Así lo manifestó en entrevista con Efe este músico, reconocido internacionalmente por el particular sonido “twang” que oscila entre guitarra española, folk americano, flamenco, tango y su impecable dominio del “fingerpicking”.
“Para mí tocar en Los Ángeles y en general en Estados Unidos es muy importante. (Los Ángeles) es una ciudad donde ocurren muchas cosas, musicalmente hablando”, afirmó el valenciano de 37 años.
Para su presentación hoy en el Club Fais Do Do, “El Twanguero” trajo una muestra de lo mejor de su música, mezcla de guitarra clásica, folk, flamenco y ahora tango, con su última producción conjunta realizada en Buenos Aires con Diego “El Cigala”.
Este último trabajo, Romance de la Luna Tucumana, le entregó a “El Twanguero” un Grammy Latino como Mejor Álbum de Tango por su producción y el aporte moderno de su guitarra eléctrica, aunque siempre con el añejo sabor del twang.
El concierto de Los Ángeles abre camino para otras presentaciones en EE.UU.: el 8 de julio en Altadena, el 11 de julio en San Diego y el 12 de julio en Palmdale desde donde la música de Diego García saltará hasta Ciudad de México.
“Y justo después de esa presentación tan importante en Ciudad de México, vuelo hacia Madrid para siete conciertos seguidos en el club de jazz más destacado de Madrid”, explicó el guitarrista que acaba de presentar un lleno total en Vancouver, Canadá.
Luego vendrá la producción “de un buen disco basado en la investigación de la música latina caribeña”, aseveró el talentoso hispano que ha tocado con Andrés Calamaro, Juanes, Wyclef Jean, Fito Páez, Enrique Bunbury, Ely Guerra, Raphael, Camilo Sesto, Ana Torroja y Diego Torres, entre otros.
“Mi meta es seguir investigando la música latina pero por otra corriente: vamos más con música caribeña, cubana, siempre respetando lo que es mi sonido de guitarra”, dijo.
Así, el trabajo creativo de “El Twanguero” se centrará en un proyecto para octubre de este año, “un poco menos conceptual, menos intelectual, para que la gente baile, tanto con el disco como con el show”, detalló.
A pesar de que ahora la tecnología permite que se tengan comunicaciones instantáneas desde cualquier lugar del mundo, para García el contacto directo con las personas es insustituible.
“Yo creo más en el contacto humano, ahí es donde está el secreto. Pienso que mi camino es el viaje continuo: mi esencia es esa, la música en movimiento”.
Y para este joven guitarrista que comenzó su relación formal con la música a los seis años de edad en el Conservatorio de Valencia, el secreto para continuar es muy sencillo: “Yo siempre le digo a la gente que me pregunta, ¿qué haces para seguir viviendo de la música? Muy simple, es el amor”.
“Hay que amar la música por encima de todas las cosas”, concluyó.