El rapero presentó la noche del jueves este octavo disco de estudio a un grupo de unos pocos centenares de personas frente a un hangar en Jackson Hole, Wyoming, donde realizó la grabación.
“El hip-hop es la primera forma artística creada por hombres negros libres”, dijo el comediante y actor Chris Rock al presentar el trabajo. “Y ningún negro se ha beneficiado más de esta libertad que Kanye West”, que no habló, conformándose con hacer escuchar el trabajo a los presentes.
Casi un mes después de desafiar los titulares con una serie de tuits y una polémica entrevista, el músico de Chicago obviamente quería dejar que sus temas hablaran por él. A finales de abril, Kanye West declaró en un tuit su amor por su “hermano” Donald Trump, posando con una gorra de “Make America Great Again”, el eslogan de campaña del expromotor inmobiliario, y reivindicando su libertad de expresión y de opinión. Unos días más tarde, se refirió a la esclavitud como una “elección” para los negros, lo que provocó un alboroto aún mayor que el generado por su declaración sobre sus sentimientos hacia Trump.
Kanye West repasa este episodio en uno de los siete temas del álbum, Wouldn’t Leave, evocando las reacciones indignadas que siguieron a sus comentarios. “Imagínense si ellos me hubieran pillado en un día de locura”, dice en un tono desafiante, mientras elogia la reacción de su esposa, la estrella de la telerrealidad Kim Kardashian West. “Le dije que podía dejarme”, afirma en la pista. “Pero ella no quiso irse”.
Otros títulos están relacionados con temas candentes de la actualidad, como Yikes, en el que hace una referencia al movimiento contra el acoso y el abuso sexual #MeToo y al productor de hip hop Russell Simmons, acusado de violación por varias mujeres. Kanye West también menciona a la estrella de cine porno Stormy Daniels, que dice haber tenido una relación con Donald Trump, en All Mine, cuya letra habla del adulterio, aunque sin mencionar el nombre del presidente de Estados Unidos.
Pero lo esencial de Ye, el título del álbum, reside en la propensión del rapero a la introspección, un rasgo que forma parte de su éxito. El disco tiene un ADN similar al de sus predecesores, pero un tono más íntimo, sin la inspiración épica y la complejidad que han hecho de varios álbumes de Kanye West referencias del rap. Ye, uno de los apodos del músico, habla en buena medida de la depresión en la que cayó a finales de 2016, y de los demonios que encontró allí, mencionando incluso el suicidio en I Thought About Killing You.
También aborda el asunto de la madurez en este álbum muy melódico, con los coros que tanto le gustan y una multitud de prestigiosos invitados como John Legend y Nicki Minaj, entre otros.
West, que cumple 41 años el 8 de junio, describe la evolución de su visión de las mujeres, que ahora ve como “algo que nutrir, no algo que conquistar”.