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Fran Villalba egresó de un máster en composición de bandas sonoras y música para medios audiovisuales de la Escuela Superior de Música de Cataluña, en Barcelona, España, en 2017. Ahora volverá a compartir sus conocimientos porque, según asegura, gracias a sus propias vivencias estudiando también en México y Argentina, se dio cuenta del valor de tener la oportunidad de aprender de quienes ya tienen experiencia.
“Yo sé que hay mucha gente que no va a poder viajar, por lo que implica, por eso veo mucho valor en poder compartir esto. Me gustaría que a la gente aquí en Paraguay no le sea imposible dar por lo menos el puntapié inicial, porque cuando yo empecé no tenía idea de por dónde comenzar”, dijo a ABC Color.
En las clases va a contar desde “cómo encarar las cosas a nivel legal, de documentos, como también sobre lo compositivo y creativo”, explicó. Asimismo, dijo que gracias a este tipo de información “uno se evita un montón de golpes de cabeza” como por ejemplo “qué errores no cometer”. Además, aseguró que tras ya haber dado varias clases, también se produce con los alumnos “una retroalimentación muy interesante”. Es más, ahora ya tiene alumnos que están componiendo y son colegas, dijo. “A mí me encanta que el sector crezca porque ¿de qué me sirve que solamente yo esté haciendo esto?”, se preguntó.
Por un lado, expresó, “yo nunca voy a poder componer para todas las películas que se hagan en Paraguay, y no es mi intención, segundo, que en la medida que el sector crezca todos nos beneficiamos. El sol sale para todos”, mencionó. Aparte, planteó que “cada persona es única”, es decir que por más que él enseñe “es imposible” que alguien componga como él, y también es imposible que él componga “como la otra persona”. En ese sentido, añadió, no tiene “temor” de compartir. “Me encantaría sostener esto en el tiempo e ir ampliando la red de colegas y amigos”, recalcó.
Villalba puso en resalto también el crecimiento del sector audiovisual en todas sus ramas. “Ya hay carrera universitaria de cine, de música, ya hay ley de cine, y nosotros estamos formando la Asociación de Compositores de Música para Audiovisual de Paraguay, y no puedo creer. Estoy feliz porque esto va superligado a mi deseo de que crezca el sector”, insistió.
EXPERIENCIA RENOVADORA
Fran no dejó pasar la oportunidad para hablar sobre la gran experiencia que significó para él realizar el máster en Barcelona. En diciembre de 2017 presentó oficialmente su proyecto final, que consistió en una obra sinfónica donde la música se aplicaba a la imagen. Dicha obra él la aplicó a un cortometraje colombiano-alemán llamado “Hycha Guaia”, a un time-lapse de Martín Crespo, y a una animación de los estudiantes del máster en animación, en Barcelona.
Todo lo que implicó su composición y aplicación fue para él “fascinante”, no solamente “por la envergadura del proyecto” sino porque la obra fue grabada por la Orquesta de Bratislava, “que graba exclusivamente para cine e incluso trabajó con Hans Zimmer”. Fran detalló que se llevó a cabo el mismo proceso que se hace con las grandes películas.
Al respecto de cómo comenzar a crear una pieza para un audiovisual, en este caso dijo que “era exigencia del máster que la música sea aplicada a la imagen, entonces debe haber una narrativa para la imagen”, por ende “cada corto inspira de por sí” pero luego “hay conversaciones con los directores”, explicó. Por último los profesores “daban tips orquestales y, normalmente, lo que sucede con la música para películas es que se basa en compositores clásicos”. Sobre eso explicó que estos compositores influencian otra vez a los creadore que van surgiendo. “Entonces en base a cada proyecto los maestros nos decían: “esto podía basarse en algo de Stravinsky”, por ejemplo”, apuntó.
Por ende aprendieron a “tener una paleta de herramientas y colores” para, a partir de ello, aplicar a la imagen. También dijo que “hay proyectos que no necesariamente son sinfónicos, por ejemplo tienen que ser completamente a base de sintetizadores, por eso es tan fascinante, porque uno tiene un universo demasiado grande, amplio, pero a la vez también uno se siente intimidado porque hay que estudiar mucho, hay que aprender mucho. No es solamente jugarse y hacer, sino hay que estudiar, y esto ya es para toda la vida. Eso nos enseñaron los profesores, esto no es algo que ya se va a acabar, yo no voy a parar de estudiar jamás, todo el tiempo voy a estar capacitándome y estudiando a los maestros”, subrayó Villalba.
Algo que destacó fue que inicialmente él fue a estudiar el máster con la idea de cerrar una etapa académica, pero llegó a la casa de estudios y estar ahí le “voló la cabeza”, le hizo decir “aquí empieza” y eso lo motivó a seguir porque la fuente de conocimientos es “inacabable”, sostuvo.
PROYECTOS INESPERADOS
Durante más del año y medio que estuvo en España surgieron para Fran varios proyectos, y él se involucró de lleno porque le es “casi imposible” decir que no, según nos contó. “Cada proyecto es para mí un desafío y una oportunidad. Ya sea un corto, un largo, yo me meto de lleno y doy todo lo que puedo”, reconoció.
“Por más que el máster era bastante exigente surgió la posibilidad de hacer un corto llamado Selva, que terminó en el Festival de Cannes”, contó como uno de los proyectos que lo llevó a un lugar inimaginado. Cuando le llamó la directora, la argentina Sofía Quirós, sin pensar dijo que sí. “Terminé el trabajo, lo entregué y meses después cae la noticia de que terminó en Cannes”, reiteró. Para él fue “totalmente inesperado” y se sintió “muy afortunado” ya que pudo asistir al festival que se celebra en Francia, en 2017.
“Siempre lo he visto por TV, es un festival demasiado famoso, es como la meca del cine, para mí fue todo muy nuevo, me sentía como un espectador. Era muy glamouroso y me sentía medio extraño, pero sí que disfruté”, recordó sobre el evento donde se presentó el cortometraje en la Semana de la Crítica. Rememoró “la emoción de ver (el corto) en pantalla gigante, escuchar con ese sonido y con auditorio lleno, y luego salió mi nombre enorme y me quedé congelado sin poder creer, y por suerte no tengo que hablar porque me muero”, dijo entre risas el compositor.
Entre otras experiencias enriquecedoras destacó que se asoció a la Sociedad General de Autores de España, y fue también toda una vivencia nueva el adaptarse al estilo de vida de dicho país, previamente habiendo ordenado sus cosas en Paraguay. “Terminé muy cansado pero muy contento con los resultados, siento que crecí un montón y eso para mí tiene un gran valor”, mencionó.
Otra observación que hizo el músico es que su experiencia fue como “un viaje interno personal”. El hecho de estar lejos, explicó, le hizo “mucho bien”. “Yo me considero una persona bastante ermitaña, paso mucho tiempo adentro del estudio y el estar lejos sirvió para estar en silencio y eso significa preguntarse muchas cosas, la eterna búsqueda de quién uno es, y siento que hoy estoy más cerca de la persona que quiero ser” consideró.
Todo eso, añadió, fue como algo “forzoso”. Recordó también la época en que debió disolverse Gaudí, grupo paraguayo que él conformó. En esa época “forzosamente me puse a componer porque yo quería seguir con la música. Entonces creo que orgánicamente la vida me está llevando por el camino que yo quiero. Hay veces que uno no entiende por qué suceden cosas. Yo terminé yendo porque quería estudiar esto pero al final encontré también otras cosas que yo no estaba buscando, y eso es fascinante porque me da más paz”, reflexionó.
Actualmente se encuentra componiendo para un largometraje boliviano y pudo darse cuenta que sus tiempos “se están reduciendo al momento de componer” y él está fluyendo “más rápido” por el proceso de “hacerlo una y otra vez”. “A veces el tiempo juega en contra cuando es muy escaso, pero leyendo libros veo que todos los compositores pasan por esta presión, es como parte del oficio, no me quejo y solo voy para adelante”, expuso.
No obstante, dijo que en el campo académico por ahora no piensa en una carrera específica, pero se propuso a hacer lo que sus maestros le dijeron. Explicó que se trata de “analizar obras orquestales de músicos clásicos. Partituras que tienen 15 a 20 páginas, y eso lleva mucho tiempo, entonces en mis ratos libres voy a hacer eso”.
Gracias a eso, aclaró, “uno puede aprender los colores orquestales, la forma, los motivos rítmicos, los motivos melódicos, se aprende muchísimo analizando piezas orquestales y también piezas de compositores de músicas de películas. Ese es mi plan de 2019”, contó.
DISCO SOLISTA
Al ser consultado sobre si volvería a lanzar en algún momento un nuevo disco como solista, comentó que no está preparando algo específico pero que tiene “composiciones aisladas” y que fue así como nació su primero disco “Universo Paralelo” (2014). “Ahora sí ya estoy con ganas de componer piezas orquestales fusionando a toda esa textura a través de los sintetizadores, que es lo que sí ya tengo incorporado, es como una exploración que quiero hacer”, aceptó, y agregó que ya tiene algunos temas pero no muy desarrollados. “Sí son como ideas que ya fui gestando allá en Barcelona, y en algún momento me encantaría volver a hacer un disco solista y ¿quién sabe? con una orquesta”, subrayó.
UNA VIDA MUSICAL
“Quiero dedicarme a esto absolutamente. Me encantaría vivir de hacer cuatro largometrajes al año, de donde sean, y por supuesto seguir haciendo música, como dice Ennio Morricone, música absoluta, que sería la más libre que es la mía. Conjugar esas dos cosas y vivir dignamente yo creo que sería completamente feliz”, aseveró Fran sobre lo que le gustaría poder lograr con la música.
Aseguró que lo que está viviendo ahora “antes lo veía casi imposible de llegar”. “Ahora sí siento que se puede, y también sé que hay mucho camino por delante. Si todo va bien hay tiempo para seguir aprendiendo”, insistió.
Contó que ahora también trabaja en la creación de la banda sonora de un corto paraguayo de Cristian Gayoso, y que en Barcelona tiene posibilidades de concretar varios proyectos tanto cortos como largos. Asimismo dijo que la animación lo está “seduciendo mucho”. “En este tiempo abrí mis posibilidades al momento de incursionar en la animación, gracias al máster me animé, probé y me gustó muchísimo. Hay como un universo muy grande ahí, la música tiene como un valor, un lugar muy importante en la animación. Todo eso sucedió en todo este tiempo”, reconoció.
Pero como todo camino no negó que “costó muchísimo, cuesta y va a seguir costando”. Expresó que no siente que ya llegó a un sitio donde se pueda “relajar”. “Siento que llegué a un piso, estaba como, digamos en el subterráneo, y ahora llegué a la planta baja”, expresó riendo. “Yo aprendí que la soberbia no te lleva a ningún lado, de verdad siento que las cosas hay que lograrlas paso a paso. Espero que nunca me maree esto porque me considero primero persona y quiero mantener siempre los pies en la tierra. No tengo absolutamente nada por qué creerme, pero si en algún momento llega algo así espero seguir pisando tierra. Me gusta siempre sentirme humano, digamos. Leyendo veo que hay mucha gente que por el éxito perdió el camino, se nubla y se pierde, y no es lo que quiero, no es lo que busco”, enfatizó.
Adujo que un perfil bajo es algo que siempre cultivó y que por eso, quizás, la música es su “forma de salir al mundo” y donde se siente “seguro”. “Después es como que, bueno, me cuesta un poco el día a día con el mundo real. Pero la música es un lugar donde me siento muy bien y seguro”, concluyó.
* El taller se realizará en Planetario Music Studio (Herrera 940), de 15:00 a 17:30. Para informes llamar al (0981) 410-132.