Alicia se queda detrás del espejo

“Alicia a través del espejo” falla en corregir los problemas de su antecesora, y acaba dejando un sabor a decepción aún más grande.

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Mis expectativas para con Alicia a través del espejo no eran altas. Recuerdo haber visto una vez el primer filme de la nueva Alicia de Disney años atrás y no haberlo disfrutado demasiado. Revisitando ese filme antes de ver esta nueva entrega, me sorprendí formando una opinión más positiva que mi impresión original, pero aún así la película era una decepción que superficialmente cumplía con las expectativas, pero por alguna razón trataba de conciliar un mundo y personajes más allá de la lógica con una estereotípica historia del héroe elegido – heroína, en este caso.

Había ciertas cosas de la idea de esta secuela que me parecían atractivas: Tim Burton es un gran director, pero era evidente en la primera película que encaraba Alicia al menos en parte en piloto automático, así que saber que esta vez se limitaba producir y dejaba la dirección en manos de James Bobin, que hizo la excelente Los Muppets de 2011 y su no igual de buena pero similarmente entretenida secuela, invitaba a cierto optimismo. También tenía la esperanza de que las masivas cantidades de dinero que hizo la primera parte envalentonaran a los realizadores a tomar más riesgos y no sentir la necesidad de meter a los personajes surreales y dementes de Lewis Carroll en una historia mil veces repetida para apelar al público más amplio posible.

Y, de hecho, la cosa comienza bastante interesante. Al empezar la película nos encontramos con Alicia Kingsleigh (Mia Wasikowska) capitaneando el barco de su padre en una escaramuza con piratas en las aguas de Asia, evidentemente en el final de la aventura a la que la vimos partir al final del filme anterior. Hay mucho de positivo en esta secuencia, que nos presenta no solo a una Alicia más activa y determinada – sin mencionar el hecho de que esta vez le permiten actuar a Wasikowska, que era un ser carente de emociones en la primera película – sino que también nos muestra que Bobin tiene un mejor ojo para el espectáculo a gran escala que el que Burton demostró.

Burton llenó su película de imágenes bellas, pero su forma de filmar las secuencias de acción, particularmente la aburrida batalla final, era demasiado desabrida. Bobin se desenvuelve mucho mejor, con más energía y dinamismo, y se saca una escena que no quedaría fuera de lugar en la saga Piratas del Caribe; digan lo que quieran sobre esa saga, pero en lo que se refiere al puro espectáculo, son el punto alto del cine de piratas.

Esos dos aspectos, por cierto – la actuación de Wasikowska que crea a una Alicia mucho más interesante y la buena dirección de Bobin – se mantienen a lo largo del filme. Lo que lo acaba hundiendo es lo mismo que hundió a Burton: el guión, y la necesidad enfermiza de insertar lógica y un arco heroico tradicional a un personaje y un mundo que son precisamente lo opuesto de tradicionales, o deberían serlo.

La historia comienza cuando Alicia regresa a Londres, donde encuentra que su familia está en serias dificultades económicas, debiendo elegir entre vender el barco de su difunto padre o perder su casa debido a las maquinaciones de un despechado Hamish, el joven aristócrata cuya propuesta de matrimonio Alicia rechazó. Sin embargo, pronto eso pasa a un segundo plano cuando Absolem (Alan Rickman) aparece y guía a Alicia hasta un espejo que la lleva al País de las Maravillas; sí, sé que el nombre en estas películas es Underland, lo que sería algo así como “Infratierra” en español, pero no me importa, no me gusta el nombre.

Alicia es recibida por sus amigos, quienes le cuentan que Tarrant Hightopp, el Sombrerero Loco (Johnny Depp) se está deteriorando, enloquecido aún más que lo normal por la idea de que su familia sigue viva, a pesar de que todos saben que no es así. Para devolver a su amigo a su estado normal, Alicia decide confrontar al mismísimo Tiempo (Sacha Baron Cohen) para volver al pasado e impedir la muerte de la familia Hightopp.

Siento que lo he dicho diez mil veces entre esta reseña y mi retrospectiva de la anterior Alicia, pero gran parte de lo que hacía único al relato de Carroll y al filme animado que Disney hizo del mismo en los años '50 era el sinsentido, la ausencia de un argumento más tradicional en favor de una estructura suelta, como de sueño. Era un mundo en que uno podía sumergirse sin tener que preocuparse de cómo funcionaba la política monárquica con las distintas reinas, o preguntarse por el pasado del Sombrerero o el origen de los poderes del Gato de Cheshire.

El filme de Burton rompía con Carroll y la película anterior de Disney estableciendo al País de las Maravillas como un lugar real, y esta secuela trata de profundizar más en su historia y la de sus personajes, algo que se siente totalmente innecesario pero sería perdonado si lleva a cosas interesantes o al menos buen entretenimiento, pero tanto lo primero como lo segundo existe en el filme solo en cantidades demasiado limitadas.

El pasado del País de las Maravillas que Alicia explora no tiene nada que no se haya visto mil veces antes – el hijo que se siente fuera del favor de su familia, una historia de las dos reinas en su niñez que intenta explicar la razón por la que la Reina Roja (Helena Bonham Carter) es como es, y que no pasa de ser una simple moraleja de “no mientas”, etcétera –, y la historia no deja a Bobin siquiera desplegar ese buen ojo para el espectáculo que demostró al principio hasta el propio clímax del filme.

Y si bien Alicia se siente mucho más viva y tridimensional aquí que en su previo filme, sigue sin ser lo suficientemente interesante para llevar tan en solitario el filme. El Sombrerero Loco de Depp se pasa ausente la mayor parte del filme y las dosis de humor y locura que el elenco secundario provee son esta vez insuficientes; la Reina Roja, por lejos lo más destacable del filme anterior, es utilizada criminalmente poco, y Sacha Baron Cohen es una bienvenida adición como el Tiempo, pero tampoco le dan nada demasiado interesante qué hacer.

El filme indudablemente se ve increíble, el diseño del mundo y sus personajes sigue siendo inspiradísimo, y el tono más colorido que Bobin imprime al filme hace que lo visual sea aún más atractivo. Pero a estas alturas eso ya no es suficiente, y lastimosamente Alicia a través del espejo tiene poco más para ofrecer que imagenes bellas.

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ALICIA A TRAVÉS DEL ESPEJO (Alice Through the Looking Glass)

Dirigida por James Bobin

Escrita por Linda Woolverton (basada en relatos de Lewis Carroll)

Producida por Tim Burton, Joe Roth, Jennifer Todd y Suzanne Todd

Edición por Andrew Weisblum

Dirección de fotografía por Stuart Dryburgh

Banda sonora compuesta por Danny Elfman

Elenco: Mia Wasikowska, Johnny Depp, Helena Bonham Carter, Sacha Baron Cohen, Anne Hathaway, Rhys Ifans, Matt Lucas, Timothy Spall, Alan Rickman, Lindsay Duncan, Stephen Fry, Michael Sheen, Matt Vogel y Leo Bill

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