Lanzada el 26 de agosto en Estados Unidos y cuatro días después en el Reino Unido, la historia de esta canción de McCartney está íntimamente ligada a la vida personal de John Lennon. Tal y como confesó el propio McCartney, la canción, cuyo título original era Hey Jules, fue compuesta para consolar a Julian, el hijo de Lennon, tras el divorcio de sus padres.
Corría el año 1968, cuando McCartney, al enterarse de la separación y la congoja de Julian, pensó en una canción para el pequeño mientras estaba conduciendo su coche. Así, de repente, la base del tema brotó de él, pero más tarde, cuando ya estaba en los estudios de grabación, el nombre de "Jules" sería cambiado por "Jude" por su ritmo y sonoridad.
“Llevaba cerca de una hora conduciendo. Entonces, apagué la radio e intenté componer una melodía. En ese momento, empecé a cantar: 'Hey Jules, no lo estropees, toma una canción triste y mejórala...' Tenía un mensaje optimista y esperanzador para Julian: Vamos, chico, tus padres se divorcian. Sé que no eres feliz, pero estarás bien", relató en una oportunidad el músico británico.
Cuando McCartney le mostró el tema a John Lennon, este pensó que, en parte, estaba dedicado a él y a Yoko Ono, con quien estaba empezando una relación. "Es la mejor canción de Paul. Comenzó como un tema sobre mi hijo Julian (...) luego se convirtió en Hey Jude. Siempre pensé que iba sobre mí y Yoko", confesó Lennon en su libro All We Are Saying.
El tema no solo conquistó a John Lennon, sino que se hizo con el apoyo de todos los miembros del grupo, que comenzaron a grabar la canción el 29 de julio de 1968. Sin embargo, no fue hasta 1987 cuando McCartney pudo hablar sobre la historia de Hey Jude con su protagonista: Julian Lennon.
"Me contó que había estado pensando sobre mi situación todos esos años, sobre lo que tuve que pasar. Paul y yo solíamos pasar tiempo juntos, más incluso del que pasaba con mi padre. Teníamos una buena amistad y, de hecho, parece que hay más fotos mías de pequeño jugando con Paul que con mi padre", confesó Julian en febrero de 2002 en la publicación musical británica Mojo Magazine.
En 1996 el hijo de John Lennon pagó 25.000 libras (27.796 euros) por las notas de grabación de Hey Jude en una subasta y otras 35.000 libras (38.915 euros) por objetos que pertenecían a su padre. “Tiene un par de fotos de su padre, pero no las suficientes. Las está recopilando por razones personales y son reliquias familiares", declaró en aquel momento el representante de Lennon hijo, John Cousins.
Con siete minutos y once segundos de duración, Hey Jude fue primer sencillo del sello discográfico de la formación, Apple Records. Su longitud no impidió que la balada entrara en el Top 10 de las listas británicas y estadounidenses de sencillos. Además, Hey Jude es la canción de los Beatles que más tiempo ha permanecido como número uno en Estados Unidos; un total de nueve semanas. El tema de McCartney también logró obtener la primera posición en las listas de éxitos del Reino Unido, Canadá, Países Bajos, Suiza, Noruega, Alemania, Irlanda, Nueva Zelanda, Australia y Francia.
A pesar de su éxito, algunas emisoras de radio estadounidenses se negaron a reproducir una canción que durara más de tres minutos y medio, por lo que la compañía estadounidense Capitol Records realizó una versión más corta pensada para radio.
En la actualidad, Hey Jude ha vendido cerca de ocho millones de copias, convirtiéndose a su vez en todo un himno en el Reino Unido. De hecho, aficiones de equipos de fútbol como el Cardiff City, han utilizado su melodía para componer diversos cánticos. También fue la balada que clausuró la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, donde miles de personas acompañaron a Paul McCartney con su "na-na-na-na".