Basada en una novela de David Mitchell que está muy por encima del resultado cinematográfico, “Cloud Atlas” es una compleja historia compuesta por seis relatos diferentes que se desarrollan a su vez en momentos muy distantes de una historia recién estrenada en la mayor parte de Latinoamérica.
Casi tres horas han necesitado los hermanos Wachowsky (Andy y Lana) y el alemán Tom Tykwer para contar todas esas historias.
Un metraje excesivo que no se justifica porque ni aun así logran los realizadores que el espectador logre enterarse con claridad de lo que está pasando.
El siglo XIX, comienzos del siglo XX, la década de los setenta o el futuro más tecnológico se combinan en estas historias en las que, para aumentar la confusión, los actores se repiten en papeles que no están relacionados entre sí.
Así, Tom Hanks es un médico, un científico, un millonario o un hombre desesperado en un futuro post apocalíptico que sólo trata de salvar a su familia.
Halle Berry, Hugo Weaving, Jim Broadbent o Jim Sturgess son otros de los actores que a base de caracterizaciones y máscaras sacadas del mundo del cómic cambian de personalidad y de época en función de las necesidades del guión.
Pero ni la eficacia probada de estos actores ni el dinero que se han debido gastar en las excelentes ambientaciones de las diferentes épocas son suficientes para hacer de esta película el nuevo gran éxito de los Wachowski, al estilo del que obtuvieron con “Matrix”.
Porque ninguna de las historias está bien resuelta, la relación entre unas y otras apenas queda esbozada y lo que debería ser un mecanismo de relojería en el que todo encajara, se convierte en una serie de piezas sueltas.
Muy bellas algunas, con escenas de acción fantásticamente bien rodadas, pero que adolecen tremendamente de una unión, de algo que dé homogeneidad al conjunto.