Juan Sebastián Gutiérrez, “Juanse”, reivindica la importancia de “Pappo” para la historia de la música argentina y lamenta, en una entrevista con Efe, que no lograra obtener un auténtico reconocimiento en vida debido al “temor” que generaba en las compañías discográficas su actitud “inconstante” y “temperamental”.
El exlíder de la banda Los Ratones Paranoicos, disuelta en 2011, mantuvo una estrecha relación personal y profesional con “ Pappo ” , considerado como uno de los fundadores del rock y el blues argentino a finales de los años 60, fallecido en un accidente de moto en 2005.
“Era un tipo espectacular, una criatura monstruosa, gigante, con un talento sorprendente y muy loco”, asegura el cantante, antes de añadir que pese a su fuerte carácter, su ídolo y colega, al que apodaban “ el Carpo”, era también “muy tímido en sus afectos”, lo que le convirtió en “un ser humano completo”.
Comenzó a ganarse su condición de “leyenda” del rock argentino con la creación de las bandas Pappo's Blues y Riff y con su participación en grupos emblemáticos como Los Gatos, Los Abuelos de la Nada o La Pesada del Rock and Roll.
Sin embargo, el mayor reconocimiento llegó tras el accidente que acabó con su vida porque, según Juanse, en Argentina “hasta que no te morís, no te dan pelota”.
Fue a partir de ese momento cuando arrancó la construcción del mito “Pappo”, basado en su “brillante” labor como compositor e intérprete, así como su fuerza poética, que conquistaron hasta al mismo B.B. King, quien llegó a decir que el rockero argentino era uno de los mejores guitarristas del mundo.
De hecho, en 1993, el llamado “rey del blues” le invitó a tocar en el Madison Square Garden de Nueva York, un auténtico “hito” y una “realización” para “el Carpo”, quien consiguió compartir escenario -entonces y, posteriormente, en varias ocasiones- con el músico que le inspiró para “ tomar una guitarra y aprender a tocar”.
Ahora, el disco “Pappo x Juanse” del ex “ratón paranoico” constituye una “buena oportunidad” para que los jóvenes escuchen por primera vez estas canciones y puedan “encontrarse” con esta leyenda del rock y el blues de Argentina.
El álbum, que llegará a más de 60 países el próximo 28 de abril, cuenta con la colaboración de otras voces de referencia como las de Andrés Calamaro o Peteco Carabajal, entre otras, que han contribuido a que el proceso de creación fuera “muy simple, bueno y cálido”.
Todos ellos “le ponen mucho corazón al trabajo”, algo que, para Juanse, que lleva 30 años en la música, es “lo más importante” porque lo que uno deja grabado perdura eternamente, “al menos hasta que el agua vuelva a cubrir la tierra”, apunta.
Un trabajo en el que Juanse se ha volcado después de una particular experiencia personal.
Hace cinco años, atravesó una auténtica “conversión espiritual” cuando, confiesa, Jesús se le “apareció” y le “partió el cerebro en 28 pedazos”, tras lo que abandonó las drogas, la banda, el agotamiento, la ansiedad y el estrés para afrontar su vida de otra manera.
“Ha cambiado mi forma de hacer música totalmente”, sostiene Juanse, convencido de que si el disco homenaje hubiera salido hace un lustro se trataría de una mera “especulación lucrativa”.
El artista reconoce que siempre tuvo en mente la idea de interpretar las canciones de “Pappo” y llegó a plantearle esa posibilidad a su amigo cuando vivía.
“Pappo”, relata, le preguntó si iba a poder tocar alguno de sus propios temas y él respondió: “sí, vos vas a tocar en uno pero no en todos, porque si no, ¿para qué lo voy a hacer?”.
Ahora, completamente transformado y una década después de la muerte de “Pappo”, ha encontrado el motivo perfecto para recordar a este artista “inmejorable” como se merecía.