Catupecu: “Nos gusta muchísimo ir a Paraguay”

Con veinte años en la carretera, y miles de canciones en su equipaje, el vocalista de la banda de rock argentina Catupecu Machu adelanta su séptima venida y habla de su curiosa relación con Paraguay.

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Entre idas y vueltas, muchas cosas pasaron desde 1994, año en que los hermanos Fernando y Gabriel Ruiz Díaz formaban en Buenos Aires su proyecto de vida más importante. Después de 20 años, entre una colección de momentos -unos mejores, otros no tanto- la banda reafirma su fuerza con una gira internacional.

En pleno viaje con destino a Cosquín, Cordóba -presentación que tuvo que cancelarse por motivos climáticos y de continuidad de su gira-, el energético vocalista y guitarrista atiende la llamada y responde todo. Su relación con Paraguay, el traspié de aquella presentación en un turbio festival en Asunción en 2011, la versatilidad de sonidos y su nueva faceta de padre, son algunos de los temas que Fernando Ruiz Díaz no quiso dejar pasar.

-Alguna vez dijiste que en la banda son tan unidos, que hasta van de vacaciones juntos. ¿De verdad son tan cercanos, más allá de la música?

-Sí, sí, la verdad que sí. Es una forma de vida esto que tenemos con Catupecu. En este momento (tarde del sábado 14) estamos todavía en la ruta y la verdad que la estamos pasando bárbaro. Y siempre es un viaje todo esto, un eterno viaje... y la verdad que lo compartimos mucho, tanto en los viajes, como en el estudio, que es otro viaje. En los escenarios... Catupecu es nuestra forma de vivir la vida, la verdad.

-¿Qué recordás de los primeros días de este viaje? ¿Pensaban que podrían persistir tanto tiempo?

-Teníamos siempre una convicción... siempre fuimos una banda que vivimos mucho el tiempo presente. Siempre disfrutamos cada etapa, y todo se fue construyendo (...). Me imagino que todo grupo, cuando arranca, tiene esas ganas y ese deseo, esa ilusión, lo que sea. Nosotros lo vivíamos como un hecho, entonces -en ese sentido- siempre la energía que vivimos a través de Catupecu fue la misma, que fue la energía de generar, de crear, de hacer algo donde no había y ahí fuimos encontrando las canciones, los escenarios, los países, las ciudades, las provincias. Bueno, ese es el viaje nuestro.

-¿Qué no les puede faltar, en pleno viaje, para que llegar entretenidos?

-En este momento, por ejemplo, lo tengo a los muchachos... (risas). Tres de los técnicos están acá con el celular. Lee-Chi, (bajista) de Los Brujos, también está acá. Tenemos al a Sebastián "Niño" Cáceres, que es el bajista, que está con una guitarrita que sirve mucho para el viaje. Está tocando y sacando unos temas. Algunos están durmiendo. Leemos, charlamos mucho, nos reímos, nos divertimos mucho.

-El 28 de febrero llegan a Arena Circo, en Asunción. ¿Qué recuerdos tienen del país?

-La verdad que tenemos muchas ganas, porque la última vez que estuvimos en Paraguay fue alucinante: tocamos en el Personal Fest, con Korn, fue un show muy emocionante para nosotros. La verdad que Paraguay siempre nos trata muy bien, y además de ser muy bien recibidos, y muy fervoroso el público, ese cariño se ha perpetuado durante estos 20 años.... vos pensá que Paraguay y Uruguay fueron los dos primeros países a los que fuimos saliendo de la Argentina. Así que ya desde los comienzos de Catupecu. Después de ahí empezamos a ir a todos los demás (países). Pero Paraguay es uno de los países a los que más hemos ido y, bueno, el público la verdad que nos da un cariño increíble siempre.

-En 2011 dieron una presentación bastante particular, en un festival que no terminó muy bien...

-(Interrumpe) Sí, sí. Nosotros lo vivimos, quizás como el show más 'tensionante'... un show que, en el medio de ahí, teníamos que ir terminándolo, pero no sabíamos si terminarlo por la gente. La verdad que fue el show que más hemos tenido todo lo opuesto a lo que siempre fue Catupecu... pero, bueno, también cuando vos estás en una tierra que no es la tuya; se ve que hay factores que no se podían manejar y la verdad que fue bravo para nosotros. Por eso, en algún sentido, cuando volvimos con lo del Personal Fest (noviembre de 2013), había muchas cosas que ya vimos que estaban de una manera que se podía; y esta vez con el productor actual parece que se viene todo hermoso... y muchas veces hay factores que no se pueden manejar, como ahí... Fue un show rarísimo. Terminamos tocando muy tarde, ¿viste?

-Entre presentaciones en festivales y conciertos exclusivos, ¿en qué plataforma se sienten más cómodos tocando?

-Son diferentes. Es como preguntarle a un pez dónde nada mejor, ¿en un río, en un lago o un mar? La verdad que son situaciones diferentes y hermosas. Vos fijate que nosotros este año hacemos una gira, que es el show que se llama Madera microchip, que es como un show que mezcla lo acústico con máquinas, electrónica, y las guitarras criollas son procesadas. Un show que mezcla la tecnología con lo íntimo... entonces es muy diferente lo que hacemos en teatros. Es una cosa más íntima. La idea es también poder llevarlo a Paraguay, ojalá lo podamos llevar.

Tocamos en un festival y lo pasamos bárbaro, y hacemos un show nuestro, y también va a estar buenísimo. Nosotros fluimos y vamos, disfrutamos un poco de todas las situaciones. Por ahí hay grupos que son más de estadio y, por ahí, no sirven para lugares más chicos. Aquel festival (Personal Fest) debo decir que fue realizado de manera impresionante y la producción estuvo de primera, también el escenario y la gente.

-Esta será la séptima vez. Con Paraguay siempre les ocurre algo diferente...

-Estamos muy contentos, porque hay mucho entusiasmo. A nosotros nos gusta muchísimo ir a Paraguay. Siempre nos han tratado bien, nos hemos divertido mucho. Así que esta vez no va a ser menos. Y, aparte, tiene algún sentido para nosotros mismos, porque lo que siempre nos pasó después de aquel show (2011), que no era ni por asomo una cuestión nuestra, esta va a ser una manera de conectarnos de vuelta con nosotros mismos en un show nuestro.

Como un regalo para sus fans, la banda editó en 2014 el 'boxset' El grito después, que incluía un libro, dos DVDs y dos CDs con compilados de rarezas, outtakes, temas inéditos, participaciones y remixes. "También tiene una película que se llama, justamente, El grito después, que tiene 3 horas y cuarto. Un resumen de todo el material de archivo de estos 20 años, es una cosa hermosa esa película", comenta Ruiz Díaz.

En el show que presentarán en Asunción, también darán un repaso por esas dos décadas de música. "Van a tener este show, y fue un trabajo muy emocionante de hacer, y un poco revisitar y tener una mirada retrospectiva de nuestra obra, y decir: '¡Wow! Mirá todo lo que hicimos, todo lo que viajamos... y sentir esa cosa es también es como que estamos empezando, ¿no?

-En su momento tocaron con bandas como Los Auténticos Decadentes y NTVG. ¿Disfrutan de esas colaboraciones?

-Sí, sí, sí. Yo he tocado con muchísima gente y lo disfruto. Catupecu tiene una versatilidad y es un espacio para liberarnos. No somos prejuiciosos a la hora de disfrutar y, sobre todo, con artistas que somos amigos y nos gustan. Toqué con NTVG, con Masacre, con Carajo, con Las Pelotas, con Divididos... como que es un abanico hermoso. Disfrutamos, ¿viste? Sobre todo de eso de trata, de vivirlo desde un lado sincero. Y Catupecu se ve que lo puede hacer.

-¿Sienten que su público también está abierto a nuevos sonidos, más allá del sonido energético que los identifica?

-Sí, qué se yo. No sé si es mucho más abierto. Nosotros tenemos esa apertura, y creo que la gente que sigue a Catupecu, y la que empieza a seguir después, por eso es tan diversa y tan variada. Tan disímil entre sí. Imaginate que Catupecu es un grupo a la que viene gente de todas las tribus, de todas las edades. La gente, cuando escucha Catupecu, viene como a perderse un poco el borde, y dejarse llevar por lo que realmente es, que es ligar con la naturaleza misma de la música y de nosotros mismos.

-Yendo al lado más personal, una faceta quizás menos conocida tuya es la de padre. ¿Cómo le cambió la paternidad al rockstar?

-Y, estoy alucinado. La verdad que con mi hija estoy 'flasheado' porque, digamos, vino en un momento increíble, posterior al accidente de Gabriel (Ruiz Díaz). Fue una luz para toda la familia que haya venido Lila... para Gabi, para toda la familia, al ser el primero que tuvo un hijo. Y Lila es como una luz terrible...nosotros como que vivimos las cosas fluyendo con el tiempo. Entonces, la verdad que Lila vino a traer mucho, y hay oculto ahí atrás, un libro abierto, infinito, la verdad que influencia... influenció para muy bien.

-¿Ya le escribiste canciones?

-Sí, sí. Ya compuse muchas cosas que están ligadas con eso: con el misterio de la vida, de la muerte, de los miedos, de una nueva vida, de cómo ir, de cómo hacer lo que hay que hacer. La verdad que sí, sí. Estoy muy contento (Risas). ¡Te hablo de ella y me vuelvo loco!

-En un momento bastante caldeado dentro del panorama político de la Argentina, ¿cómo vive la banda la relación con la política?

-Nosotros hacemos música. Catupecu siempre, desde que empezamos, estuvo muy ligada a la música. Lo nuestro es una expresión artística que habla de la condición humana, de los sentimientos... si no me dedicaría a hacer política y no, no sé si tengo la capacidad para ponerme a opinar. Lo que sí me sucede es que -no de hoy, sino de siempre- no la entiendo mucho. No creo mucho en la política. Creo en las personas yo, ¿viste? En el poder de que cada individuo, si cambia un poco el mundo suyo, el mundo es más lindo y se pone mejor. Yo creo en la música, en el arte y en los músicos, en los artistas... creo en el poder de eso. Un artista puede ni creérselo, pero yo creo en él y lo vivo como algo salvador. A mí me pasa eso.

Catupecu Machu regresa a Paraguay este sábado 28 de febrero, para un concierto que tendrá lugar en Arena Circo (Mariscal López y Gondra). Las entradas están a la venta a través de la Red UTS, y tienen un costo de G. 110.000, con una promoción para pagos en efectivo. Para mayor información, está disponible el teléfono (0986) 714060.

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