El cantante de Radiohead, Thom Yorke, respondió a artistas como Roger Waters, de Pink Floyd, y el director de cine Ken Loach, que instaban a la banda a cancelar su actuación, tachando las demandas de “condescendientes”.
En un tuit publicado la semana pasada, Yorke afirmó que “tocar en un país no es lo mismo que apoyar a su gobierno”.
“Hemos tocado en Israel desde hace más de 20 años, con diferentes gobiernos, algunos más liberales que otros. Lo mismo que en Estados Unidos. Nosotros no respaldamos al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, más de lo que lo hacemos al presidente estadounidense, Donald Trump, pero seguimos tocando en Estados Unidos”.
“La música, el arte y el mundo académico tratan sobre cruzar fronteras y no construirlas, sobre mentes abiertas y no cerradas, sobre una humanidad compartida, sobre el diálogo y la libertad de expresión”.
Desde hace años una campaña apunta contra Israel a raíz de la ocupación durante cinco décadas de los Territorios palestinos, pero el concierto de Radiohead ha sido objeto de una atención particular debido a la reputación del grupo británico en temas de activismo político.
Los miembros de la banda se han pronunciado a favor de causas medioambientales y contra lo que ellos consideran unas normas mundiales de comercio injustas.
Su álbum de 2003 Hail to the Thief fue interpretado, en parte, como una respuesta a la presidencia de George W. Bush en Estados Unidos.
Aparte de eso, sigue siendo una de las bandas de rock más importantes del mundo, alabada por los críticos por estirar los límites de ese género musical tras alcanzar la fama en los años 1990.
Loach, laureado director de filmes comprometidos como El viento que agita la cebada o Yo, Daniel Blake, escribió recientemente que “si van a Tel Aviv, quizá nunca podrán olvidarlo”.
“Radiohead necesita decidir si se ponen del lado de los oprimidos o del opresor”, declaró en un artículo publicado en el diario británico The Independent. “La elección es fácil”, añadió.
Los israelíes suelen arropar a los artistas que desafían este tipo de llamados al boicot, como ha ocurrido con Radiohead.
Así, se ha instado a los isralíes a comprar entradas para apoyar al grupo, aunque su precio –484 séqueles (135 dólares, 117 euros)– sea bastante alto.
Naranja, organizador del concierto, afirmó que se habían vendido 50.000 entradas para el concierto en el parque Yarkon de Tel Aviv, de las cerca de 51.000 disponibles.
David Brinn, editor jefe del periódico israelí The Jerusalem Post, que ha escrito mucho sobre música, dijo que la banda cuenta con muchos seguidores en Israel, por lo que resulta difícil saber hasta qué punto la controversia había afectado la venta.
“No creo que haya mucha gente que vaya a comprar entradas para el concierto por el simple hecho de que Radiohead haya decidido venir a Israel”, afirmó.
El movimiento que insta a Radiohead a cancelar el conjunto se llama BDS –Boicot, Liquidaciones y Sanciones, por sus siglas en inglés– y afirma inspirarse en la campaña contra el "apartheid" en Sudáfrica.
Busca poner fin a la ocupación israelí de Cisjordania y sus militantes aseguran que grupos como Radiohead cruzan una línea roja al actuar en Israel.
Israel considera esta campaña como una amenaza y la acusa de antisemitismo, algo que los activistas niegan firmemente, denunciando una campaña para desacreditarlos.
Algunos músicos políticamente activos ya han anulado espectáculos en Israel, como Lauryn Hill y Elvis Costello.
Pero no todos han cedido. El sábado por la noche Guns N’Roses actuaron ante 60.000 espectadores en Tel Aviv. Britney Spears y Elton John también han dado conciertos allí recientemente.
Omar Barghouti, un líder del movimiento BDS, habla de una política “de doble rasero” por parte de Radiohead.
“Han apoyado los derechos humanos en otras partes, pero cuando se trata de la lucha palestina por la libertad, la justicia y la igualdad, han ignorado obstinadamente nuestros llamados, ayudando así a la máquina de propaganda israelí a esconder la negación de nuestros derechos”, afirmó.
Para Thom Yorke resulta “extremadamente condescendiente” afirmar que Radiohead no se haya familiarizado con el conflicto palestino-israelí, recordando que la mujer del guitarrista, Jonny Greenwood, nació en Israel.
“Es verdaderamente molesto que artistas a los que respeto piensen que no somos capaces de tomar una decisión moral por nosotros mismos después de todos estos años”, declaró recientemente a la revista Rolling Stone.