El décimo álbum en solitario del rapero de Detroit aparece justo ocho meses después de Revival, su trabajo con peor acogida comercial. Es la primera vez en su carrera que vuelve al estudio tan rápido para grabar un nuevo álbum. Revival había decepcionado a críticos y fans, que le reprocharon al músico, también conocido como “Slim Shady”, que se rodease de estrellas del pop como Beyoncé y Ed Sheeran.
La lista de invitados de Kamikaze es menos prestigiosa, pero a cambio le da a este álbum de 13 pistas más consistencia y sobriedad.
“Quiero poner mi puño en la boca de todos ahora”, dice el músico en la introducción, con su siempre estilo provocador. En su nuevo trabajo, el rapero de 45 años sigue atacando a sus objetivos favoritos: los críticos, los raperos que no lo apoyaban y el presidente Donald Trump.
El álbum, que fue grabado en secreto y cuya producción estuvo a cargo del propio Eminem y su amigo de siempre, Dr. Dre, fue publicado el jueves a la medianoche (04:00 GMT del viernes) en las plataformas de streaming en Estados Unidos.
La portada de “Kamikaze” es prácticamente el calco de un álbum de Beastie Boys, Licensed to Ill, un clásico lanzado en 1986, lo que es leído como un homenaje a esta famosa banda neoyorquina que encarnó un rap con espíritu “punk” en el que Eminem parece inspirarse.