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Jack Johnson empezó a surfear a los cinco y a los 17 años ya era un profesional del deporte con amplia trayectoria. Sin embargo, su paso como un surfista profesional terminó cuando sufrió un accidente que requirió más de 150 puntos en su frente. Si bien el ahora consagrado músico y cineasta nunca abandonó del todo su pasión por las olas, fueron las ondas de su guitarra las que lo llevaron al éxito mundial.
“La música es algo que nunca pensé que me pasaría”, comentó a ABC Color el cantante y ambientalista hawaiano, que ahora lleva vendidos más de 19 millones de discos. “La primera vez que me introduje como músico era abriendo los conciertos de Ben Harper; era uno de mis ídolos. Tuve la oportunidad de conocerlo, nos hicimos amigos, y luego me invitó a salir de gira con él. Fue el primer tour que realicé y para mí fue uno de mis mayores logros, más de lo que alguna vez soñé”, explicó.
Desde entonces ha lanzado cinco álbumes y ha deleitado a millones de fans en el mundo con canciones del género soft rock, como Better Together, Upside Down, Good People y el más reciente éxito I Got You, de uno de los discos más íntimos del artista, From here, to now, to you. “Para mí es el más personal porque ahora no se trata sólo de mi propia vida sino también la de mis hijos, por lo que tengo que tener más cuidado, y se siente más personal”, dijo.
De hecho, tres de sus canciones de su último disco están inspiradas en sus hijos. La canción Tape Deck refleja el interés en aumento de su hijo mayor en la guitarra, mientras que Radiate está inspirada en la energía que “irradia” su hijo del medio. Finalmente, You remind me of you está basada en su hija menor y todas las canciones de amor reflejan una íntima y verdadera conexión con su esposa Kim.
“No nos gustó estar lejos el uno del otro, por lo que después de un rato, ella se convirtió en nuestro tour mánager y salió de gira con nosotros. Y luego me acostumbré a tenerla siempre conmigo y luego, cuando empezamos a tener hijos, era una cuestión de si dejábamos de viajar o los traíamos con nosotros”, sostuvo el artista.
El matrimonio finalmente decidió seguir con las giras y viajar con sus hijos, aprovechando cada sitio para conocer cosas nuevas. “Es divertido para ellos, que pueden ahora ver el mundo. Pero si nos cuestionamos y tenemos que siempre buscar un equilibrio”, agregó.
El equilibrio es un hilo central en la vida de Jack Johnson, reconocido por su activismo ambiental. Para el show que llevó a cabo en el court central del Yacht y Golf Club el lunes, se implementaron medidas para reducir el impacto al medio ambiente.
La ONG Paraguay Potî se encargó de medir la huella de carbono que genera su presencia en Paraguay y se animó al público a que asista compartiendo los vehículos, además de brindar agua en recipientes reutilizables que podrán ser recargados.
“En los shows tratamos de hacer todo el reciclaje que podamos y para nuestra comida tratamos de conseguirla de fuentes locales, que la comida no se envíe desde otros lugares del mundo hacia nosotros. En vez de eso tratamos de apoyar a los mercados locales”, había dicho Johnson, en una entrevista con ABC Color. “Luego de que la gira se acaba tratamos de calcular las emisiones de CO2 de los vuelos y tratamos de hacer “offsets” (compensaciones) de carbono”, añadió.
Además, el cantautor apoya a grupos locales que están involucrados en la causa. De hecho, tras su llegada a Asunción, el artista tomó la guitarra reciclada de uno de los integrantes de la Orquesta H20 e improvisó una peña con Banana pancakes en el lobby del hotel Bourbon.
El intento de Johnson por disminuir su impacto negativo al medio ambiente no se limita a las giras. Desde hace años lleva construyendo una vivienda “eco-friendly” en su ciudad natal,Oahu, Hawaii. “Mi hermano y yo construimos mi casa hace cinco años. Utilizamos toda la madera recuperada de la zona”, explicó. Además, cuentan con paneles solares y un auto eléctrico, además de un sistema de reciclaje de agua.
El artista hawaiano ya pasó por Perú, Argentina y Chile en el marco de su actual gira From here, to now, to you y aseguró que cada concierto es diferente. “Es un poco diferente cada noche y cada vez que pienso que ya descubrí al público resulta ser diferente. A veces vas a un lugar y la gente tiene tanta energía y entonces volvés y estás esperando la misma energía, pero esta vez el ambiente está más silencioso. Así es como aprendimos a improvisar, si el público está con mucha energía tocamos más de esas canciones. Pero si la gente no está respondiendo demasiado, entonces empezamos tocando canciones más tranquilas”, explicó, con la sencillez y humildad que lo caracterizan.
Agregó que, en general, los conciertos en Sudamérica tienen mucha energía.“La gente en general participa más de las canciones y tiene un gran sentido del ritmo, no tiene miedo de aplaudir, no tiene miedo a cantar. Es genial, nos encanta”, sostuvo.