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Bárbaro y ahora Sonríe marcan una interesante racha de muy buenas películas de terror de estudios hollywoodenses con interesantes nuevos talentos detrás de cámaras, con historias que tienen influencias claras de grandes clásicos pero utilizan esas influencias de formas frescas y sorpresivas en vez de perderse en homenajes que no tienen más que a sí mismos como finalidad.
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Al comenzar el filme, la psiquiatra Rose Cotter (Sosie Bacon) recibe a una paciente que dice estar siendo acechada por una presencia maligna que, tomando forma de conocidos o desconocidos, le sonríe siniestramente, antes de sufrir un ataque convulsivo y suicidarse frente a la doctora, con una perturbadora sonrisa en el rostro. Pronto, Rose comienza a ver apariciones similares a las que la mujer describía.
El ADN de influencias de la película es claro, tomando inspiración principalmente de historias como It Follows de David Robert Mitchell o la saga japonesa de terror Ringu y su taquillera versión estadounidense, en las que un concepto existencial adquiere una incomprensible forma corpórea y una conciencia malévola mientras una desafortunada persona atrapada por su influencia debe convertirse de forma improvisada en detective para hallar la forma de escapar de su destino maldito.
El director debutante Parker Finn demuestra un gran dominio del ritmo necesario para hacer que tanto los “jump scares” repentinos y ruidosos – de los cuales hay uno especialmente alarmante hacia el principio del filme – como los momentos de anticipación más silenciosos sean lo más efectivos posible.
Pero la buena dirección y el sólido despliegue visual que hace Finn es solo una de las tres patas del trípode que sostiene a Sonríe, no más importante que el gran trabajo que Sosie Bacon hace en el papel de Rose, probablemente la actuación en un filme de terror que más tangiblemente hace sentir el temor, la angustia y por sobre todo el cansancio de su personaje desde el inolvidable trabajo de Essie Davis en la excelente The Babadook de Jennifer Kent.
Y la tercera pata del trípode, bien merecedora de su propio párrafo, es la maravillosamente inquietante banda sonora de Cristobal Tapia de Veer, que más que un acompañamiento orquestal es una cacofonía de ruidos infernales que más que nada recuerda a los “soundtracks” de Akira Yamaoka para los juegos de la saga Silent Hill, y acentúan enormemente la sensación de que Rose se enfrenta a algo incomprensiblemente maligno y humanamente indescifrable.
El cierre emocional de la película no termina de aterrizar con la fuerza que el filme claramente busca, pero no es un problema que moleste demasiado, en especial porque el final trae consigo algunas imágenes absolutamente indelebles de puro terror.
Sonríe debería tener sonriendo a cualquier fan del buen cine de terror.
Calificación: 3/5
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SONRÍE
Título original: Smile
Dirigida por Parker Finn
Escrita por Parker Finn
Producida por Marty Bowen, Wyck Godfrey, Isaac Klausner y Robert Salerno
Edición por Elliot Greenberg
Dirección de fotografía por Charlie Sarroff
Banda sonora por Cristobal Tapia de Veer
Elenco: Sosie Bacon, Kyle Gallner, Jessie T. Usher, Kal Penn, Caitlin Stasey, Rob Morgan, Robin Weigert, Judy Reyes, Gilllian Zinser