Cargando...
Con los ojos abiertos hechizados de sorpresa y las mentes perplejas ante la belleza visual. Así inician y se mantienen los espectadores a lo largo del espectáculo Amaluna, la producción número 33 de la prestigiosa compañía canadiense del Cirque du Soleil.
Durante la Première paraguaya, el miércoles por la noche, el Puerto de Asunción encendió sus mejores luces para un evento circense sin precedentes en el Paraguay. Con la Villa del Cirque finamente montada, unas 2.600 personas fueron testigos de un debut esperado.
Desde su creación, en 1984, Amaluna trajo por fin al país al grupo fundado por Laliberté y Gauthier. A lo largo de su hora y media de duración, descubrimos las peripecias de una historia de amor que encuentra en Miranda y Romeo a sus protagonistas. La reina Próspera, ama y señora de la isla, ocasiona una tormenta que lleva al gran encuentro de la historia de amor.
Dirigida por la estadounidense Diane Paulus y estrenada en 2012 en Montreal, Canadá, Amaluna es solo una muestra más de la riqueza creativa del Cirque. Inspirada en La tempestad, del inglés William Shakespeare, y ampliada con la mitología griega, la obra ahonda en la fuerza de la mujer más allá de su virtuosismo estético.
Con música en vivo perfectamente sincronizada y destrezas físicas sin márgenes de error, el show desafía los límites de la naturaleza con pura y apasionante belleza poética.
Los admiradores del Cirque encontrarán allí las esperadas técnicas de sus artistas: los trucos de cuerdas aéreas -en las que personajes como Miranda vuelan sobre la audiencia-, los adrenalíticos trampolines dobles -donde jóvenes se arrojan por los aires-, las desafiantes barras asimétricas -protagonizadas por las impecables amazonas- y el clásico elemento acuático, a través del aro y el cuenco de agua. ¿Qué más pedir?
En ese punto intermedio en el que se fusionan la fantasía con la realidad, la magia visual con la imaginación, tanta destreza corporal se vuelve arte y las interminables horas de entrenamiento, en un poema.
La interacción con el público no deja de ser permanente, como respiro narrativo y un guiño a sus seguidores.
El espectáculo visual todavía deja lugar a pasajes de romance y comedia, drama y alucinación. Después de todo, esa es la magia que explota al filo el tan alabado Circo del Sol: convertir a los atletas en verdaderos artistas y a una historia de amor de antaño en el sueño de una noche de verano que logra atravesar la tempestad.
El espectáculo Amaluna del Cirque du Soleil se presenta en Asunción hasta el 13 de agosto próximo. Los boletos siguen a la venta a través de la Red UTS, con posibilidades de financiación a través de las distintas sucursales del Banco Atlas.