“Paul está muerto”: un paseo por las insólitas y salvajes leyendas del rock

¿Cómo sería el rock sin las creencias de que Elvis sigue vivo, que Paul McCartney murió en 1966 y que Led Zeppelin camufló un código satánico en “Stairway to Heaven”?

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Quizá sería algo menos divertido, opina Héctor Sánchez que en Paul está muerto pasea por las leyendas más oscuras, graciosas y salvajes del rock.

“Creo que uno de los encantos que tiene el rock es todo el mundo que surge alrededor, toda la bola de nieve que se crea y todo el teléfono escacharrado”, explica en una entrevista telefónica con EFE el escritor debutante.

El libro, editado por Errata Naturae, aprovecha el misterio y la riquísima mitología que envuelven al rock, repleto de figuras fascinantes y sucesos sorprendentes que siguen encandilando al público, aunque muchas de esas historias sean auténticos bulos.

Como muestra, si uno escribe “Paul McCartney” en Google, el primer resultado que sugiere el buscador, antes que “Beatles” o “canciones”, es “Paul McCartney muerto”, como referencia a la leyenda urbana que dice que el músico de los Beatles falleció en un accidente de tráfico en los años 60 y que el actual es un doble.

“El rock tiene su propia historia, pero al mismo tiempo esta es una historia paralela que muchas veces es incluso más sorprendente que la propia historia real”, cuenta Sánchez sobre un mundo en el que se enredan mitos, fanatismos y hechos verídicos y que él relata a través del humor y la ironía, incluso con los temas más escabrosos.

Porque en el libro hay leyendas turbias de todos los colores, como la que “resucita” a Jim Morrison de The Doors, la que asegura que el fantasma de Janis Joplin sigue enclaustrado en el hotel donde murió o la que afirma que The Eagles escondió un mensaje demoníaco en Hotel California.

Según el escritor, “el carácter salvaje” del rock hace de esta música un terreno “propenso a las leyendas urbanas”. “Después, si asociamos el tópico del sexo y la droga, es una combinación que al mismo tiempo funciona”, añade.

El famoso incidente sexual con un tiburón de Led Zeppelin o la noche que Keith Moon, batería de The Who, aparcó un coche en una piscina, son otras leyendas que alimentan la imagen del rock como un mundo de exceso y, a la vez, pura ensoñación. “Sobre todo me interesaba qué parte de realidad había en esas leyendas, intentar desmentirlas, pero al mismo tiempo seguir creando algún interrogante. Que cada uno se quede con la parte que más le interesa”, cuenta Sánchez.

Le cuesta decir cuál es su preferida, pero sí admite cierta debilidad por la leyenda que afirma que el disco Dark Side of The Moon, de Pink Floyd, es una banda sonora hecha expresamente para la película El mago de Oz. La más “cruel”, en su opinión, es la que sostiene que Mama Cass, con problemas de sobrepeso, murió mientras comía un bocadillo.

El libro cuenta además con las ilustraciones de David Sánchez, que acompaña cada leyenda con su particular visión, y que según el escritor ha hecho un trabajo “muy bueno”, como “un paso más allá”, a la hora de “reinterpretar” los relatos de Paul está muerto.

Héctor Sánchez asegura que el pozo de leyendas es inagotable y que además internet es una plataforma muy buena para extender los bulos sobre el rock.

Y si al lector no le convence la visión de Sánchez, siempre le queda la opinión de Keith Richards, un habitual protagonista de estas historias: “Lo curioso de estas leyendas urbanas es que a la gente no se le olvidan, a pesar de que se ve claramente que no son ciertas, tal vez porque la idea es tan descabellada o tan cruda o tan lasciva que parece inconcebible que sea una invención”.

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