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Adam Sandler se pone serio con demasiada poca frecuencia, pero cada vez que lo hace su trabajo es imperdible.
En Diamantes en bruto, la nueva película del dúo de hermanos Josh y Benny Safdie, Sandler interpreta a Howard Ratner, un joyero judío y apostador empedernido, un vicio que lo pone en frecuentes problemas de deudas con despiadados prestamistas como su cuñado Arno (Eric Bogosian).
El año es 2012, y Howard tiene un plan para convertirse en millonario: compró un extremadamente raro ópalo negro de una mina en Etiopía, y la llegada de esa gema a sus manos, en coincidencia con la aparición en su tienda de la estrella de la NBA Kevin Garnett, dan inicio a una serie de catastróficas decisiones y coincidencias que amenazan con hundir en el desastre todos los esfuerzos, las mentiras y la vida misma del desesperado apostador.
El mundo de Howard es una constante cacofonía de ruidos urbanos indistintos, la cortina sonora de una Nueva York en perpetuo movimiento, y gritos humanos de exasperación y desesperación, la mayoría de ellos provenientes de su propia boca.
Con la sonrisa semifingida de vendedor inescrupuloso de autos usados y secretamente averiados perpetuamente plasmada en su rostro, y exagerando un poco su voz nasal, Sandler retrata a Howard no como un estafador sino como un hombre envidiablemente convencido de que el destino va a estar a su favor cuando sea importante, sin importar por cuántas golpizas, engaños y demás decepciones lo arrastre en el camino.
Es un exterior intencionalmente irritante que oculta un personaje con gran complejidad, un padre de familia cuyos enormes defectos han llevado a su esposa a pedirle el divorcio, pero cuya personalidad magnética logra mantener flotando en su órbita a la gente, y cuya naturaleza no se revela en su totalidad hasta el inolvidable final de la película.
Es difícil describir de forma completa el impacto del clímax de la película sin incurrir en “spoilers”, pero es uno de esos desenlaces perfectos en los que todas las piezas del rompecabezas del filme, que antes parecían girar fuera de control en un torbellino de gritos nasales y luces de ciudad van cayendo en su lugar correcto, y la imagen completa del fascinante desastre que es Howard se muestra ante el espectador en una de las secuencias más tensas del cine reciente, con un desenlace que es al mismo tiempo una sorpresa total y quizá la única conclusión lógica que la historia podía tener.
Los Safdie rodean a Sandler de un elenco de nombres de fama media pero de calidad fenomenal, entre los que destaca la debutante Julia Fox como Julia, la amante de Howard que parece irremediablemente atraída por el torbellino de ambición desmedida del protagonista, y que a medida que avanza el filme se va revelando como una especie de verdadera alma gemela de Howard, en el sentido más negativo posible.
Eso sin mencionar las breves pero impresionantes interpretaciones de Idina Menzel como la esposa de Howard o Lakeith Stanfield como el nexo entre el personaje de Sandler y Garnett, que se interpreta a sí mismo con resultados bastante decentes para un actor no profesional.
El hecho de que Diamantes en bruto haya sido totalmente ignorada en las principales premiaciones del cine es un recordatorio más de lo arbitrarios, limitados y poco válidos que galardones como los Óscar pueden ser como barómetro para reconocer el mejor cine de cada año.
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DIAMANTES EN BRUTO (Uncut Gems)
Dirigida por Josh Safdie y Benny Safdie
Escrita por Josh Safdie, Benny Safdie y Ronald Bronstein
Producida por Sebastian Bear-McClard, Eli Bush, Irfaan Fredericks y Scott Rudin
Edición por Benny Safdie y Ronald Bronstein
Dirección de fotografía por Darius Khondji
Banda sonora compuesta por Daniel Lopatin
Elenco: Adam Sandler, Julia Fox, Lakeith Stanfield, Kevin Garnett, Idina Menzel, Eric Bogosian, Keith Williams Richards, Judd Hirsch, Mike Francesca, Noa Fisher, Jonathan Aranbayev, Jacob Igielski, Wayne Diamond, Pom Klementieff, The Weeknd