Fernández cantó y encantó durante una hora al público con sus mayores éxitos todos de corte sentimental. También interpretó las canciones de otros grandes baladistas como el brasileño Roberto Carlos y el español Miguel Bosé, además de varios 'covers', a los que les imprimió su sello musical.
Acompañado por tres bronces, percusión, batería, bajo y guitarra acústica, así como piano y sintetizador, el cantante mexicano dio tiro y lado a sus admiradores que le acompañaron al unísono en casi todas sus canciones.
También acompañaron a Fernández tres bellas coristas, que juntas hacían una sensual coreografía, un espectáculo aparte, especialmente para las miradas masculinas.
“Es un placer estar aquí con toda mi familia chilena, y espero que pasen una noche inolvidable”, señaló el artista mexicano entre canción y canción.
El virtuoso puso el broche de oro en la primera parte de su presentación con uno de sus grandes éxitos de los últimos meses: Me dediqué a perderte, una balada romántica para una noche más romántica aún que disfrutaron 15.000 personas.
Pero Fernández tenía preparada una sorpresa al público chileno. Por varios minutos se ausentó del escenario momento en el que apareció un grupo de mariachis en el escenario, once en total, que cambiaron el ritmo de la noche, con música popular mexicana. Fue entonces la entrada perfecta para que el artista retornara a las tablas está vez enfundado en un impresionante traje de charro.
Dónde te vas sola fue la canción con que arrancó esta segunda parte de su show que finalizó 45 minutos después con un gran éxito de su padre Vicente Fernández: De qué manera te olvido.
El público pidió Gaviota de Plata y de Oro para el cantante que terminó con otra batería de tradicionales temas mexicanos. Más tarde en conversación con los periodistas señaló que sus primeros cinco intervenciones las realizó sin el audio de retorno, algo vital para los cantantes, “por lo que pido perdón al público chileno si notaron algunas fallas en esos momentos”.
Posteriormente, y tras la presentación de las canciones que luchan por un primer lugar en la competencia internacional y folclórica, vino el recital de la cantante chilena Nicole para dar paso a Emmanuel, un segundo artista mexicano que fue el encargado de cerrar esta larga jornada.
Con casi el doble de edad que el primero, sacó adelante la tarea gracias a la gran cantidad de éxitos que ha acumulado en su carrera y con los que se dio el gusto de hacer cantar al “monstruo”, como se le conoce al público de Viña del Mar, por su pasado 'devorador' de estrellas.
Con temas como Bella señora, La chica del humo, Vamos a amarnos despacio y Tengo que aprender de ti, el cantante que en parte de su espectáculo se hizo acompañar de su hijo Alexander Acha, también se llevó todos los premios destinados a los artistas invitados.
Fue una noche “mexicana” redonda, de la que el público salió encantado y que por momentos hizo olvidar al batallón de artistas puertorriqueños que de a poco se ha ido apoderando del Festival de Viña del Mar.