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A usted que lee estas líneas probablemente no le va a gustar Jasmine French, la neurótica, engreída, despreciativa y perpetuamente antisocial neoyorquina de alta sociedad devenida en desamparada mujer en la quiebra que a quien da vida Cate Blanchett, en una actuación que sencillamente hizo que dude lo que antes tomaba por un hecho: que Gravedad le iba a valer su segundo premio Óscar a Sandra Bullock.
Pero aunque no le guste la protagonista, puede que sí le guste Blue Jasmine, un filme por momentos hilarante y por momentos increíblemente triste que marca uno de los trabajos más efectivos de Woody Allen los últimos años, un filme en el que casi ninguna escena o línea de diálogo está demás, sino que sirve para llevar adelante la historia o dar una capa más de complejidad sus personajes.
Jasmine French (Blanchett) tenía todo lo que quería: una vida de comodidades y lujos en las altas esferas de la sociedad neoyorquina, junto a un apuesto y acaudalado marido y al hijo adoptivo de ambos. Sin embargo, al comenzar el filme la encontramos en un avión camino a San Francisco, donde va a vivir con su hermana tras haberlo perdido todo -incluyendo la estabilidad mental- luego de que su esposo fuera apresado por fraude.
Luego de la más bien decepcionante A Roma con Amor (2012), una película con algunas buenas ideas enterradas entre varias escenas y sub-tramas poco inspiradas e innecesarias, Allen vuelve con un guión sencillamente excelente bajo el brazo. El uso que la película hace del recurso de contar su historia yendo hacia atrás y hacia adelante en el tiempo es ejemplar, logrando que al menos comprendamos a Jasmine -aunque no nos guste- y, entre otras cosas, su relación con su hermana (una inspirada Sally Hawkins) y su forma particular de ver el mundo.
Casi cada escena sirve para ayudar al público a comprender a los personajes, o para darles un nuevo nivel de profundidad -de nuevo, en especial Jasmine y su hermana-, y con sus saltos hacia atrás y hacia adelante en el tiempo Allen incluso se da el lujo de golpearnos con una interesante sorpresa al final que da una sensación de cierre muy satisfactoria dentro de lo que está lejos de ser un final típico de Hollywood.
El muy buen guión de Allen es una de las bases de lo que acaba siendo el éxito de Blue Jasmine. La otra base es el fantástico trabajo de los actores protagonistas, con Blanchett brillando absolutamente. Hacerla extremadamente neurótica y llena de tics nerviosos -digamos, como Nicolas Cage en la también excelente Los Tramposos- hubiera distraído, pero Blanchett logra transmitir de forma mucho más sutil lo inestable y quebrado que es su personaje.
Mírela con atención, particularmente en la escena con la que la película termina, y comprenderá perfectamente por qué se le paga una enorme cantidad de dinero por memorizar líneas de un guión y decirlas ante una cámara. En Jasmine, Blanchett crea y habita un personaje que se siente auténtico y tangible, una anti-heroína inolvidable con su voz perpetuamente “esnob”, sus incómodos intentos de interactuar con un mundo que no entiende o no quiere entender, y la expresión absolutamente devastada -y devastadora- en su rostro cuando habla consigo misma.
El elenco secundario también hace un sólido trabajo, con Hawkins destacándose como la hermana de Jasmine, Ginger, que no es tan distinta a su hermana como le gustaría creer, por mucho que sea su opuesto polar en la mayoría de los aspectos. Bobby Cannavale también se defiende bien como el quizá demasiado apasionado novio de Ginger, Chili, mientras que actores como Peter Sarsgaard y Alec Baldwin también hacen un trabajo sólido con roles menos llamativos.
No queda mucho más que pueda decir de Blue Jasmine, más allá del hecho de que es una adición brillante a la ilustre filmografía de Woody Allen; si es usted fan del director y guionista neoyorquino, bajo ningún concepto debe perdérsela, y si es de aquellos a quienes su estilo particular no les cae del todo bien, quizá esta sea la ocasión de darle al hombre de los anteojos una nueva oportunidad.
Probablemente también contiene la actuación que ganará el Óscar a la Mejor Actriz, así que si va a verla podrá darse el lujo de asentir con la cabeza y presumir ante sus amigos en marzo cuando le den la estatuilla a Blanchett.
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BLUE JASMINE
Dirigida por Woody Allen
Escrita por Woody Allen
Producida por Letty Aronson, Stephen Tenenbaum y Edward Walson
Edición por Alisa Lepselter
Dirección de fotografía por Javier Aguirresarobe
Elenco: Cate Blanchett, Sally Hawkins, Bobby Cannavale, Alec Baldwin, Andrew Dice Clay, Peter Sarsgaard, Michael Stuhlbarg, Louis C.K. y Alden Ehrenreich