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Nombres como Dream Theater, Mr. Big y Poison -nada menos- avalan la garantía de rock del power trío que este martes se presenta en el Teatro del Hotel Guaraní, ubicado en Oliva e Independencia Nacional. Integrado por Billy Sheehan (Mr. Big), Mike Portnoy (Dream Theater) y Richie Kotzen (Poison), The Winery Dogs aterriza por primera vez a nuestro país enmarcado en el aniversario número 58 de la tienda de discos, Music Hall.
En entrevista con ABC Color, el cantante y guitarrista Richie Kotzen habla de su paso por Paraguay, presenta su álbum Hot Streak (2015) y ofrece una mirada muy personal sobre el rock de nuestros tiempos.
-¿Cómo viven esta gira que los trae a Sudamérica?
-La estamos pasando muy bien. Hemos hecho muchos shows en Estados Unidos, en Europa, hace poco fuimos a Japón y Corea, y ahora estamos a punto de empezar nuestra etapa sudamericana. Nunca estuvimos en Paraguay, creo que yo nunca he tocado allí, así que es algo por lo que estoy muy ansioso... estoy emocionado por ir allí por primera vez y llevar a los Winery Dogs, ahora que ya hemos hecho tantos shows en los últimos años, la banda ha crecido y estamos tocando a un nivel nuevo. Estoy muy emocionado.
-El más reciente lanzamiento es " Hot Streak". ¿Qué proponen con este disco?
-El disco es algo que nos emociona mucho. Cuando pensaba en hacer esto nunca anticipé múltiples discos, solo pensé que sería un buen proyecto con Billy, para quien trabajé, y algo nuevo para poder trabajar con Mike. Pensé que haríamos un muy buen disco y hasta ahí llegaríamos. Y fue tan divertido tocar con estos tipos, y fue tan bien recibido que decidimos hacer otro disco. Me emociona tener este nuevo disco, creo que realmente nos superamos. Si tuviera que elegir entre el primer y el segundo disco, creo que me gusta más el segundo.
-Todos tienen amplia experiencia en bandas... ¿cómo organizan el proceso de composición y producción?
-Para mí es fácil porque de los tres yo soy el que no hace proyectos... soy el único que ha tenido una carrera en solitario desde 1989. Si miras mi discos tengo un promedio de un disco por año y siempre estoy de gira. Cuando esto surgió, al principio lo encaré como un proyecto. Pensé que sería algo lindo que hacer y -por cómo fue recibido- hicimos un segundo disco y se volvió más como una banda legítima. El proceso de composición es básicamente nosotros en una habitación lanzando ideas y haciendo como pequeños sketches de arreglos; entonces yo tomo esos arreglos hasta tener la suficiente inspiración para escribir letras y llevar eso de vuelta con los chicos para hacer el disco. Es una forma muy directa en la que trabajamos y parece ser algo que nos da buenos resultados.
-¿Cómo es un show de The Winery Dogs?
-(Risas) Es como ir al circo. Es tan distinto a lo que estoy acostumbrado a hacer, es como... Todos en la banda son gente divertida. Lo comparo con ir a un juego de “all-stars” de la NBA. Es un espectáculo musical divertido y entretenido.
-¿Hay alguna banda de rock contemporánea que les guste particularmente?
-Me preguntan eso a menudo y hay veces en que escucho una canción y voy y compro el “single”. Me avergüenza decir que no compro todo el disco porque creo que la gente ya no hace discos, hacen “singles”. De vez en cuando escucho una canción de una banda que me gusta mucho; el problema es que ahora en el momento no podría nombrar una banda actual porque no pienso en nuevas bandas, pero de vez en cuando escucho algo que me gusta, que me parece interesante. (...) No escucho demasiada radio, supongo que me percato de las cosas por mi hija, ella tiene 18 años y le gusta la música, así que de vez en cuando escucho que pone algo y le digo '¿Qué es eso? Es muy genial'. Pero tengo que decir que estoy un poco ajeno.
-¿Qué creés que haya perdido y ganado el rock en los últimos tiempos?
-Creo que es una cuestión cultural. Cuando era joven el Rock N' Roll era enorme... recuerdo escuchar a Jimmi Hendrix en la colección de discos de mi madre, recuerdo que Hendrix me emocionó. Recuerdo escuchar a los Rolling Stones, o cuando escuché la voz de Rod Stewart por primera vez. Era emocionante y me hizo querer ser músico. Ahora, si fuera joven ahora, hay tantas distracciones que no sé lo que haría. Si fuera la misma persona estaría haciendo algo creativo, pero no sé si sería música porque la música ha cambiado tanto, se ha vuelto una situación en que la gente puede hacer discos que, de no ser por la tecnología, no podrían hacerlos. No son realmente músicos, según la definición de lo que un músico era cuando yo era joven. Para ser músico había que trabajar, aprender a tocar el instrumento, tocar con gente, años y años de afinar tu arte; eso ya no pasa tanto ahora, todo es tan diferente. Desde mi punto de vista parece que hay menos gente como yo ahora que cuando yo era joven.
-Los paraguayos seguidores del rock siguieron sus respectivas bandas a lo largo del tiempo. ¿Qué les dirías a los fans que los están esperando?
-Estoy emocionado. No hemos tocado en Paraguay aún y creo que lo vamos a hacer muy bien, espero que la gente esté receptiva con lo que hacemos. Estoy ansioso por tocar.