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(Disponible en Netflix)
Esta nueva película de acción que Netflix lanzó la semana pasada cuenta una historia sin mucho qué destacar, una inversión femenina de las más frecuentes historias de acción sobre figuras paternas protegiendo a niños, que fácilmente podría haberse quedado en la mediocridad pero que es elevada por el sólido trabajo de la realizadora Niki Caro detrás de cámaras y el de Jennifer Lopez delante de ellas.
López interpreta a una mujer anónima, una exsoldado con un turbio pasado que está siendo cazada por peligrosos criminales internacionales luego de traicionarlos. Luego de dar a luz a una hija, la mujer decide entregarla en adopción para protegerla de quienes la buscan a ella, pero 12 años después se ve obligada a tomar las armas cuando sus antiguos cómplices van tras la niña en busca de venganza.
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Tanto en la acción como en la historia, la película no da la mejor de las primeras impresiones, con un guion que parece dar más vueltas de lo necesario en lo que a fin de cuentas es una historia relativamente sencilla, incluyendo toda una sección prolongada en Cuba – con un antagonista secundario bastante superfluo que desperdicia a Gael García Bernal – que parece estar ahí simplemente para darle a la película un poco del sabor internacional que las películas de espionaje suelen tener.
La acción en esa primera parte de la película tampoco es demasiado impresionante. Una persecución a pie en La Habana carece totalmente de energía y sensación de urgencia, a pesar de la interesante geografía de callejones, terrazas y escaleras por la que la acción se mueve, y de los esfuerzos titánicos de la banda sonora de Germaine Franco de convencer al espectador de que está viendo la persecución más desesperada e intensa de todos los tiempos.
Afortunadamente la cosa mejora considerablemente cuando la película desacelera un poco y los detalles del pasado del personaje de López, su relación con el villano central Lovell y todas las cuestiones de crimen internacional y espionaje (Joseph Fiennes) se vuelven secundarias y la película se vuelve un tenso pero entrañable drama entre la madre y su hija Zoe (Lucy Paez), dándole a la directora Niki Caro la posibilidad de desplegar su aptitud para crear drama humano interesante y a Jennifer Lopez la posibilidad de realmente explorar a profundidad – pero con sutileza – el peso de culpa de su personaje, que reprime con una fachada de estoicismo.
Caro también hace un trabajo destacable jugando con elementos visuales como desenfoques y distorsiones para vender la sensación subjetiva de aturdimiento luego de un choque de autos, o el frío ártico de las montañas de Alaska, dándole una sensación de atmósfera tangible al filme.
Quizá sea por el buen trabajo que hace la película en esa parte intermedia en hacer que los personajes importen al espectador, pero cuando el filme vuelve a entrar en modo de acción hacia el final, la secuencia es mucho más entretenida que lo que vino al principio, con acrobacias vehiculares bastante vistosas y duelos cuerpo a cuerpo que sí logran transmitir la desesperación de una pelea a muerte.
La madre no va a pasar a la historia como un clásico, pero es un sólido thriller dramático ideal para una tarde de fin de semana.
Calificación: 3/5
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LA MADRE
Título original: The Mother
Dirigida por Niki Caro
Escrita por Misha Green, Andrea Berloff y Peter Craig
Producida por Jennifer Lopez, Misha Green, Marc Evans, Elaine Goldsmith-Thomas, Roy Lee, Benny Medina y Miri Yoon
Edición por David Coulson
Dirección de fotografía por Ben Seresin
Banda sonora compuesta por Germaine Franco
Elenco: Jennifer Lopez, Lucy Paez, Joseph Fiennes, Omari Hardwick, Gael García Bernal, Paul Raci, Jesse García, Edie Falco, Yvonne Senat Jones, Michael Karl Richards