Comedia romántica con cerebro

Creativa y divertida, “Mi Novio es un Zombi” presenta un giro irónicamente fresco en el género de la comedia romántica.

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A juzgar por ciertas reacciones a la simple mención de “Mi Novio es un Zombi” en redes sociales o artículos de noticias, o al visionado de su póster o incluso de su tráiler, muchas personas parecen inclinadas a descalificarlo como un intento de hacer por lo zombis lo que la mundialmente popular saga “Crepúsculo” hizo por los vampiros.

Más allá del lastimoso hecho de que prejuzgar sea una actividad tan enormemente popular, debo decir que hay una diferencia muy básica, muy simple y a la vez fundamental, entre la saga vampírica y esta película que el viernes se estrenó en salas paraguayas: mientras “Crepúsculo” seguía su argumento con una total, absoluta y solemne seriedad, la película que hoy nos ocupa, al enmarcarse en el género de la comedia, no se contiene a la hora de divertirse y ponerse creativa con las convenciones de los monstruos favoritos de la actualidad, los no-muertos.

El resultado es, por irónico que suene, un filme que, simplemente poniéndole una nueva fachada a lo que esencialmente es una comedia romántica más, logra hacerse sentir como fresco y original.

El protagonista de la película es un joven zombi que ni siquiera recuerda cuál era su propio nombre mientras vivía –aunque está seguro de que comenzaba con “R”-, y que vive su no-vida deambulando por un aeropuerto junto con innumerables otros muertos vivientes, coleccionando cosas en el avión en el que vive y lamentando su incapacidad de poder conectar con otras personas. Sin embargo, un día, durante un ataque a un grupo de humanos, “R” conoce y salva la vida de Julie, una joven con quien comenzará a redescubrir su humanidad y, de paso, iniciará una serie de eventos que podría cambiar el destino del devastado mundo.

Aunque respeta los conceptos más básicos de los zombis tradicionales, el filme del director Jonathan Levine –responsable de la aclamada comedia dramática independiente de 2011 “50/50”-da a sus no-muertos características menos comunes como cierto grado de inteligencia, lo que ciertamente los hace una amenaza más peligrosa, o la capacidad de absorber los recuerdos y sentimientos de los cerebros que comen; el papel de zombis más “tradicionales”, sin inteligencia y movidos sólo por el hambre, está reservado para los “esqueletos”, zombis que acabaron devorándose a sí mismos y perdieron toda humanidad.

Lo interesante de notar es que, con todos sus muertos vivientes y batallas entre zombis, “Mi Novio es un Zombi” sigue básicamente todas las convenciones de las comedias románticas, argumentalmente hablando: sigue la clásica estructura del chico y la chica que primero no pueden llevarse del todo bien, pero que van acercándose y tomándose cariño e incluso amor, para luego sufrir un distanciamiento y finalmente volver a estar juntos de forma más firme.

Sin embargo, el director –y también guionista- se encarga de usar a su favor esa comunión entre filme de zombis y comedia romántica para lograr un muy buen efecto, un filme que es a la vez conmovedor y divertido, presentando una relación que a pesar de su naturaleza ridícula logra sentirse genuina y creíble a fuerza de correctas actuaciones y un guión ingenioso que logra mantener el delicado balance de no tener miedo de reírse de sí mismo con su público sin ser una parodia sin sentido.

Es también refrescante poder ver un filme de zombis desde el punto de vista de los propios muertos vivos, dado que generalmente en este tipo de película los propios muertos vivientes suelen ser simplemente elementos circunstanciales para explorar el factor humano –generalmente cómo los vivos pueden convertirse en monstruos iguales o peores- o elementos para la alegoría o la crítica social.

Si bien hay algún dejo de crítica social en alguna que otra escena de “Mi Novio es un Zombi” –como el momento en que “R” fantasea en cómo la gente “conectaba” entre sí antes del apocalipsis-, Levine parece más interesado en contar la historia de un zombi que la de humanos en un mundo dominado por zombis; para eso está “The Walking Dead”.

Esta película es otro de esos argumentos a favor de la postura de que no es siempre necesario reinventar la rueda. Una historia repetida contada de una manera original siempre puede ser buena.

El británico Nicholas Hoult, el nuevo chico de moda en Hollywood –luego de actuar en la serie “Skins” se lo pudo ver como Bestia en “X-Men: Primera Generación”, y pronto estrenará la superproducción de fantasía “Jack el Cazagigantes”-, logra convertir al tieso pálido “R” en un protagonista querible gracias a su expresivo rostro, capaz de comunicar mucho a pesar de estar casi perpetuamente en un gesto como de sorpresa y aturdimiento, acorde a su estatus de zombi –sin mencionar algunos monólogos internos bastante graciosos e ingeniosos-, acompañado por Teresa Palmer, que logra también hacer un buen trabajo a pesar de que no se le exige demasiado en el papel de Julie.

Del resto del elenco no hay mucho que decir, con figuras como Rob Corddry –de la genial comedia “Un Loco Viaje al Pasado”- logrando un par de intervenciones divertidas como el mejor amigo zombi de “R”, o el veterano John Malkovich en el papel del líder militar humano y padre de Julie, un papel curiosamente discreto, teniendo en cuenta la trayectoria del actor, que suele interpretar a figuras más extravagantes y excéntricas.

Un punto negativo en el filme son los ya mencionados “esqueletos”, generados por computadora y no con total éxito, con movimientos muy poco convincentes y bastante mal animados. Recuerdan un poco a los secuaces del villano principal de “La Momia (1999) y su secuela de 2001, también creaciones computarizadas aunque mucho mejor logrados a pesar de estar en películas de hace más de una década.

A pesar de ese detalle, estamos ante un filme que tiene romance genuinamente humano y convincente, un guión repleto de situaciones creativas, un poco de acción y mucho humor, más que recomendable para una salida al cine.

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MI NOVIO ES UN ZOMBI (Warm Bodies)

Dirigida por Jonathan Levine

Escrita por Jonathan Levine (basada en una novela de Isaac Marion)

Producida por David Hoberman, Todd Lieberman y Bruna Papandrea

Edición por Nancy Richardson

Dirección de fotografía por Javier Aguirresarobe

Banda sonora compuesta por Marco Beltrami y Buck Sanders

Elenco: Nicholas Hoult, Teresa Palmer, Rob Corddry, John Malkovich, Analeigh Tipton y Dave Franco

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