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Tom Cruise vuelve a deslumbrar en otro muy entretenido capítulo de su incesante odisea por martirizarse a sí mismo en las hazañas más espectacularmente peligrosas del cine e inmortalizarse como el heredero fílmico de Buster Keaton o el Jackie Chan estadounidense, en una nueva entrega de Misión Imposible en la que además hace una nueva declaración de intenciones sobre el futuro del cine que busca mantener a salvo de la influencia sintetizadora de un modo algorítmico y artificial de manejar y hacer arte.
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En Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1, Ethan Hunt (Cruise) y su equipo de espías van tras la pista de una llave que parece ser el secreto para controlar a una inteligencia artificial ultra poderosa, capaz de convertirse en una potencia mundial por cuenta propia y hundir al mundo en una catástrofe.
Aunque no alcanza los niveles de perfección de las dos últimas películas de la saga dirigidas por Christopher McQuarrie - Nación secreta y Repercusión - y se trata de una película fundamentalmente incompleta al ser explícitamente la parte uno de una historia más grande, Sentencia mortal aún logra ser un filme que se siente completo, con una conclusión definitiva dentro de una historia aún por concluir; una muñeca rusa dentro de otra.
Temáticamente, la película tiene un interesante paralelismo con la reciente Top Gun: Maverick, en la que Cruise se rebelaba contra la noción de que el factor humano puede volverse obsoleto ante la automatización. Si en Maverick eso era un elemento de fondo, en Sentencia mortal es la idea central.
Cruise claramente se ve a sí mismo como un protector de la experiencia de la sala de cine y en cierta forma de la industria en sí – Sentencia mortal fue una de las primeras grandes producción de la era del covid-19, y estableció un método de trabajar en pandemia que otros estudios emularon –, y esta película a grandes rasgos consiste en Cruise y McQuarrie poniendo a Ethan Hunt frente a un enemigo hecho de algoritmos inescrutables, que ve el mundo en números fríos, en balances de ganancias y pérdidas, a los recursos humanos que manipula como absolutamente prescindibles.
Hunt busca derrotar a la Entidad con atrevidas hazañas de valentía mientras Cruise intenta derrotar a los dioses algorítmicos del streaming de la misma forma, con cine de acción hecho a la antigua, con autos de verdad y trenes reales y cámaras IMAX cuyo resultado solo puede apreciarse al máximo en una sala de cine al lado de amigos o extraños.
A pesar de sus prolongados diálogos de exposición – que comprensiblemente pueden cansar a la gente con menos paciencia, aunque están lo suficientemente bien escritos, llenos de entrañable grandilocuencia dramática e integrados en la acción para no aburrir – y la red cada vez más grande de personajes recurrentes o nuevos atados a la figura mesiánica de Ethan Hunt, la historia en el momento a momento de la película siempre es claro y conciso.
Los detalles de la mega inteligencia artificial detrás de todo lo que ocurre en la película podrán ser nebulosos pero la amenaza es palpable, la llave provee un objetivo claro y tangible para héroes y villanos, y cada una de las impresionantes secuencias de acción del filme tienen su propia mini narrativa clara sobre por qué Ethan y compañía están huyendo de tal persona, descifrando tal clave o saltando en motocicleta a un vació de cientos de metros. La película es una máquina compleja armada con piezas simples, pero bien aceitadas.
Y qué escenas de acción.
Cruise y McQuarrie siguen superándose a sí mismos en tomar riesgos absurdos para entretener al público con un nivel de calidad técnica y autenticidad que solo puede ser facilitado por un actor lo suficientemente loco para saltar de verdad de un precipicio en motocicleta o filmar peleas sobre un tren de verdad que la producción construyó solo para la película.
La idea de que existe una forma “ética” de gastar más de 200 millones de dólares en entretenimiento es dudosa, pero ciertamente es preferible que una película así de cara al menos se vea y se sienta como tal en vez de tirar esos obscenos recursos en secuencias filmadas y re filmadas cincuenta veces ante pantallas verdes que dan la impresión de escenas actuadas frente a protectores de pantalla.
La secuencia final en el tren rivaliza a la apoteósica hora final de John Wick 4 en sus niveles de acción y suspenso, un absoluto goce para cualquier fan del buen cine de aventuras. La variedad de situaciones novedosas que la película logra ingeniar a partir de un ambiente tan gastado en el cine desde sus inicios es inspiradora.
Pero incluso las escenas de acción más “mundanas” no carecen de espectáculo ni de creatividad; en la primera parte de la película hay una espectacular persecución por las calles de Roma que amontona giros interesantes uno sobre otro para incrementar la emoción, desde las traicioneras calles empedradas de la ciudad, el hecho de que Cruise debe manejar con una sola mano o la intervención de un incontrolable Fiat 500.
Pero si bien Cruise es indefectiblemente la estrella, esta vez se rodea probablemente del elenco más fuerte que la saga ha tenido hasta ahora. Lógicamente los personajes recurrentes como el incombustible Luther de Ving Rhames, el Benji de Simon Pegg o la siempre excelente Ilsa de Rebecca Ferguson tienen sus momentos para brillar, como también Vanessa Kirby, con un rol más expandido luego de haberse robado un par de escenas de Repercusión como la intimidante Viuda Blanca; e incluso Henry Czerny regresa de la primera película para nuevas escenas de tensión entre Ethan y Kittridge.
Pero es el elenco nuevo donde la película se luce. Hayley Atwell por fin recibe un papel a su altura, luego de años de roles secundarios y cameos en el universo Marvel, como Grace, una ladrona que acaba accidentalmente envuelta en la carrera por la llave; mientras que Esai Morales es amenazante como Gabriel, el agente de la Entidad con un pasado vinculado a Ethan; y Pom Klementieff es la gran sorpresa del filme como Paris, un personaje que se enmarca en la noble tradición de la saga James Bond de villanos secundarios silenciosos pero físicamente imparables.
Misión Imposible: Sentencia mortal, Parte 1 es otro gran triunfo de la chapa Cruise-McQuarrie, uno de los mejores equipos de actor y director del cine contemporáneo. Imperdible en el cine.
Calificación: 4/5
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MISIÓN IMPOSIBLE: SENTENCIA MORTAL - PARTE 1
Título original: Mission: Impossible - Dead Reckoning, Part 1
Dirigida por Christopher McQuarrie
Escrita por Christopher McQuarrie y Erik Jendresen (basada en una serie de TV de Bruce Geller)
Producida por Christopher McQuarrie y Tom Cruise
Edición por Eddie Hamilton
Dirección de fotografía por Fraser Taggart
Banda sonora compuesta por Lorne Balfe
Elenco: Tom Cruise, Hayley Atwell, Ving Rhames, Simon Pegg, Rebecca Ferguson, Esai Morales, Vanessa Kirby, Pom Klementieff, Henry Czerny, Shea Whigham, Greg Tarzan Davis, Frederick Schmidt, Cary Elwes