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Interceptor es el tipo de película que ha sido casi totalmente desplazada de las salas de cine a los servicios de streaming en el ecosistema actual de Hollywood: una película de acción de presupuesto relativamente bajo, de corta duración, del tipo que no ofrece grandes despliegues de efectos especiales ni estrellas de muy alto perfil, pero sí alta tensión, ingeniosas escenas de acción y buenas dosis de adrenalina.
Ciertamente está lejos de ser perfecta, pero se trata de una propuesta más que capaz de saciar la sed de cualquiera que esté de humor para una historia al estilo de las numerosas historias sobre héroes bajo asedio que pululaban en los ‘90 luego del gran éxito de Duro de matar.
La película sigue a la capitana J.J. Collins (Elsa Pataky), que ha sido designada a una plataforma de defensa antimisiles de los Estados Unidos en medio del océano Pacífico. Inmediatamente después de su llegada, terroristas intentan tomar la plataforma para neutralizarla y permitir que 16 misiles nucleares robados en Rusia sean lanzados contra ciudades estadounidenses, por lo que dependerá de la capitana Collins y sus compañeros defender la sala de control, convirtiéndose en la última defensa contra un holocausto nuclear.
Bajo presupuesto, alto nivel
La historia es simple, pero con implicaciones apocalípticas, y el guion y la dirección de Matthew Reilly son muy efectivos en vender la precariedad de la situación que enfrentan Collins y los suyos, atrapados dentro de una sala que tarde o temprano va a caer, ciertamente antes de que la ayuda pueda llegar.
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En cierta forma la película se siente como un cruce entre Duro de matar y La habitación del pánico, ya que al igual que aquella magistral película de David Fincher, Interceptor toma una premisa que podría ser limitante al trascurrir principalmente en una sola habitación, y se las arregla para introducir una variedad impresionante de complicaciones y giros.
Y los momentos de acción son de muy alta factura, filmados con estilo y claridad, desde ensañados combates cuerpo a cuerpo hasta tensos tiroteos y alguna que otra situación más estrafalaria, incluyendo una pelea hacia el final que termina en un punto final que hará perder la cabeza incluso a los fans más ajados del cine de acción más violento.
Es digno de aplaudir el trabajo protagónico de Elsa Pataky, que se lanza con todo a las demandas de un rol físicamente muy exigente, demostrando estar a la altura de los momentos más intensos y complicados de acción - el director no habría podido filmar las peleas con tanta claridad y fluidez si la actriz hubiera necesitado dobles y trucos de edición para enmascarar su falta de destreza o entrenamiento – al mismo tiempo que le da a su personaje el carisma desafiante de los héroes de acción de antaño a lo John McClane, a lo que ayuda el hecho de que Luke Bracey le hace un muy buen contrapeso como el líder de los terroristas, emanando cinismo y audacia manipuladora.
Lo que termina lastrando un poco a la película en general es que sus diálogos pueden llegar a ser bastante artificiales y forzados, lo que no es un gran problema en los momentos de acción, pero sí en las partes en las que el filme intenta desarrollar drama.
A pesar de sus imperfecciones técnicas, la forma en que el guion establece a Collins como una sobreviviente en más de un sentido es interesante en la forma en que le da matices a lo que de otra forma habría sido una heroína de acción algo unidimensional.
La disonancia entre la historia dramáticamente fuerte de cómo Collins acabó asignada a la plataforma interceptora y los diálogos de primer borrador de una novela de aeropuerto a veces es irritante, como también puede ser por momentos el enfoque caricaturesco y de mano pesada que la película toma a la hora de hacer comentario político, aunque ninguno de esos problemas es algo que arruine la película, y la mayor parte del tiempo el tono de la película se siente en sintonía con lo que uno vería en los ‘90 en algún filme de Jean Claude Van Damme, o en la entretenida Demolition Man de Sylvester Stallone, o la una o dos películas decentes de Steven Seagal.
Interceptor es una de esas películas que décadas atrás habrían sido bendecidas con una vida eterna de rotación constante en la programación de las tardes de fines de semana en canales de cable, un thriller simple y sin pretensiones para una hora y media de entretenimiento de fácil digestión.
Calificación: 3/5
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INTERCEPTOR
Dirigida por Matthew Reilly
Escrita por Matthew Reilly y Stuart Beattie
Producida por Stuart Beattie, Michael Boughen y Matthew Street
Edición por Rowan Maher
Dirección de fotografía por Ross Emery
Banda sonora compuesta por Michael Lira
Elenco: Elsa Pataky, Luke Bracey, Aaron Glenane, Mayen Mehta, Paul Caesar, Marcus Johnson, Zoe Carides, Belinda Jombwe, Rachel Biazzo, Colin Friels, Kim Knuckey