Cargando...
Particularmente en la última década, las “legacy sequels” - secuelas estrenadas muchos años o incluso décadas después de las entregas originales – han sido de una calidad sorprendente, con ejemplos de altísimo nivel como las dos entregas de Creed que dieron continuidad a las películas de Rocky, la maravillosa Mad Max: Furia en el camino o la excelente Top Gun: Maverick, recién estrenada.
Una triste excepción fue Mundo Jurásico, el renacimiento en 2015 de la saga que comenzó con el icónico Parque Jurásico de Steven Spielberg en 1993 y estaba durmiente desde 2001; la película de 2015 era mediocre en espectáculo e historia, y fue seguida de una continuación no mucho mejor. Ahora, esta saga termina con un último episodio digno de la extinción.
Cuatro años después de los acontecimientos de Jurassic World: El reino caído y el escape de los dinosaurios, estas criaturas se han expandido por la Tierra y la humanidad aún está adaptándose a esa nueva realidad. Cuando mercenarios al servicio de una siniestra corporación secuestran a la cría de la velocirraptor Blue y a Maisie (Isabella Sermon), la hija clonada el co-fundador de Parque Jurásico, Owen Grady (Chris Pratt) y Claire Dearing (Bryce Dallas Howard) se lanzan al rescate, mientras los sobrevivientes del incidente original en Parque Jurásico intentan revelar la verdad sobre la corporación.
La hazaña de hacer que los dinosaurios aburran
La únicas razones por las que Dominio se salva de ser la peor película de toda la saga son que la película es marginalmente mejor que Mundo Jurásico en lo visual, con una paleta de colores más diversa y una textura menos artificial en sus imágenes; el hecho de que el guion no se pierde en pretensiosos intentos de sátira a su propia naturaleza como una secuela como la película de 2015; y la presencia de Sam Neill y Laura Dern como los doctores Alan Grant y Ellie Sattler, los protagonistas de la original Parque Jurásico, cuyas escenas irradian una química y calidez que a la saga le hacían falta desde hace tiempo.
Pero allí acaban las virtudes de una película que vuelve a estar demasiado preocupada por crear difusas historias de conspiraciones corporativas condimentadas con copiosas referencias y homenajes a las películas anteriores para que los fans se sientan consentidos.
Lea más: Horarios de “Jurassic World: Dominion” en cines de Paraguay
Ocasionalmente la historia amaga a presentar dramas interesantes para sus personajes, como la angustia de Maisie por su naturaleza como un clon, o la sensación de culpa del doctor Henry Wu (BD Wong) por los desastres que han causado sus manipulaciones genéticas. Pero todos esos elementos se pierden, como un chorro de agua que se evapora antes de tocar la boca de alguien que se muere de sed, en un aluvión de planes malignos poco claros y tristes intentos fallidos de recrear la sensación de asombro con que la película original de Spielberg cautivó a millones.
Paradójicamente, al mismo tiempo la película parece tener la idea correcta de que la gente que va a ver una de estas películas quiere ver, más que nada, acción con dinosaurios, y busca cumplir presentando la mayor cantidad de escenas de acción que cualquier película de esta serie ha tenido hasta ahora.
Lastimosamente, esas escenas van de mediocres hasta absolutamente incomprensibles. La acción se siente desconectada de toma a toma, sin flujo, dando una sensación de desorientación similar a la que uno experimentaría leyendo un cómic en que varios paneles están borrados, mientras alguien te sacude el asiento y las páginas, y otra persona te grita en el oído.
Quizá el peor ejemplo es una secuencia en Malta hacia la mitad de la película, donde una visita a un mercado clandestino de dinosaurios de contrabando acaba con una persecución de múltiples participantes que parece querer emular a Casino Royale o The Bourne Ultimatum, pero con dinosaurios en las calles, pero el manejo de cámaras es tan caótico y la edición tan hiperactiva que cada tanto uno se encuentra preguntando cómo llegó tal o cual personaje o depredador prehistórico a donde está.
El director Colin Trevorrow – que regresa después de haber dirigido Mundo Jurásico y cedido la silla al español J.A. Bayona en El reino caído - tiene talento para el suspenso, y lo saca a relucir en momentos como una escena en la que Claire debe eludir a un gigantesco dinosaurio en un bosque – una escena similar a uno de los pocos momentos de calidad en Mundo Jurásico, cuando Chris Pratt se escondía de un dinosaurio bajo una camioneta –, pero como director de acción sus habilidades parecen haberse deteriorado desde las ya mediocres secuencias de ese tipo en la película de 2015.
Para una saga que comenzó con una de las mejores películas de aventuras de todos los tiempos, Jurassic World: Dominio es un epitafio decepcionante.
Calificación: 2/5
----------------------------------------------------------------------------------
JURASSIC WORLD: DOMINIO
Título original: Jurassic World: Dominion
Dirigida por Colin Trevorrow
Escrita por Colin Trevorrow y Emily Carmichael
Producida por Frank Marshall y Patrick Crowley
Edición por Mark Sanger
Dirección de fotografía por John Schwartzman
Banda sonora compuesta por Michael Giacchino
Elenco: Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Sam Neill, Laura Dern, Jeff Goldblum, Isabella Sermon, DeWanda Wise, Mamoudou Ahtie, BD Wong, Campbell Scott, Omar Sy, Justice Smith, Dichen Lachman, Daniella Pineda, Scott Haze