla.

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G.I. JOE: EL CONTRAATAQUE (G.I. Joe: Retaliation)

Dirigida por Jon M. Chu

Escrita por Rhett Reese y Paul Wernick

Producida por Lorenzo di Bonaventura y Brian Goldner

Edición por Roger Barton

Dirección de fotografía por Stephen Windon

Banda sonora compuesta por Henry Jackman

Elenco: Dwayne Johnson, Adrianne Palicki, Jonathan Pryce, Bruce Willis, DJ Cotrona,  Byung-hun Lee, Ray Park, Elodie Yung, Ray Stevenson, Walton Goggins, RZA y Channing Tatum

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