La cantante, de 26 años, se convirtió en la segunda mujer en la historia de la Academia de la Grabación estadounidense que se alza con este galardón, con lo que aumenta su poder en la industria musical.
“Quiero decirle a todas las mujeres que habrá gente que intentará boicotear su éxito o atribuirse sus logros”, afirmó Swift polémica.
“Pero si se centran en su trabajo un día se darán cuenta de que lo habrán logrado gracias a su esfuerzo y a la gente que les quiere”, señaló.
Swift confirmó además estar totalmente consolidada en el género del pop, después de abandonar el country que la vio nacer como artista, al recibir el Grammy a Mejor álbum pop vocal.
La intérprete compartió por otro lado el galardón a Mejor álbum musical por Bad Blood con Kendrick Lamar, el favorito de la noche.
El rapero estadounidense se llevó a casa cinco premios, entre ellos Mejor álbum y canción de rap por To Pimp A Butterfly y Alright respectivamente, pero perdió en las categorías principales.
Lamar, de 28 años, regaló sin embargo una de las actuaciones más impactantes de la noche, al recrear una celda en pleno escenario para interpretar The Blacker the Berry y Alright, dos temas con fuerte contenido político.
El pegadizo hit Uptown Funk, de Mark Ronson y Bruno Mars, fue nombrado sin sorpresas Grabación del Año.
“Muchas gracias. No estaríamos aquí sin la gente que baila esta canción”, dijo Mars.
El británico Ed Sheeran, de su lado, recibió emocionado el Grammy a Canción del Año por Thinking Out Loud, una balada que compuso una noche en el sofá de su casa.
El título de Mejor artista nuevo recayó en la estadounidense Meghan Trainor, conocida por el hit All About That Bass, que ha recibido más de 1.200 millones de visitas en YouTube.
Más allá de los premios, los Grammy celebraron con vibrantes actuaciones la gran noche de la música.
Lady Gaga se llevó una de las ovaciones más fuertes por mimetizarse en David Bowie, a quien rindió un homenaje “multisensorial” .
La artista se puso una peluca naranja, se maquilló al más puro estilo ochentero y vistió un traje inspirado en el particular estilo del cantante británico, fallecido en enero.
La superestrella versionó algunos de los temas más conocidos de su ídolo, como Space Oddity, Let’s Dance, Heroes y Rebel Rebel.
Igual de emocionante fue el tributo a Lionel Richie, que puso en pie al público con su famoso All Night Long.
Adele volvió al escenario de los Grammy tras varios años ausente, pero sufrió un problema con los micrófonos situados en el piano que nubló su actuación. La cantante lo explicó en su cuenta de Twitter, pero le quitó importancia al señalar que “estas cosas ocurren” .
Justin Bieber, de su lado, demostró su habilidad con la guitarra antes de bailar los ritmos electrónicos de Where Are Ü Now .
Pitbull cerró la velada con una bailarina de excepción: la colombiana Sofía Vergara.
La nota amarga de la velada la puso Rihanna, quien canceló a último minuto su actuación por culpa de una infección en sus cuerdas vocales que no ha logrado curar después de tres días de tratamiento.
Lauryn Hill, reina del R&B, también dejó plantada a la audiencia al no compartir escenario con el canadiense The Weeknd, que se llevó a casa un par de gramófonos.
La Academia de Grabación también reconoció a los mejores artistas latinos del año, como el puertorriqueño Ricky Martin, Mejor álbum pop latino por A Quien Quiera Escuchar.
Natalia Lafourcade volvió a triunfar por Hasta La Raíz, el disco que la ha consagrado como una de las mejores artistas latinas.
La mexicana recibió el premio a Mejor Álbum Rock Latino, Urbano o Contemporáneo, pero debió compartirlo con el rapero estadounidense Pitbull y su disco Dale.
El panameño Rubén Blades se impuso en la categoría de Álbum Tropical Latino con Son de Panamá, mientras que los Tigres Del Norte fueron los mejores en música regional mexicana con Realidades.
Ninguno de los ganadores latinos acudió a la gala a recoger sus gramófonos.