“Cómo entrenar a tu dragón 2”: un mundo más grande

Más grande en magnitud y tan buena como la original, esta secuela de DreamWorks vuela impulsada por enormes momentos de acción y una historia llena de peso emocional.

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No pocos ven a DreamWorks como el rival menor de Pixar en el mundo de la animación cinematográfica occidental -porque estamos en la Internet y traducimos todo en rivalidades-, con una filmografía que en su mayor parte, exceptuando filmes excepcionales como las dos primeras Shrek y las dos Kung Fu Panda, está compuesta de filmes de aventura y comedia más bien poco memorables que dependen demasiado de referencias a la cultura popular y un reparto de voces de estrellas; en el mejor de los casos son entretenidos divertimentos, en el peor de los casos son El Espantatiburones.

Sin embargo, creo que es justo decir que esa percepción comenzó a cambiar radicalmente desde 2010, cuando nos sorprendieron con la excelente Cómo entrenar a tu dragón, un filme basado en una saga de libros de la autora Cressida Cowell que nos llevaba a una tierra de vikingos y dragones enemistados, y la amistad de un jovén dragón que lo cambia todo.

Era DreamWorks atreviéndose a jugar al nivel de Pixar y lográndolo de forma extraordinaria, combinando gran entretenimiento, excelente acción y una impresionante presentación con una poderosa historia de amistad y un importante mensaje de entendimiento que no se sentía como un sermón. Era el tipo de filme que le arranca a uno el cinismo del cuerpo y lo tira fuera de la sala de cine.

Lógicamente iba a haber una secuela, y me da un tremendo placer reportar que esta continuación está a la altura. No reinventa la rueda, de hecho es más de lo mismo, pero eso significa que es más de algo muy bueno: más acción a gran escala, más atrapantes momentos de belleza visual y criaturas interesantemente diseñadas y una historia que de nuevo apunta al corazón y da en el blanco.

Aunque solo cuatro años pasaron desde el filme anterior en el mundo real, en el reino de Berk han pasado cinco desde que Hipo y Chimuelo unieron a vikingos y dragones. Berk es ahora una utopía de paz y convivencia (excepto para las pobres ovejas), donde las armerías se convirtieron en fábricas de sillas de montar y los jinetes de dragones compiten en vertiginosos partidos de un deporte parecido al Quidditch de Harry Potter. Hipo (Jay Baruchel), ya mayor de edad y con su padre presionándolo para que se convierta en el nuevo líder de Berk, emprende un viaje con Chimuelo para descubrir y cartografiar nuevas tierras.

Pero un encuentro con un cazador de dragones revela una preocupante realidad: un despiadado conquistador está armando un ejército de dragones. Esto, junto con la aparición de una misteriosa figura enmascarada, lleva a Hipo, Chimuelo y a los jinetes de Berk a una peligrosa batalla por sus vidas.

Hubiera sido muy fácil para los realizadores plasmar un mundo igual al del filme anterior, pero el director Dean DeBlois y su equipo se toman el trabajo de mostrarnos cómo un mundo en el que los humanos repentinamente tienen dragones como aliados y medios de transporte es distinto a un mundo en que eso no está a su alcance.

“El mundo se volvió más grande”, nos cuenta Hipo, y su sed de exploración y descubrimiento tiene perfecto sentido: de hecho, si todo el filme era sobre Hipo y Chimuelo volando a nuevos lugares y llenando su mapa mientras DeBlois y los suyos nos avasallaban con sus bellísimas imágenes y la hermosa banda sonora de John Powell, me hubiera declarado más que satisfecho.

Y es que uno de los pocos puntos negativos del filme es que el antagonista principal, Drago Manodura (Djimon Hounsou), no es particularmente interesante. Aunque no carece de motivación -venganza, básicamente- y ciertamente no aburre, no es mucho más que un villano que se siente como que alguien se sintió obligado a incluírlo en el filme para darles a nuestros héroes algo contra qué luchar, no tiene profundidad ni nada que lo haga especialmente intrigante.

No creo que esta sea una saga que necesite de un villano como Drago; el primer filme, en el que el conflicto principal era entre Hipo y Chimuelo contra los prejuicios de los vikingos contra los dragones, y el “villano” final no era más que una fuerza de la naturaleza maliciosa pero indiscriminada en su destrucción, presentaba una dinámica mucho más interesante y menos repetida.

Pero es solo una queja que no pasa de ser menor cuando el filme hace tantas otras cosas bien. El balance entre los grandes momentos de aventura y acción, y los instantes más modestos y sutiles de contemplación y desarrollo de relaciones está muy bien manejado. Las cosas han cambiado para Hipo, Astrid, Estoico y compañía, y es interesante ver cómo la forma en que las cosas entre ellos cambiaron, pero en cierta forma permanecen iguales; a pesar de que ahora su hijo es para él un orgullo, Estoico sigue demostrando una falta de capacidad para escuchar, por ejemplo.

Es alentador además que DeBlois no tenga miedo de tomarse el tiempo para dejar que algunos de los momentos de mayor impacto emocional se hagan sentir, incluso si eso significa pausar la acción y el espectáculo, y confiar en que el público no esté tan falto de paciencia para aburrirse si no hay dragones y explosiones por más de un par de minutos; es lindo ser respetados por los realizadores.

Visualmente el filme es un verdadero placer, por supuesto. Los paisajes son aún más hermosos, los dragones aún más variados y algunos de ellos sencillamente quitan el aliento, como los magníficos “alfa”, que parecen una extraña pero imponente combinación de tigre, mamut y el inolvidable león-tortuga de Avatar: La Leyenda de Aang. Una mención aparte merece el protagónico Chimuelo, de nuevo fantásticamente animado y maravillosamente expresivo.

Hay una sorpresa a la mitad del filme que claramente fue concebida como tal, pero que fue revelada por casi cada uno de los tráilers -como el que está al final de este texto- que salieron para el filme, así que difícilmente puede ser calificada como tal a estas alturas. Aún así, me abstengo de hablar de ello en el poco probable pero perfectamente posible caso de que haya alguien leyendo esto que aún no haya visto ningún avance.

Cómo entrenar a tu dragón 2 es una excelente continuación de una gran historia, entretenimiento de calidad con suficientes dragones coloridos al vuelo y espectaculares momentos para mantener a chicos y grandes con los ojos pegados a la pantalla, y con una historia y un mundo que por sí solos justifican que haya una tercera película y podamos explorarlo más a fondo. Altamente recomendada.

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CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN 2 (How to Train Your Dragon 2)

Dirigida por Dean DeBlois

Escrita por Dean DeBlois (basada en una serie de libros de Cressida Cowell)

Producida por Bonnie Arnold

Edición por John K. Carr

Banda sonora compuesta por John Powell

Voces: Jay Baruchel, Gerard Butler, Cate Blanchett, America Ferrera, Djimon Hounsou, Craig Ferguson, Kit Harington, Jonah Hill, Christopher Mintz-Plasse, Kristen Wiig y T.J. Miller

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