Mientras el público saboreaba las notas de Love like a sunset, el sol santiaguino se ocultaba para dejar paso a una noche cargada con los temas más electrónicos de la banda.
Después de que los seguidores de esta veterana banda contonearan sus cuerpos con los golpes de batería de Trying to be cool, miles de brazos se alzaron al cielo para recibir Rome y Entretainment, el primer sencillo del disco Bankrupt!.
Con sólo dos guitarras, un bajo, y algunos sitetizadores, Thomas Mars, Deck d'Arcy, Laurent Brancowitz y Christian Mazzalai, hipnotizaron al público chileno.
La vibración de los bajos de la popular canción Lisztomania, de su cuarto álbum ganador de un Grammy Wolfgang Amadeus Phoenix, atrajo los aplausos y ovaciones de los seguidores de Phoenix, que sacudiendo las melenas como si no hubiera mañana esperaron la llegada de Long distance call.
“La siguiente es una canción bailable. Fue una de las primeras que hicimos y la hicimos para bailar, así que ¡manos arriba!”, gritó Mars desde el escenario, como si el resto de sus temas fuesen baladas y no piezas para agitarse hasta el desmembramiento.
Los cinco álbumes de estudio de la banda de Mars han sido la carta de presentación de Phoenix, un grupo que ha circulado por importantes festivales de todo el mundo y que fue cabeza de cartel en el “Primavera Sound” de Barcelona.
Entre los momentos de esplendor del turno de Phoenix en esta cuarta edición del Lollapalooza Chile destacan las improvisaciones milimétricamente concebidas que introducían temas populares como S.O.S in Bel Air, uno de los más coreados por el público.
Con The real thing y Armistice reeditaron la agitación colectiva merced a la peculiar voz de Thomas Mars, el líder de esta banda nacida en Versalles en los años noventa.
Los miles de fans que se acercaron a ver a esta banda de rock alternativo recitaban la letra de 1901: “Pasado y presente, ya no importan ahora que tenemos arreglado el futuro”.
Cuando ya era noche cerrada Phoenix se despidió de sus seguidores chilenos, preparados para el brutal cambio que vino a continuación, el inquietante rock de Nine Inch Nails.