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Reminiscencia trascurre en un futuro cercano en que el calentamiento global ha hecho que el mar se trague varias de las zonas costeras del mundo. Miami, donde comienza la historia, se ha convertido en una especie de Venecia con rascacielos, y la vida sigue entre corrupción, pobreza, muerte e inestabilidad social causada por la avaricia de terratenientes que acaparan las viviendas y apartamentos que quedan, ofreciéndolas a precios inalcanzables.
Con el mundo como está en la película, resulta lógico que esté de moda un tipo de tecnología que permite a las personas revivir sus recuerdos como si estuvieran allí. A ofrecer ese servicio se dedican Nick (Hugh Jackman) y Watts (Thandiwe Newton), a cuyo negocio llega la hermosa y misteriosa Mae (Rebecca Ferguson), buscando un objeto perdido.
Años después, luego de haber iniciado una relación con Nick, Mae desaparece, y un obsesionado Nick acaba descubriendo una pista que podría apuntar a que Mae estaba involucrada con narcotraficantes y un complot que involucraría a uno de los terratenientes más importantes de Miami.
Reminiscencia, el debut como directora de cine de la creadora de la versión televisiva de Westworld, Lisa Joy, presume abiertamente de sus influencias, tratando de homenajear al cine “noir” de misterios siniestros y crímenes ocultos en el laberinto urbano con un protagonista atormentado por su pasado y asediado por un mundo sin futuro de la misma forma que lo hacía décadas atrás Blade Runner.
Pero a diferencia de Blade Runner, que hacía sus homenajes al cine de detectives de los ‘40 con sutileza a través de su tono, sus actuaciones y su historia, Reminiscencia lo hace levantando directamente la iconografía propia de aquellos filmes – una “femme fatale” con vestido de gala canta en un club nocturno con uno de esos micrófonos circulares de hace décadas, un complot sobre bienes raíces, el “detective” protagonista se lanza a monólogos de simbolismo poético y cinismo autodestructivo – que estampa con poca elegancia sobre su mundo futurista.
Pero aunque lo obvio de sus influencias puede resultar irritante para los puristas, la verdad es que ese no es uno de los problemas debilitantes que aquejan al filme.
El problema es que el filme es mortalmente aburrido.
Es una historia con un montón de cosas interesantes en la periferia: un mundo cuya economía y vida social ha mutado de forma curiosa con la subida de las aguas, convirtiendo a la población en vampiros que duermen de día y salen de noche; la idea poco original pero bien implementada de un mundo tan carente de esperanza que los que viven en él solo encuentran escape al zambullirse en sus propios recuerdos y revivir una y otra vez momentos de cuando la vida era mejor; las mecánicas de cómo funcionan las reminiscencias y sus peligros, algo que claramente llevó muchísima atención al detalle a la hora de escribir la película; la relación de tensión social luego de una crisis ambiental que causó a su vez una crisis migratoria.
A la hora de construir una historia de ciencia ficción con mecánicas interesantes, en lo que se refiere a los detalles de cómo ese mundo y el elemento central – en este caso las reminiscencias – funciona, Lisa Joy tiene poco que envidiar a alguien como Christopher Nolan.
Pero todos esos elementos interesantes – y el buen trabajo secundario de Newton, el siempre confiable Cliff Curtis, Daniel Wu o Marina de Tavira, que se lleva una de las escenas más trágicas y memorables de la película - son solo trasfondo, orbitando subordinadas a la historia central de Nick y Mae, una narrativa que se siente como un refrito de mil historias similares del género que la película homenajea, con todo el “sex appeal” y nada de la química.
Jackman ha probado a lo largo de las décadas ser un hombre de muchos talentos, pero “tipo duro de cine noir” no es una de ellas. Jackman hace lo que puede, pero Nick como personaje no tiene demasiada personalidad más allá de su obsesión por Mae y una tendencia a la autodestrucción por medio de esa obsesión, y la película lo obliga a hacer narraciones en “off” bastante embarazosas e innecesarias.
Lo mismo le pasa a Rebecca Ferguson, una actriz habitualmente excelente – en especial en las dos últimas Misión Imposible o la maravillosa Doctor Sueño - que aquí se ve obligada a interpretar menos a un personaje y más a un arquetipo.
Nick y Mae se sienten como como ensayos, como primeros borradores en vez de personajes completos y complejos, y cada vez que la película se centra en ellos y pone pausa a la resolución del misterio, la película se desinfla como un globo pinchado.
Eso sí, en los escasos momentos de acción del filme – un tiroteo filmado con mucho estilo y una brutal pelea y persecución hacia el final - insinúan que Joy podría tener un interesante futuro en el género.
Sin embargo, y a pesar de sus elementos prometedores que acaban siendo desperdiciados, Reminiscencia se siente como un fracaso.
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REMINISCENCIA (Reminiscence)
Dirigida por Lisa Joy
Escrita por Lisa Joy
Producida por Lisa Joy, Michael De Luca, Jonathan Nolan y Aaron Ryder
Edición por Mark Yoshikawa
Dirección de fotografía por Paul Cameron
Banda sonora compuesta por Ramin Djawadi
Elenco: Hugh Jackman, Rebecca Ferguson, Thandiwe Newton, Cliff Curtis, Marina de Tavira, Daniel Wu, Brett Cullen, Natalie Martínez, Mojean Aria, Angela Sarafyan, Javier Molina
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