Charly García “prefiere la mano del diablo a la del ángel”, según su biógrafo

LIMA. El famoso rockero argentino Charly García “prefiere la mano del diablo a la mano del ángel”, afirmó el periodista Sergio Marchi, quien presentó en la Feria Internacional del Libro de Lima (FIL Lima) su obra “Room Service”.

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El libro reúne crónicas sobre estrellas del rock mundial.

Marchi, autor de No digas nada, una biografía de García que publicó en 1997, explicó que Room Service es “un efecto colateral” de la obra sobre su célebre compatriota, al que considera “el astro rey del sistema solar del rock argentino”.

“Yo trataba de entender qué era lo que pasaba con las estrellas de rock y en la búsqueda de herramientas para ayudar a Charly, me di cuenta de que había otro tipo de historias parecidas, así que me propuse algún día hacer un libro”, reveló.

Marchi, un periodista especializado en rock, comentó al respecto que no cree que la famosa “maldición del Club de los 27”, que incluye a los músicos que murieron a esa edad, “exista más allá del mito”.

“El número 27 no es premonitorio en ellos. No significa que por ser famoso y rockero necesariamente te vas a morir a los 27. Muchos han muerto antes o después, o siguen vivos, y las maldiciones para serlas deben de ser exactas”, acotó.

Marchi matizó que, en todo caso, “al rockero le cuesta madurar” y que “los 27 es una edad de cambios”, aunque “ cada uno es una historia diferente”.

El autor de Room Service indicó que en su libro intenta acercarse “a la realidad” y dejar de lado los mitos que se crearon sobre la vida de estrellas del rock como David Bowie, Lou Reed, Keith Richards, John Lennon, Mick Jagger, Elvis Presley o el propio Charly García, entre otros.

“Detrás de cada estrella de rock hay un ser humano como cualquiera, que tiene problemas y al que le pasan circunstancias que tienen que ver con su historia”, indicó antes de decir que también se tiene que entender que “cada uno de ellos tiene una carencia interna por ahí que dispara ciertos comportamientos”.

“Una estrella de rock tiene que tener el carácter estelar que te da la fama y la adoración unánime. Además, un comportamiento único, que conlleva a una vida de excesos y un carisma irreprochable”, acotó.

En ese sentido, manifestó que “la máxima expresión de estrella de rock y que aparece a lo largo del libro es Mick Jagger. Él es la súper hiper estrella de rock”.

“Bowie es una gran estrella de rock y además es una estrella que cambia y evoluciona. Tenía una entrevista inédita de él que tenía que aprovecharla para este libro”, agregó. El periodista consideró que luego viene “Keith Richards, sin lugar a dudas, que ha vivido bajo el signo del exceso, pero que a la vez tiene mucha inteligencia” porque “las estrellas de rock son personas muy inteligentes”.

Comentó, sin embargo, que la historia de Keith Moon es la que más le gusta “porque es un tipo que se divirtió hasta morir” y que decidió empezar el libro con él porque “es el capítulo más espectacular. Tenía que abrir con algo fuerte”.

“El libro debí de cerrarlo con Elvis Presley, pero en el medio murió Loud Reed”, indicó. “Me llamó la atención la forma en que murió: haciendo un movimiento de taichí. Ese no era Loud Reed, un tipo reventado y sadomasoquista, el que muriera de una manera tan angelical. Pensé que era una bonita forma de cerrar una vida y luego pensé que también de un libro. Me interesó contar eso y así quedó”, dijo.

Sobre su compatriota García aseguró que “ha rechazado todo tipo de ayuda porque el prefiere la mano del diablo a la mano del ángel y eso también es parte de una estrella de rock: su preferencia hacia el lado oscuro”.

Para elaborar este libro, que tardó quince años por cuestiones personales y profesionales, Marchi habló con “psiquiatras, psicólogos, médicos clínicos, pero sobre todo con un hepatólogo, porque el órgano más afectado en una estrella de rock es el hígado”.

“Lo que le pasa a cada estrella de rock es personal porque a cada uno le pasa algo distinto, pero sin duda todos están afectados por el éxito”, remarcó antes de señalar que “el éxito es como una droga que te lleva a perder la perspectiva de quién eres en realidad, que va mucho más allá del éxito y de lo que hagas”.

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