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En su nueva película, el cineasta griego Yorgos Lanthimos, cuya filmografía se ha caracterizado por dar una mirada intencionalmente distorsionada de la experiencia humana en aspectos como la vida familiar, las relaciones sentimentales o la sexualidad, buscando revelaciones dentro de esa distorsión, presenta en Pobres criaturas su película más ambiciosa hasta la fecha, tanto en su alcance filosófico como en su presentación audiovisual.
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La película trascurre en lo que parece ser una versión alternativa de la Inglaterra victoriana. Un excéntrico científico, Godwin Baxter (Willem Dafoe), revive a una mujer embarazada que se quitó la vida trasplantándole el cerebro de su bebé y dándole el nombre “Bella” (Emma Stone). A medida que su mente va madurando, Bella decide salir a conocer el mundo, y emprende un viaje por Europa con un abogado mujeriego (Mark Ruffalo).
La película ostenta un marco visual espectacular, que hace pensar en una mezcla de la estilización y intencional artificialidad teatral de películas de cineastas como Barry Sonnenfeld o Jean-Pierre Jeunet; un generoso, pero cuidadosamente calculado despliegue de pantallas verdes, lentes de ojo de pez y filtros exageras que le dan a la película una identidad visual única cuya peculiaridad es potenciada por una interesantísima banda sonora de Jerskin Fendrix.
Ese envoltorio visual arropa un guion que relata una divertida y conmovedora historia de despertar al mundo y los muchos placeres y horrores que son las piezas del rompecabezas que forman la experiencia humana; el viaje de Bella, cargado de desventuras sociales, lujos vacíos, sexo, mantiene a través de la forma en que está escrito el personaje una peculiar forma de inocencia, y acaba destilando en una cálida reflexión sobre el poder de reconocer los males del mundo sin caer en el cinismo.
Obviamente, la dirección de Lanthimos y el gran guion de Tony McNamara son solo dos de los tres pilares que sostienen la película, y tan fundamental como ellos es el magistral trabajo de Emma Stone en el papel protagónico, un rol en el que la actriz – justa ganadora de un Óscar por La La Land y e igualmente justa candidata para la segunda estatuilla este año - debe interpretar a una mujer que atraviesa un proceso ultra acelerado de maduración mental, descubrimiento sexual y revelaciones sobre desigualdad social, económica, política y de género.
Se trata de un rol física y dramáticamente exigente que la actriz hace parecer fácil.
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También es digno de una mención aparte el trabajo de Mark Ruffalo como el abogado libertino Duncan Wedderburn, que a lo largo del filme va descendiendo en una hilarante crisis existencial que derrumba toda su filosofía de vida al descubrir durante su viaje con Bella, para su indescriptible horror, que es capaz de sentimientos más complejos que la lujuria.
Igualmente digno de celebración es el excelente trabajo de Yorgos Mavropsaridis en la edición, con cortes implementados con precisión milimétrica y sensibilidad cómica extremadamente aguda.
Aunque sea una película tan superficialmente “rara”, Pobres criaturas se siente como un paquete completo y universal, una odisea entretenida a la par que conmovedora, del tipo que se disfruta mejor en una pantalla gigante, en una sala compartida con extraños.
Calificación: 5/5
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POBRES CRIATURAS
Título original: Poor Things
Dirigida por Yorgos Lanthimos
Escrita por Tony McNamara (basada en una novela de Alasdair Gray)
Producida por Yorgos Lanthimos, Emma Stone, Ed Guiney y Andrew Lowe
Edición por Yorgos Mavropsaridis
Dirección de fotografía por Robbie Ryan
Banda sonora compuesta por Jerskin Fendrix
Elenco: Emma Stone, Mark Ruffalo, Willem Dafoe, Ramy Youssef, Christopher Abbott, Kathryn Hunter, Jerrod Charmichael, Hanna Schygulla, Margaret Qualley, Vicki Pepperdine, Suzy Bemba