Sabaton y sus fans fueron a la guerra

Ante una multitud pequeña pero que hizo ruido equivalente a una turba diez veces mayor, el grupo sueco de metal dio su primer concierto en Paraguay.

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Lo que debió haber sido un batallón no pasó de ser una compañía, un grupo de -como mucho- un par de centenares de fans del exitoso grupo sueco de metal Sabaton, pero los soldados eran bravos y los capitanes sobre el escenario supieron guiarlos bien. Pocos valieron por muchos y la del jueves fue otra memorable noche para el metal en Paraguay.

Como es lo normal, un grupo local sirvió de aperitivo para el apetito de metal de los fans antes del plato fuerte. En esta ocasión ese deber le tocó a la banda Rushmore, un grupo de probado talento para sacudir a multitudes con sus frenéticos ritmos y la potente voz de su “frontman” Gustavo Torres. Con canciones como Deliverance, Crusader y Enemy inside, el grupo puso en atención a la pequeña pero enérgica multitud.

No mucho después sonaba a todo volumen el clásico de Europe The Final Countdown, anunciando la inminencia del inicio del show de los suecos.

Y efectivamente a los pocos minutos Joakim Brodén, Pär Sundström, Chris Rörland, Thobbe Englund y Hannes van Dahl ya se hallaban sobre el escenario, dando inicio a su espectáculo con la potente Ghost division.

Como la mayor parte de su repertorio musical, las canciones que Sabaton interpretó en Asunción narraban históricas batallas de enorme importancia y homenajeaban a figuras bélicas importantes. Tras la primera canción vino To Hell and back, un himno al soldado estadounidense de la Segunda Guerra Mundial Audie Murphy.

Luego vino un momento dedicado por los artistas a su natal Suecia, con la interpretación de Carolus Rex -sobre el rey Carlos XII de Suecia- seguida de la acelerada Gott Mit Uns, cantada en por Brodén en su idioma natal.

Luego de eso la temática volvió a la Segunda Guerra Mundial con Attero dominatus, sobre la batalla de Berlín que puso fin al conflicto en Europa, y Resist and bite, basada en los esfuerzos de soldados belgas durante la guerra. Bróden aprovechaba las pausas entre canciones para destacar la forma en que los poco más de 100 fans allí presentes sonaban como 1.000.

Siguieron The Art of War, basada en los preceptos de Sun Tzu, y Soldier of 3 Armies, sobre las andanzas del legendario combatiente finlandés Lauri Törni, que alzó armas en nombre de su país natal, Alemania y los Estados Unidos en distintas etapas de su vida.

El show siguió con 40 to 1 y Swedish pagans, para luego homenajear a las “brujas de la noche” soviéticas que atormentaron a los nazis con Night witches y poner a saltar a toda la concurrencia con Primo victoria.

El broche de oro de la noche vino con la festiva y enérgica Metal crüe, un homenaje de la banda a una gran cantidad de grupos que inspiraron su sonido, desde Mötley Crüe hasta Mötorhead, pasando por Guns N' Roses, Iron Maiden, Judas Priest, Queen, Rainbow y muchos otros.

En una noche de invierno de 17ºC en medio de Sudamérica, Sabaton llevó a la guerra a sus tropas paraguayas, fans de todas las edades, cortos en número pero sobrados en energía. La misión no se quedó sin ser cumplida.

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