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Tuvieron que pasar nueve años desde aquel último concierto de Angra en Paraguay, en 2005 en el Club Sol de América, para que la influyente banda brasileña de metal regresara al país, pero finalmente Asunción se convirtió en parada para el grupo que desde el año pasado viene celebrando una gira de aniversario de su primer disco, Angels Cry.
El escenario para esta ocasión fue el anfiteatro del Banco Central del Paraguay, que no mucho después de habilitarse el acceso al público ya estaba bastante colmado, con muy poco espacio; la convocatoria fue buena teniendo en cuenta el intenso frío que por entonces azotaba a la capital.
La previa estuvo a cargo de la agrupación paraguaya Ethereal, liderada por la versátil voz de Francis Troncoso, presentando un breve pero enérgico show a partir de las 20:30 que incluyó canciones como Tears of blood, Aequitas y Left pillar.
Recién aproximadamente a las 21:45, cuando la música de fondo dejó de sonar para ser reemplazada por la canción que da nombre a la gira y a aquel primer disco de la banda, el grupo conformado por Fabio Lione (voz), Kiko Loureiro, Rafael Bittencourt (guitarras), Felipe Andreoli (bajo), Ricardo Confessori (batería) y Daniel dos Santos (teclado) saltaba al escenario.
Tras Angels Cry, el show continuó con Nothing to say, mientras un Lione muy conectado con su público -intercalando entre el castellano, el portugués y el inglés sin problemas para hacerse entender- gritaba que quería oír la voz de su público.
Siguieron Waiting silence y Time, con un siempre eufórico acompañamiento del público a las explosiones sonoras de las guitarras de Loureiro y Bettincourt; detalles menores como no tener guitarras no impedían a la multitud cantar con sus voces los “riffs”.
Daniel dos Santos se hizo más protagonista con Lisbon, al igual que en Millennium Sun, que alternaba entre balada lenta y minimalista y explosión de poder, incluyendo un fantástico solo de guitarra de parte de Loureiro. El público los premió con el cada vez más frecuente “Olé olé”, tras lo cual Lione siguió su romance con el público con un jocoso desafío vocal.
La música se reanudó con Winds of destination que, de nuevo, combinó secciones de teclado con un sonido decididamente “thrash”, con “riffs” crudos y una batería frenética. Luego vino Fireworks, tras la cual Lione cedió el micrófono a Bittencourt para que este liderara las interpretaciones de Make believe y The voice commanding you.
El baterista Confessori tuvo entonces un momento para lucirse con un extraordinario solo extendido, fácilmente uno de los momentos más sorprendentes de la noche.
Entonces fue momento para la parte acústica del espectáculo, con Bittencourt y Loureiro cambiando sus guitarras eléctricas por instrumentos de madera para, siempre acompañados con fuerza por el público, pasar a interpretar Late redemption y la muy solicitada y celebrada Carry on.
Con coros épicos y el regreso del sonido eléctrico, Angra siguió luego con Acid rain y la inicialmente ligera y luego bien pesada No pain for the dead, y luego con la multifacética Spread your fire y la menos suntuosa pero no menos emocionante Rebirth.
El espectáculo se acercaba a su fin, como también la participación de Confessori en Angra, ya que planea retirarse de la banda en el futuro cercano, algo que el vocalista destacó antes de darle el micrófono a su baterista para que abra el “encore” con un “cover”. Amagando temas algunas otras grandes bandas de rock, finalmente fue el icónico tema de AC/DC Back in black el elegido.
Y como no podía ser de otra forma, y como el público lo pedía a gritos, fue Nova era el tema que cerró la presentación de Angra.