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(Disponible en Netflix)
Con películas como Pesadilla antes de Navidad, Jim y el durazno gigante o Coraline, el cineasta Henry Selick ha sido uno de los principales promotores del cine animado “cuadro por cuadro” de historias para todo públicos filtradas a través de una estética tétrica y visualmente inolvidable que han convertido a esas películas en clásicos induscutibles de la temporada de Halloween. Ahora, colaborando con el guionista y director Jordan Peele – que viene en una racha perfecta con sus tres primeras películas como director, de las cuales la más reciente es la excelente ¡Nop! -, Selick vuelve a lo que mejor sabe hacer.
Wendell y Wild es la historia de Kat (Lyric Rose), una adolescente de 13 años que perdió a sus padres en un accidente por el que se culpa a sí misma. Luego de años entre hogares adoptivos y correccionales, Kat es enviada a una escuela de internado en el moribundo pueblo donde creció, y acaba haciendo contacto con dos ambiciosos demonios, Wendell (Keegan-Michael Key) y Wild (Jordan Peele), quienes sueñan con abrir su propia feria de diversiones.
Como las anteriores películas de Selick, Wendell y Wild rebosa creatividad e ideas, quizá hasta el punto que se vuelve algo contraproducente, ya que conceptos únicos como la relación de los demonios con los parques de diversiones – que parece ser una obsesión familiar para Wendell, Wild y su gigantesco padre Buffalo Belzer (Ving Rhames), la naturaleza de Kat como una “doncella infernal” con un vínculo especial con el inframundo o la existencia de cazadores de demonios secretos deben hacerse de espacio en una película con un elenco bastante grande de personajes y cargada de crítica social como es de esperarse de una producción de Peele, todo dentro de unos 105 minutos de duración que acaban sintiéndose insuficientes.
Por eso la película está constantemente en movimiento al punto que se personajes extremadamente interesantes – como Raúl (Sam Zelaya), un compañero de colegio de Kat que acaba involucrado a regañadientes en el desastre sobrenatural – no se desarrollan con la profundidad que merecen y el final se siente extrañamente como un anticlímax.
Pero la película se sobrepone a esos defectos gracias en gran parte a la inmaculada presentación visual que tiene, con Selick entregando otra maravilla de animación tradicional aumentada por efectos digitales que presenta un mundo de apariencia siniestra pero lleno de color y vida, apabullante atención al detalle en la animación y puesta en escena, y diseños de personajes maravillosamente expresivos y jocosos.
Toda la película proyecta un electrizante aura “`punk rock”, desde la energizante banda sonora hasta los diseños de personajes que parecen sacados directamente de la era dorada de la animación televisiva estadounidense de los ‘90, cuando Nickelodeon o Cartoon Network produjeron algunas de sus obras más subversivas y memorables; y en la historia del filme que toma una postura abiertamente beligerante contra la corrupción en el sistema de prisiones privadas de los Estados Unidos.
Wendell y Wild probablemente puede considerarse una de las películas más débiles de Henry Selick, quizá empatada en el fondo de su filmografía con la incomprendida Monkeybone. Pero aún lo “peor” de Selick sigue siendo bastante bueno y un goce para cualquiera que guste de su entretenimiento familiar con algo de actitud.
Calificación: 3/5
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WENDELL Y WILD
Título original: Wendell & Wild
Dirigida por Henry Selick
Escrita por Henry Selick y Jordan Peele (basada en un libro de Henry Selick y Clay McLeod Chapman)
Producida por Henry Selick, Jordan Peele y Ellen Goldsmith-Vein
Edición por Robert Anich y Sarah K. Reimers
Dirección de fotografía por Peter Sorg
Banda sonora compuesta por Bruno Coulais
Elenco: Lyric Rose, Keegan-Michael Key, Jordan Peele, Angela Bassett, James Hong, Ving Rhames, Sam Zelaya, Igal Naor, Tamara Smart, Gary Gatewood, Gabrielle Dennis, Maxine Peake, David Harewood, Natalie Martinez, Tantoo Cardinal